Decoración
Decoración para principiantes: Cómo montar la mesa perfecta
Toda celebración supone una reunión en torno a una mesa. Aprende a ponerla con estilo para impactar a tus invitados.
¿Conoces la diferencia entre porcelana y loza? ¿Sabes cómo debe ser una cristalería? ¿Y el material más adecuado para las cuberterías? Dominar estos detalles te permitirá disfrutar del mejor servicio de mesa para cualquier ocasión. Invertir en unos platos, copas, vasos y cubiertos de calidad y estilo atemporal es la base sobre la que poder construir estilismos de lo más variados: desde comidas formales hasta reuniones con amigos, sin olvidar las fiestas más señaladas del calendario. En estos casos, la mantelería y los accesorios representarán un papel determinante.
Porcelana. Son las vajillas más elegantes y valoradas, tanto por sus prestaciones de dureza y resistencia como por su estética delicada y versátil, que bien puede adecuarse a formatos clásicos o a formas orgánicas y contemporáneas. Originaria de China, una de las principales ventajas de la porcelana se debe a su proceso de cocción a temperaturas muy elevadas (entre 1.300 y 1.400 ºC), que vitrifica su superficie y le confiere una gran resistencia a los golpes, incluso cuando conforma piezas finas y de líneas delicadas.
Para comprobar la calidad de una porcelana, los expertos aconsejan poner una mano tras el plato y colocar éste a trasluz; en una vajilla de alto nivel, debería verse la sombra de la mano, ya que una de las características de la porcelana es que resulta ligeramente translúcida. Esto resulta más marcado todavía en el caso de las vajillas denominadas Bone China, que se diferencian de las de porcelana vitrificada porque incorporan al menos un 25% de cenizas de hueso natural en su composición, lo que las hace aún más delicadas y las convierte en productos más exclusivos y costosos.
Para comprobar la calidad de una porcelana, los expertos aconsejan poner una mano tras el plato y colocar éste a trasluz; en una vajilla de alto nivel, debería verse la sombra de la mano, ya que una de las características de la porcelana es que resulta ligeramente translúcida. Esto resulta más marcado todavía en el caso de las vajillas denominadas Bone China, que se diferencian de las de porcelana vitrificada porque incorporan al menos un 25% de cenizas de hueso natural en su composición, lo que las hace aún más delicadas y las convierte en productos más exclusivos y costosos.
Loza. Las piezas de estas vajillas se cuecen a temperaturas mucho más bajas que las de porcelana, por lo que su dureza y la resistencia de su esmaltado al rayado es también menor, al tiempo que resultan más porosas y, por tanto, menos duraderas e higiénicas. Disponibles en acabados naturales, en los que el color resultante depende del barro empleado para las piezas, la tendencia hacia elaboraciones artesanas ha dado lugar a una amplia variedad de diseños y colores, que se adaptan tanto a mesas actuales e informales como a las de sabor campestre y tradicional.
Vidrio. Con unos orígenes que se remontan a los años 60 y 70, en los que supuso una auténtica revolución por su elevada resistencia y durabilidad, las vajillas de vidrio tensionado de hoy día se fabrican con modernas técnicas que les confieren prestaciones semejantes a las de la porcelana. Disponibles en acabados que van desde el transparente al coloreado, pasando por los decorados de todo tipo, no hay que olvidar que el vidrio es un material no poroso (frente al 1-2% de porosidad de la porcelana) por lo que es el más higiénico de cuantos existen para este uso.
Esto, unido a que se mantiene inalterable durante años debido a su elevada resistencia al desgaste, el rayado y la abrasión, convierte a este material en una opción ideal para uso diario. Además, su estética es cada vez más elaborada en formas y colores, acercándose mucho a la porcelana como podemos ver en la imagen. Esta, de suaves líneas orgánicas, pertenece a la colección Yalta de Luminarc.
Esto, unido a que se mantiene inalterable durante años debido a su elevada resistencia al desgaste, el rayado y la abrasión, convierte a este material en una opción ideal para uso diario. Además, su estética es cada vez más elaborada en formas y colores, acercándose mucho a la porcelana como podemos ver en la imagen. Esta, de suaves líneas orgánicas, pertenece a la colección Yalta de Luminarc.
La cristalería, determinante. Existe una gran variedad de copas de vino si bien, en términos generales, conviene saber que estas deben ser de cristal fino, totalmente incoloras y con un diseño lo más sencillo posible, para poder apreciar convenientemente el vino. Hay versiones reforzadas que ofrecen una mayor resistencia al impacto, como la de la imagen de la firma Bormioli Rocco. En lo que se refiere a la forma, el pie debe ser lo bastante largo como para poder sostener la pieza por él, de modo que la mano no aporte calor al vino.
Cada tipo de bebida requiere una forma y tamaño distintos para poder apreciarla en todos sus matices. Así, por ejemplo, las copas de vino tinto han de ser más altas y anchas que las de vino blanco, mientras que las de cava, champán y otros espumosos son aún más altas y estrechas, para conservar mejor la efervescencia. Y es que, según la forma de la copa, el vino será conducido hacia nuestra nariz, lengua y paladar de manera diferente, por lo que utilizar el modelo adecuado garantizará un disfrute mejor del sabor y aroma del vino.
Ideas para que tu bufé sea un éxito
Cada tipo de bebida requiere una forma y tamaño distintos para poder apreciarla en todos sus matices. Así, por ejemplo, las copas de vino tinto han de ser más altas y anchas que las de vino blanco, mientras que las de cava, champán y otros espumosos son aún más altas y estrechas, para conservar mejor la efervescencia. Y es que, según la forma de la copa, el vino será conducido hacia nuestra nariz, lengua y paladar de manera diferente, por lo que utilizar el modelo adecuado garantizará un disfrute mejor del sabor y aroma del vino.
