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Decoración para principiantes: Guía para decorar el salón
Guía rápida para darle el toque que buscabas a tu salón. ¿Cómo distribuirlo y qué colores usar? Te respondemos estas y otras cuestiones.
Esther Algara
19 de octubre de 2015
Colaboradora de Houzz. Estilista y editora especializada en decoración, moda y estilo de vida.
Colaboradora de Houzz. Estilista y editora especializada en decoración, moda y estilo... Más
El salón es, sin duda, uno de los espacios centrales de una vivienda. Reservado al descanso, pero también a la reunión familiar o social, es el centro neurálgico de la vida de una casa. Se le suele destinar la superficie más grande, por lo que es necesario planificar bien todos los detalles para conseguir un ambiente cómodo, funcional y, sobre todo, acogedor. Te mostramos las claves para acertar con su decoración.
La distribución. Primero de todo, piensa en conjunto: define cuántos ambientes quieres crear en la zona destinada al salón y cuál será su disposición en la superficie. Tanto las medidas como la forma del espacio condicionarán su distribución. Para empezar, utiliza un papel cuadriculado para dibujar un plano donde marcarás las ventanas, puertas, irregularidades estructurales, interruptores, enchufes, etc. Es decir, todos los elementos que difícilmente puedas modificar.
Los asientos deben invitar a la conversación. El sofá principal te marcará la disposición de los asientos. Si la superficie disponible es cuadrada, puedes colocarlos enfrentados, separados por la mesa de centro, o en forma de U si tu salón es de grandes dimensiones. Si se trata de un espacio de forma rectangular es preferible que te decantes por una distribución en L, con un sofá con chaise longue o un sofá más una butaca. Es importante que la zona de sofás se encuentre lo más cerca posible de ventanas o balcones para aprovechar al máximo la entrada de luz natural, ya que esto lo convertirá en un espacio sumamente agradable.
Otra opción de distribución es en torno a un punto focal, es decir un elemento clave como pueda ser una chimenea, un ventanal con vistas, una librería o una pared recubierta con ladrillo o papel pintado.
Los asientos deben invitar a la conversación. El sofá principal te marcará la disposición de los asientos. Si la superficie disponible es cuadrada, puedes colocarlos enfrentados, separados por la mesa de centro, o en forma de U si tu salón es de grandes dimensiones. Si se trata de un espacio de forma rectangular es preferible que te decantes por una distribución en L, con un sofá con chaise longue o un sofá más una butaca. Es importante que la zona de sofás se encuentre lo más cerca posible de ventanas o balcones para aprovechar al máximo la entrada de luz natural, ya que esto lo convertirá en un espacio sumamente agradable.
Otra opción de distribución es en torno a un punto focal, es decir un elemento clave como pueda ser una chimenea, un ventanal con vistas, una librería o una pared recubierta con ladrillo o papel pintado.
El color. Es una de las cuestiones más complicadas cuando se redecora un salón. Enfréntate a tu sala de estar como si no la hubieras visto nunca, como si fuera un espacio nuevo. Piensa en el tamaño, la cantidad de luz disponible, el tipo de pavimento y el mobiliario que vas a colocar. Olvídate por un momento de tus preferencias o de las tendencias, ya que podría ser que tu color favorito o aquel que está tan de moda no funcione correctamente en tu salón. Analizando las características de tu espacio, irás descubriendo cual es la mejor opción.
Si te gustan los colores neutros no tendrás ningún problema, ya que cualquier variedad del blanco –desde el más frío al más cálido– es fácil de encajar y te compensará con muchas ventajas. Conseguirás una sensación de luminosidad mayor, ya que refleja la luz que recibe, y te permitirá crear además un ambiente muy sereno y relajado. Por otro lado, es un tono muy fácil de combinar con cualquier material, lo cual facilita la elección del mobiliario y del suelo.
