Cuéntanos… ¿Qué importancia tiene para ti el dormitorio?
Tres destacados diseñadores cuentan cómo es su dormitorio, cómo lo usan y las emociones que despierta en ellos.
Aunque el dormitorio no sea el espacio alrededor del que se organiza la casa hoy, sí es –y seguirá siendo– el lugar que concentra la mayoría de nuestras emociones. A raíz de la lectura del libro Historias de alcobas (Siruela), de Michelle Perrot, hemos preguntado a tres destacados diseñadores industriales sobre la importancia del dormitorio en sus vidas, sus recuerdos y cómo sería su dormitorio ideal.
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Perrot se explaya en el libro sobre cómo el dormitorio ha ido evolucionado y lo que significa en nuestra sociedad, pero es significativo que quiera empezar el recorrido con una perspectiva majestuosa –como él mismo asegura–. Para ello, lleva al lector al Palacio de Versalles, a la mismísima habitación de Luis XIV para quien el dormitorio era el centro del palacio. Desde 1701, la habitación del Rey Sol ocupó el centro del palacio: volcada al Patio de mármol y mirando al sol en un centralismo imperial.
Dormitorio de Víctor Carrasco, diseñador y fundador de Viccarbe, en su casa de Valencia
Sin embargo, a día de hoy, el dormitorio ya no es tan importante dentro de la casa como hace siglos. Para la mayoría se trata de un lugar de descanso, generalmente no muy grande, donde no transcurre la vida diaria. Para Víctor Carrasco –diseñador industrial y fundador de Viccarbe– la importancia del dormitorio es relativa. “Yo vivo en un espacio abierto y muy luminoso. Vivo, como y trabajo en un gran salón y el dormitorio es exclusivamente un lugar de descanso. A la habitación solo entro a dormir las siete horas que recomiendan los médicos, ni una más. Sufrimos de tal infoxicación que trato de llegar a la cama somnoliento y libre de distracciones”, dice.
Sin embargo, a día de hoy, el dormitorio ya no es tan importante dentro de la casa como hace siglos. Para la mayoría se trata de un lugar de descanso, generalmente no muy grande, donde no transcurre la vida diaria. Para Víctor Carrasco –diseñador industrial y fundador de Viccarbe– la importancia del dormitorio es relativa. “Yo vivo en un espacio abierto y muy luminoso. Vivo, como y trabajo en un gran salón y el dormitorio es exclusivamente un lugar de descanso. A la habitación solo entro a dormir las siete horas que recomiendan los médicos, ni una más. Sufrimos de tal infoxicación que trato de llegar a la cama somnoliento y libre de distracciones”, dice.
Para otros, la habitación es el lugar que encierra los mejores recuerdos de la infancia. Sucede así con la diseñadora francesa Inga Sempé. “De niña tenía un cuarto muy pequeño, así que le pedí a mi madre que lo pintara de marrón oscuro porque quería sentirme como una ardilla viviendo en su tronco. Mis mejores recuerdos son los de mi habitación en de nuestra casa del siglo XVIII en el sur de Francia, donde era una delicia echarse la siesta. La casa tenía unas paredes tan gruesas que siempre estaba fresca, incluso cuando fuera hacía más de 30ºC”, responde por correo electrónico desde su estudio en París.
Como sucede con Carrasco, la diseñadora sueca Monica Förster también conviene en que el dormitorio está perdiendo importancia… y metros cuadrados. “En Suecia, las habitaciones tienden a ser más pequeñas, al menos en las ciudades más grandes, porque los precios de la vivienda son cada vez más altos”.
Para Förster, su habitación es “un lugar para la reflexión, el calor y la risa, pero también un sitio de largas noches de insomnio”, asegura. Cuenta que su dormitorio ideal debe ser “frío y silencioso, con pocas cosas en la pared y de color blanco. Necesito un lugar tranquilo, también para la mente. En mi cuarto paso muchas horas leyendo y viendo películas”.
► Más ideas, consejos e inspiración en la sección ‘Dormitorio’ de la Revista Houzz España
Para Förster, su habitación es “un lugar para la reflexión, el calor y la risa, pero también un sitio de largas noches de insomnio”, asegura. Cuenta que su dormitorio ideal debe ser “frío y silencioso, con pocas cosas en la pared y de color blanco. Necesito un lugar tranquilo, también para la mente. En mi cuarto paso muchas horas leyendo y viendo películas”.
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También Sempé, como Förster, prefiere un dormitorio fresco para poder dormir bien. De hecho, cuenta que el suyo no tiene calefacción y que lo usa solo para dormir o leer; “nunca para ver la televisión”.
Perrot, que dedica capítulos a la habitación infantil, la de la mujer, la de los hoteles…, escribe que el dormitorio ha sido la cuna de la civilización: un lugar de creación, un espacio de experiencias que difieren según la persona, como sucede también con los tres diseñadores entrevistados.
Para Sempé, por ejemplo, “el dormitorio es muy importante porque se trata de un lugar privado, alejado del resto de habitaciones de la casa”. Su afirmación coincide con la conclusión final de Perrot, que asegura que en una sociedad cada vez más abierta y expuesta al escrutinio, el dormitorio nos seduce por su capacidad para encerrar nuestros secretos y emociones más íntimas.
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CUÉNTANOS…
¿Qué recuerdos te trae el dormitorio? ¿Cómo lo utilizas? ¿Qué es lo que más te gusta de tu habitación? Esperamos tus comentarios
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Como decíamos, este artículo surge a raíz de la lectura del libro Historias de alcobas, de Michelle Perrot, y de los recuerdos –largas tardes de invierno leyendo, los últimos meses de vida de mi abuelo, juegos con mis hijos…– que ha despertado su lectura.