Decoración: Sobre el uso y cualidades de los colores
El color es uno de los principales elementos en la decoración de una vivienda. Descubre su lenguaje y combinaciones.
El uso de un color u otro, o de cómo se combinen entre sí, puede afectar en la percepción de las proporciones del espacio, de la luz e, incluso, influir en el estado anímico. A partir de la teoría del color, y del aprendizaje de su lenguaje, se puede conseguir un patrón que servirá de guía para elegir qué es lo que queremos en nuestra vivienda.
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El lenguaje del color
Para entender el lenguaje del color es necesario definir las características de los denominados colores cálidos y fríos, ya que, producen distintas reacciones y percepciones en las personas. La división entre colores fríos y cálidos se consigue trazando una línea imaginaria en el círculo cromático, desde el rojo-violeta hasta el amarillo-verde.
A un lado, encontramos los considerados cálidos, que contienen rojo y amarillo. Al otro, los que proceden del azul: los fríos.
Los cálidos son colores vitales, alegres y energéticos: ideales para habitaciones grandes en las que se necesite, por ejemplo, aumentar visualmente el tamaño de los muebles para que el espacio parezca más pequeño y confortable.
Los colores fríos transmiten impresión de calma y serenidad. Usándolos se consigue agrandar visualmente las dimensiones del espacio.
Para entender el lenguaje del color es necesario definir las características de los denominados colores cálidos y fríos, ya que, producen distintas reacciones y percepciones en las personas. La división entre colores fríos y cálidos se consigue trazando una línea imaginaria en el círculo cromático, desde el rojo-violeta hasta el amarillo-verde.
A un lado, encontramos los considerados cálidos, que contienen rojo y amarillo. Al otro, los que proceden del azul: los fríos.
Los cálidos son colores vitales, alegres y energéticos: ideales para habitaciones grandes en las que se necesite, por ejemplo, aumentar visualmente el tamaño de los muebles para que el espacio parezca más pequeño y confortable.
Los colores fríos transmiten impresión de calma y serenidad. Usándolos se consigue agrandar visualmente las dimensiones del espacio.

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Colores fríos: azul, verde y violeta
El color azul es el más frío de todos. Aporta sensación de calma. Es perfecto para dormitorios, salones y zonas de trabajo. Mezclado con el violeta o el verde, se compensa la frialdad que transmite.
El verde, mezcla del azul y el amarillo, es un color equilibrado, fresco y tranquilo. Según la proporción de azul o amarillo se convertirá en una propuesta más o menos fría o cálida. Las opciones que generan mayor estimulación son los verdes con mayor intensidad de amarillo. El violeta tiene connotaciones melancólicas. Se trata de un color distante relacionado con la mística que evoca sensación de misterio y silencio. Si aumentamos la proporción de rojo en el violeta, conseguiremos que se torne más vital. Si, por otro lado, acentuamos la dosis de azul, enfatizaremos la percepción de distanciamiento y frialdad.
El color azul es el más frío de todos. Aporta sensación de calma. Es perfecto para dormitorios, salones y zonas de trabajo. Mezclado con el violeta o el verde, se compensa la frialdad que transmite.
El verde, mezcla del azul y el amarillo, es un color equilibrado, fresco y tranquilo. Según la proporción de azul o amarillo se convertirá en una propuesta más o menos fría o cálida. Las opciones que generan mayor estimulación son los verdes con mayor intensidad de amarillo. El violeta tiene connotaciones melancólicas. Se trata de un color distante relacionado con la mística que evoca sensación de misterio y silencio. Si aumentamos la proporción de rojo en el violeta, conseguiremos que se torne más vital. Si, por otro lado, acentuamos la dosis de azul, enfatizaremos la percepción de distanciamiento y frialdad.
Colores neutros: blanco, negro, gris
Los neutros –blancos, grises, perlados, marrones, beige, negro, etc.– son la opción con la que combinar el resto de colores para matizar o enfatizar sus particularidades. Solos funcionan correctamente en cualquier espacio; siempre teniendo en cuenta las características de la habitación.
El blanco genera sensación de luminosidad y amplitud, al igual que la gama de los grises más pálidos. El negro es un color que debe aplicarse con contención. Los marrones aportan sobriedad al ambiente. Cualquiera de ellos resulta una opción válida para decoraciones de estilo contemporáneo y nórdico.
Descubre cómo el gris puede hacer tu cuarto más elegante y luminoso
Los neutros –blancos, grises, perlados, marrones, beige, negro, etc.– son la opción con la que combinar el resto de colores para matizar o enfatizar sus particularidades. Solos funcionan correctamente en cualquier espacio; siempre teniendo en cuenta las características de la habitación.
El blanco genera sensación de luminosidad y amplitud, al igual que la gama de los grises más pálidos. El negro es un color que debe aplicarse con contención. Los marrones aportan sobriedad al ambiente. Cualquiera de ellos resulta una opción válida para decoraciones de estilo contemporáneo y nórdico.
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Colores cálidos: naranja, rojo y amarillo
El color rojo puro es el más vital y excitante. Sin añadir otro que lo matice puede resultar demasiado agresivo. Es mejor usarlo en zonas concretas y en pequeños detalles y complementos. Combinado con otros colores relajantes, o rebajado con blanco, el cambio produce calidez y confortabilidad.