Las tonalidades grisáceas, también consideradas neutras, tienen las mismas virtudes, siempre y cuando elijas una gama suave. Si optas por un gris más oscuro, procura contar con la luminosidad suficiente para evitar que el espacio se vea triste y empequeñecido.
Si te gustan los colores neutros no tendrás ningún problema, ya que cualquier variedad del blanco –desde el más frío al más cálido– es fácil de encajar y te compensará con muchas ventajas. Conseguirás una sensación de luminosidad mayor, ya que refleja la luz que recibe, y te permitirá crear además un ambiente muy sereno y relajado. Por otro lado, es un tono muy fácil de combinar con cualquier material, lo cual facilita la elección del mobiliario y del suelo.
Las tonalidades grisáceas, también consideradas neutras, tienen las mismas virtudes, siempre y cuando elijas una gama suave. Si optas por un gris más oscuro, procura contar con la luminosidad suficiente para evitar que el espacio se vea triste y empequeñecido.
Si prefieres añadir alguna pincelada de color a tu salón, necesitarás decantarte por colores fríos o cálidos. Entre la gama de los fríos, se encuentran los azules, verdes y violetas. Los rojos, amarillos y naranjas se consideran colores cálidos.
Si estás buscando una dosis extra de relajación, decántate por la gama de los fríos. Un salón pintado en azul, verde manzana, aguamarina o lavanda transmitirá sensación de frescor y relax. Las tonalidades más oscuras, como el añil, verde musgo o morado, otorgarán un carácter más sofisticado al espacio. Utilízalos siempre y cuando dispongas de abundante luz natural. Si no es el caso, pinta sólo una pared o utiliza estas tonalidades en los complementos y pequeños tapizados.
Los colores cálidos, como los que se originan a partir del rojo, amarillo y naranja, transmiten energía y positividad por lo que es preferible que los utilices con cautela en el salón, ya que es un espacio en el que generalmente conviene aportar sensación de descanso y bienestar. En cualquier caso, puedes pintar también una sola pared, compensando su vitalidad con otro color que la atenúe.
En vez te hayas decidido por una gama, es recomendable que hagas distintas pruebas para poder visualizar mejor el resultado. Realiza muestras en la pared de un tamaño considerable en distintas tonalidades, tanto en las que la luz incida directamente como en las que no. Espera siempre que la pintura esté del todo seca y verás la fuerza real que adquieren todas las opciones.
Cómo usar el color en el salón para activar determinadas emociones
Si estás buscando una dosis extra de relajación, decántate por la gama de los fríos. Un salón pintado en azul, verde manzana, aguamarina o lavanda transmitirá sensación de frescor y relax. Las tonalidades más oscuras, como el añil, verde musgo o morado, otorgarán un carácter más sofisticado al espacio. Utilízalos siempre y cuando dispongas de abundante luz natural. Si no es el caso, pinta sólo una pared o utiliza estas tonalidades en los complementos y pequeños tapizados.
Los colores cálidos, como los que se originan a partir del rojo, amarillo y naranja, transmiten energía y positividad por lo que es preferible que los utilices con cautela en el salón, ya que es un espacio en el que generalmente conviene aportar sensación de descanso y bienestar. En cualquier caso, puedes pintar también una sola pared, compensando su vitalidad con otro color que la atenúe.
En vez te hayas decidido por una gama, es recomendable que hagas distintas pruebas para poder visualizar mejor el resultado. Realiza muestras en la pared de un tamaño considerable en distintas tonalidades, tanto en las que la luz incida directamente como en las que no. Espera siempre que la pintura esté del todo seca y verás la fuerza real que adquieren todas las opciones.
Cómo usar el color en el salón para activar determinadas emociones
El mobiliario. El sofá es la pieza más importante del salón. Elígelo en función del espacio disponible, de tus necesidades, costumbres y características de tu familia. No te guíes únicamente por razones estéticas cuando vayas a comprar uno. Su estructura, tamaño, relleno, ergonomía, comodidad y resistencia representarán un papel muy importante para disfrutar de esta pieza.