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La cubertería, funcional y con estilo. Si bien la plata se ha considerado tradicionalmente la opción más adecuada para las cuberterías de alto nivel, lo cierto es que las de acero inoxidable son, hoy por hoy, la mejor opción en términos de resistencia, calidad, facilidad de mantenimiento y variedad de diseños; por no hablar de su funcionalidad, que las hace adecuadas para un uso diario y para su lavado en lavavajillas sin que se estropeen. Los expertos recomiendan elegirlas de acero inoxidable 18/10, el garantizado frente a corrosión.
En cuanto a las presentaciones, las cuberterías para mesas formales oscilan entre las 114 y las 150 piezas, en función de los accesorios que incluyan. Suelen ser para doce servicios y abarcan cuchara, tenedor y cuchillo de mesa, tenedor y pala de pescado, tenedor y cuchara de postre, cucharas de café y de moka, además de otros recipientes y cubiertos de servicio. No obstante, hay una amplia oferta de sets para uso diario, de 18 y 24 piezas, que en ocasiones pueden complementarse con piezas sueltas de la misma serie para celebraciones más formales.
En cuanto a las presentaciones, las cuberterías para mesas formales oscilan entre las 114 y las 150 piezas, en función de los accesorios que incluyan. Suelen ser para doce servicios y abarcan cuchara, tenedor y cuchillo de mesa, tenedor y pala de pescado, tenedor y cuchara de postre, cucharas de café y de moka, además de otros recipientes y cubiertos de servicio. No obstante, hay una amplia oferta de sets para uso diario, de 18 y 24 piezas, que en ocasiones pueden complementarse con piezas sueltas de la misma serie para celebraciones más formales.
Una buena base. Una mesa bien vestida permite realzar el servicio y la decoración elegida para la ocasión aunque, al mismo tiempo, el mantel que elijamos para ello debe combinar con el resto de los elementos de la composición. Las mantelerías blancas de algodón y lino son la opción más neutra y versátil, ya que se adaptan tanto a una mesa formal como a una más contemporánea. En el primer caso, se aconseja que la pieza de tela vista por completo la mesa, mientras que en el segundo, una opción al alza es la combinación con caminos de mesa en tonos que combinen con la decoración.
En ocasiones más informales, puede sustituirse el mantel convencional por individuales o caminos de mesa en tejidos y texturas originales; incluso se puede dejar la mesa totalmente descubierta, si se trata de un mueble con mucha presencia. Asimismo, hay una amplia oferta de mantelerías textiles con tratamientos antimanchas, con un tacto agradable y mucho más prácticas desde el punto de vista de su limpieza y mantenimiento.
En ocasiones más informales, puede sustituirse el mantel convencional por individuales o caminos de mesa en tejidos y texturas originales; incluso se puede dejar la mesa totalmente descubierta, si se trata de un mueble con mucha presencia. Asimismo, hay una amplia oferta de mantelerías textiles con tratamientos antimanchas, con un tacto agradable y mucho más prácticas desde el punto de vista de su limpieza y mantenimiento.
Una mesa formal. Platos llanos, platos hondos y de postre son las piezas básicas de las vajillas, que pueden complementarse con uno de presentación en el caso de una comida formal. Los platos se colocan en la mesa separados entre sí unos 45 cm y a unos 2-3 cm del borde. Si se coloca un platito pequeño para el pan, este debe situarse en la parte superior izquierda, sobre los cubiertos. En lo que se refiere a estos últimos, el cuchillo se coloca a la derecha del plato, con el filo hacia adentro; la cuchara se sitúa a la derecha del cuchillo con la concavidad hacia arriba; y el tenedor, a la izquierda del plato, con las puntas hacia arriba. En el caso de colocar más de un tenedor y un cuchillo (por ejemplo, de pescado y de carne) su posición es muy sencilla: de fuera hacia adentro del plato en función del momento en el que se vayan a usar durante el menú, de modo que los últimos en utilizar serán los que queden más pegados al plato. Los cubiertos de postre se colocan en la parte superior del plato.
Cómo sorprender a tus invitados
Por último, en cuanto a la cristalería, hay que disponer las copas necesarias para las bebidas que se servirán. Es decir, si se va a servir vino blanco y tinto, se colocarán ambas copas, así como la de agua. Si, además, se va a servir cava, champán o cualquier otro espumoso, también se pondrá la copa adecuada sobre la mesa. En cuanto a su disposición, estas se colocan en la parte superior sobre los cuchillos, en línea recta, diagonal o en curva. La copa de agua ocupa la posición más a la izquierda, a continuación hacia la derecha se coloca la copa de vino tinto y, a la derecha del todo, la de vino blanco. En caso de tomarse espumoso, se colocará entre la de agua y la de vino tinto.
CUÉNTANOS…
¿Cómo haces para impresionar a tus invitados con la decoración de la mesa? Comparte tus trucos en la sección de comentarios.
Cómo sorprender a tus invitados
Por último, en cuanto a la cristalería, hay que disponer las copas necesarias para las bebidas que se servirán. Es decir, si se va a servir vino blanco y tinto, se colocarán ambas copas, así como la de agua. Si, además, se va a servir cava, champán o cualquier otro espumoso, también se pondrá la copa adecuada sobre la mesa. En cuanto a su disposición, estas se colocan en la parte superior sobre los cuchillos, en línea recta, diagonal o en curva. La copa de agua ocupa la posición más a la izquierda, a continuación hacia la derecha se coloca la copa de vino tinto y, a la derecha del todo, la de vino blanco. En caso de tomarse espumoso, se colocará entre la de agua y la de vino tinto.
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