El naranja, también en su estado menos adulterado, aporta vitalidad al espacio. Eso sí, al ser una mezcla del rojo y el amarillo se debe usar con moderación, especialmente en zonas de descanso. En este caso, es preferible usar los tonos melocotón y asalmonados.
El amarillo es un color excitante. Es preferible su uso en ambientes con poca luz.
El color rojo puro es el más vital y excitante. Sin añadir otro que lo matice puede resultar demasiado agresivo. Es mejor usarlo en zonas concretas y en pequeños detalles y complementos. Combinado con otros colores relajantes, o rebajado con blanco, el cambio produce calidez y confortabilidad.
El naranja, también en su estado menos adulterado, aporta vitalidad al espacio. Eso sí, al ser una mezcla del rojo y el amarillo se debe usar con moderación, especialmente en zonas de descanso. En este caso, es preferible usar los tonos melocotón y asalmonados.
El amarillo es un color excitante. Es preferible su uso en ambientes con poca luz.
Armonía y contraste mediante el color
Al elegir una paleta de colores, las motivaciones puede ser muy diversas: modificar la percepción visual de un espacio o acentuar un estilo decorativo, por ejemplo. Básicamente, se suele jugar con dos opciones: contrastar o armonizar.
Si queremos vestir un ambiente a partir de la armonía visual, es preferible decantarse por colores neutros y fríos. Usando la gama de los cálidos, el resultado sería excesivo.
Para aquellos a los que les vaya el riesgo (al menos en lo que a la decoración se refiere), la mejor propuesta es la del contraste. La combinación de colores deviene en espacios vitales, enérgicos y dinámicos, pero ¡cuidado con caer en la estridencia!
Al elegir una paleta de colores, las motivaciones puede ser muy diversas: modificar la percepción visual de un espacio o acentuar un estilo decorativo, por ejemplo. Básicamente, se suele jugar con dos opciones: contrastar o armonizar.
Si queremos vestir un ambiente a partir de la armonía visual, es preferible decantarse por colores neutros y fríos. Usando la gama de los cálidos, el resultado sería excesivo.
Para aquellos a los que les vaya el riesgo (al menos en lo que a la decoración se refiere), la mejor propuesta es la del contraste. La combinación de colores deviene en espacios vitales, enérgicos y dinámicos, pero ¡cuidado con caer en la estridencia!
Combinación monocromática
La combinación monocromática es la más sencilla y recurrente. Solo es necesario elegir un color único como base para decorar en sus distintos matices. Escoge un azul determinado y las escalas más cercanas a este para producir una sensación armónica agradable, por ejemplo. Esta propuesta puede enriquecerse mediante el uso de texturas y materiales que provoquen contraste para evitar caer en ambientes sosos.
Dormitorios en verde: Un color alegre y muy relajante
La combinación monocromática es la más sencilla y recurrente. Solo es necesario elegir un color único como base para decorar en sus distintos matices. Escoge un azul determinado y las escalas más cercanas a este para producir una sensación armónica agradable, por ejemplo. Esta propuesta puede enriquecerse mediante el uso de texturas y materiales que provoquen contraste para evitar caer en ambientes sosos.
Dormitorios en verde: Un color alegre y muy relajante
Combinación análoga
La combinación por analogía es una opción en la que jugamos con contrastes suaves y equilibrados. Se trata de coordinar colores que incluyan la misma base. Por ejemplo, un tono verde con un verde azulado y un verde amarillento. Si nos fijamos en el círculo cromático, podremos apreciar que los colores elegidos son contiguos.
La combinación por analogía es una opción en la que jugamos con contrastes suaves y equilibrados. Se trata de coordinar colores que incluyan la misma base. Por ejemplo, un tono verde con un verde azulado y un verde amarillento. Si nos fijamos en el círculo cromático, podremos apreciar que los colores elegidos son contiguos.
Combinación por complementarios
Esta combinación es la más osada por su contraste. El color complementario es el que se encuentra justo en el lado opuesto el círculo cromático: el verde y el rojo; el azul y el naranja; el violeta y el amarillo.
Si se combinan dos colores complementarios se consigue más contraste. Si se elige un color neutro como opción principal, se pueden añadir detalles en colores complementarios para aportar vitalidad al espacio.
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Esta combinación es la más osada por su contraste. El color complementario es el que se encuentra justo en el lado opuesto el círculo cromático: el verde y el rojo; el azul y el naranja; el violeta y el amarillo.
Si se combinan dos colores complementarios se consigue más contraste. Si se elige un color neutro como opción principal, se pueden añadir detalles en colores complementarios para aportar vitalidad al espacio.
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Los colores se forman a partir de los tres primarios: rojo, amarillo y azul. Cuando estos se mezclan entre sí, se obtienen los secundarios: naranja, verde y violeta. Los terciarios se consiguen gracias a la mezcla de un primario y un secundario a partes iguales. El resto de tonos que se pueden crear a partir de combinaciones entre ellos mismos, o mezclados con blanco o negro, se consideran variaciones de los 12 colores básicos.
Los primarios se consideran colores puros, junto al blanco y al negro, imposibles de crear por la mezcla de ningún otro y a partir de los cuales se producen los demás. Los colores neutros son aquellos que cubren las tonalidades que se encuentran desde el blanco al negro pasando por el gris. Podemos incluir, también, todos aquellos con predominio de grises, blancos rotos, crudos y marrones.