Para determinar correctamente el largo del sofá que le conviene a tu salón, mide la zona donde lo quieres colocar y réstale 90 cm, que corresponden al espacio que necesitarás para las mesitas auxiliares. Así, por ejemplo, si el area que tienes mide 300 cm de largo, deberás decantarte por un sofá de unos 210 cm. Si sólo vas a colocar una mesa de apoyo en un lado y una lámpara de pie en el otro, podrás elegir un sofá un poco más largo.
Si tienes niños en casa, busca un modelo funcional con un tapizado sufrido, que sea fácil de limpiar, como el algodón, la piel y la chenilla. Si además es desenfundable, mucho mejor. Si tienes mascotas también deberás tenerlo en cuenta.
Cuando vayas a comprar un sofá nuevo, pregunta siempre si el relleno es indeformable, si es desenfundable y cuál es la forma correcta de lavarla. En el caso de la piel, infórmate de cuáles son los productos adecuados para mantenerlo siempre como el primer día.
Para determinar correctamente el largo del sofá que le conviene a tu salón, mide la zona donde lo quieres colocar y réstale 90 cm, que corresponden al espacio que necesitarás para las mesitas auxiliares. Así, por ejemplo, si el area que tienes mide 300 cm de largo, deberás decantarte por un sofá de unos 210 cm. Si sólo vas a colocar una mesa de apoyo en un lado y una lámpara de pie en el otro, podrás elegir un sofá un poco más largo.
Si tienes niños en casa, busca un modelo funcional con un tapizado sufrido, que sea fácil de limpiar, como el algodón, la piel y la chenilla. Si además es desenfundable, mucho mejor. Si tienes mascotas también deberás tenerlo en cuenta.
Cuando vayas a comprar un sofá nuevo, pregunta siempre si el relleno es indeformable, si es desenfundable y cuál es la forma correcta de lavarla. En el caso de la piel, infórmate de cuáles son los productos adecuados para mantenerlo siempre como el primer día.
Aunque las butacas no son un elemento imprescindible, en muchas ocasiones es preferible decantarse por esta opción, en lugar de por un sofá de dos plazas. Asegúrate de que sea una pieza que quede bien proporcionada en cuanto a volumen con respecto al espacio que dispongas y el resto de los muebles. Puedes utilizar una butaca como elemento de contraste si el resto de la decoración es neutra, de esta forma cobrará especial protagonismo. Y si va a ser un asiento destinado a una zona de lectura, piensa que tendrás que acompañarlo de una lámpara y una mesita auxiliar para crear el rincón perfecto.
Otro mueble fundamental en este espacio es una librería o algún tipo de estructura modular para colocar el televisor. Una composición que cumpla con varias funciones al mismo tiempo: como almacenaje y para colocar los aparatos de audio, vídeo, libros, fotos y otros objetos decorativos.
12 ideas para organizar una biblioteca en el salón
Otro mueble fundamental en este espacio es una librería o algún tipo de estructura modular para colocar el televisor. Una composición que cumpla con varias funciones al mismo tiempo: como almacenaje y para colocar los aparatos de audio, vídeo, libros, fotos y otros objetos decorativos.
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Tomar medidas. Nuestra altura también será algo que influya en la elección del sofá. Por ejemplo, para que una persona que mide 1,80 m se sienta cómoda, necesitará un sofá de 90 cm de profundidad y otros 90 cm de altura en el respaldo. Debes tener en cuenta asimismo que las caderas nunca deberían estar por debajo de las rodillas, para que las piernas descansen cómodamente flexionadas en ángulo de 90º. Con ello conseguirás evitar problemas de espalda y lumbares debidos a una postura incorrecta.
En muchas ocasiones, la mesa de centro se toma únicamente como una pieza decorativa pero su funcionalidad es más importante de lo que pudiera parecer. Escógela en función no solo del estilo decorativo que mejor encaje con el resto de la decoración, sino también del material, la proporción respecto al sofá y en especial la utilidad que le vayas a dar.
Las mesas de madera son una de las opciones más socorridas. En función de la forma y el acabado, conseguirás un look más clásico o más contemporáneo. Si tienes niños en casa evita una pieza de cristal o con esquinas, opta mejor por mesas ovaladas o redondeadas, aunque si las prefieres más angulosas puedes utilizar protectores para evitar accidentes.
Para que no se vea excesivamente pequeña ni demasiado grande, la longitud de la mesa no debe ser inferior a la mitad de la del sofá, o, por el contrario, mayor a la de éste. Debes además poder colocarla a unos 40-50 cm de distancia, no menos, para poder sentarte cómodamente y circular con agilidad. En cuanto a la altura, es necesario que sea baja, como mucho igual a la del asiento del sofá. Si es más alta, puede que obstaculice la visión y creará por otro lado el efecto de que el salón es más pequeño. Para quienes acostumbran a comer o cenar en el sofá, pueden optar por una mesa de centro con una superficie extraíble y elevable, de forma que puedan hacerlo con mayor comodidad.
En muchas ocasiones, la mesa de centro se toma únicamente como una pieza decorativa pero su funcionalidad es más importante de lo que pudiera parecer. Escógela en función no solo del estilo decorativo que mejor encaje con el resto de la decoración, sino también del material, la proporción respecto al sofá y en especial la utilidad que le vayas a dar.
Las mesas de madera son una de las opciones más socorridas. En función de la forma y el acabado, conseguirás un look más clásico o más contemporáneo. Si tienes niños en casa evita una pieza de cristal o con esquinas, opta mejor por mesas ovaladas o redondeadas, aunque si las prefieres más angulosas puedes utilizar protectores para evitar accidentes.
Para que no se vea excesivamente pequeña ni demasiado grande, la longitud de la mesa no debe ser inferior a la mitad de la del sofá, o, por el contrario, mayor a la de éste. Debes además poder colocarla a unos 40-50 cm de distancia, no menos, para poder sentarte cómodamente y circular con agilidad. En cuanto a la altura, es necesario que sea baja, como mucho igual a la del asiento del sofá. Si es más alta, puede que obstaculice la visión y creará por otro lado el efecto de que el salón es más pequeño. Para quienes acostumbran a comer o cenar en el sofá, pueden optar por una mesa de centro con una superficie extraíble y elevable, de forma que puedan hacerlo con mayor comodidad.
Los textiles. Cortinas, tapicerías, alfombras y complementos como cojines y mantas, son los encargados de aportar la calidez que un salón requiere. Para los grandes tapizados como el del sofá o butacas, es preferible que elijas materiales resistentes en colores sufridos para que perduren impecables durante mucho tiempo. Decántate por telas lisas o semilisas sin grandes estampados para tapizar este tipo de piezas, así no te cansarás de ver a diario el mismo motivo. Utiliza los cojines para aportar una nota más personal mediante el uso de tejidos más sofisticados como la seda, el terciopelo y la lana o estampados atrevidos en colores más estridentes. Si te cansas de ellos podrás sustituirlos con mayor facilidad y menor coste.
Aunque en las viviendas de corte contemporáneo no suelen ponerse cortinas, un salón es fácil que parezca que no está definitivamente terminado si no se visten las ventanas. En espacios de estilo actual, puedes elegir un estor muy simple o un screen para filtrar ligeramente la entrada de luz natural y crear mayor sensación de intimidad. Los visillos de algodón, lino muy fino o gasa son ideales para espacios frescos y muy naturales. Los cortinajes más pesados, realizados con tejidos gruesos, siempre acentuarán el lado más clásico de un salón.
Aunque en las viviendas de corte contemporáneo no suelen ponerse cortinas, un salón es fácil que parezca que no está definitivamente terminado si no se visten las ventanas. En espacios de estilo actual, puedes elegir un estor muy simple o un screen para filtrar ligeramente la entrada de luz natural y crear mayor sensación de intimidad. Los visillos de algodón, lino muy fino o gasa son ideales para espacios frescos y muy naturales. Los cortinajes más pesados, realizados con tejidos gruesos, siempre acentuarán el lado más clásico de un salón.
Remata el conjunto con una alfombra que unifique el espacio destinado a los asientos. Las piezas monocromáticas de dibujos geométricos son ideales para ambientes de corte contemporáneo. Los kilims te ayudarán a crear un salón de estilo clásico, industrial o ecléctico, según los colores que lo conformen. Las piezas de lana y pelo largo son perfectas para ambientes fríos en los que se requiera una dosis extra de calidez. Y las de fibras vegetales son la propuesta idónea para casas de veraneo o ambientes más informales.
Descubre qué alfombra le va a tu casa con los consejos de 4 expertos
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La iluminación. Es uno de los aspectos fundamentales para realizar una correcta decoración de cualquier espacio y, en concreto, del salón. El confort visual y la comodidad deben estar armoniosamente integrados, ya que se trata de la estancia en la que solemos pasar gran parte de nuestra vida en casa.
Empieza por la distribución de la luz general como punto de partida: mediante el uso de lámparas de techo, halógenos y plafones, conseguirás iluminar toda la estancia de forma homogénea. Eso sí, intenta que no sea demasiado intensa para evitar desagradables deslumbramientos. Si tienes molduras en el techo, puedes utilizarlas como reflectores de luz con el uso de tiras led, de modo que la luminosidad rebote sobre las molduras y el techo, creando así una iluminación muy agradable.
Junto a la zona de lectura y las butacas, coloca una lámpara de pie o sobremesa –si dispones de una mesita auxiliar que apoye el conjunto–, a ser posible con regulador para que puedas modificar la intensidad de más tenue a más intensa en función de la atmósfera que quieras crear. Procura que la luminaria disponga de un brazo orientable para que la luz incida correctamente sobre el libro.
Las librerías pueden iluminarse mediante luz puntual con focos de techo dirigidos hacia los estantes o con decorativas luminarias pinzadas en las baldas. Si quieres acentuar las características decorativas de algún cuadro, escultura o detalle especial, utiliza iluminación puntual y directa que enfatice el valor de la pieza, además de crear un singular juego de luces y sombras en armonía con la iluminación general.
CUÉNTANOS…
¿Has seguido alguno de estos consejos básicos para decorar tu salón? Comparte tu experiencia en los comentarios y sube una foto para que podamos ver cómo te ha quedado.
Empieza por la distribución de la luz general como punto de partida: mediante el uso de lámparas de techo, halógenos y plafones, conseguirás iluminar toda la estancia de forma homogénea. Eso sí, intenta que no sea demasiado intensa para evitar desagradables deslumbramientos. Si tienes molduras en el techo, puedes utilizarlas como reflectores de luz con el uso de tiras led, de modo que la luminosidad rebote sobre las molduras y el techo, creando así una iluminación muy agradable.
Junto a la zona de lectura y las butacas, coloca una lámpara de pie o sobremesa –si dispones de una mesita auxiliar que apoye el conjunto–, a ser posible con regulador para que puedas modificar la intensidad de más tenue a más intensa en función de la atmósfera que quieras crear. Procura que la luminaria disponga de un brazo orientable para que la luz incida correctamente sobre el libro.
Las librerías pueden iluminarse mediante luz puntual con focos de techo dirigidos hacia los estantes o con decorativas luminarias pinzadas en las baldas. Si quieres acentuar las características decorativas de algún cuadro, escultura o detalle especial, utiliza iluminación puntual y directa que enfatice el valor de la pieza, además de crear un singular juego de luces y sombras en armonía con la iluminación general.
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