Llega una de las épocas más esperadas del año, la Navidad, y muchos hogares lucirán sus mejores galas con una decoración festiva en la que el árbol de Navidad es uno de los elementos protagonistas. Pero… ¿sabemos cómo cuidar el árbol navideño para que nos aguante todas las fiestas? Hemos decidido preguntarle a dos paisajistas –Natalia Queiruga, de El Creador de Paisajes; y Rubén Sánchez, de ARKHÉ Estudio– por sus trucos y consejos.

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¿Cuál es el árbol adecuado y cómo lo identifico? Al tratarse de abetos de gran desarrollo hay que pensar qué vas a hacer con él en cuanto acaben las fiestas navideñas para elegir la medida más adecuada.

“Hay que tener en cuenta que las especies que utilizamos son típicas de zonas de montaña. Los abetos de navidad que solemos adquirir son de 1,5 a 2 metros, a los que les cortan las raicillas por las que absorben el agua, para introducirlos en contenedores de plástico muchas veces más pequeños que el cepellón que tenían antes de arrancarlos del suelo. Por ello, será necesario comprar uno de tamaño menor o que esté plantado en un contenedor más grande”, explica Natalia Queiruga de El Creador de Paisajes.

Para elegir bien un abeto de navidad hay que fijarse que las puntas de las acículas (hojas) no estén secas ni las ramas peladas. “En cuanto al color, tiene que tener un verde intenso o azul (dependiendo de la especie comprada) y que las acículas no se desprendan fácilmente de las ramas”, especifica.

Esther Algara

Aunque lo tradicional es elegir ejemplares de abeto en las variedades verdes, casi todos los viveros disponen de ejemplares en tonos azules o dorados. “Un ejemplo puede ser la Picea Pungens ‘Koster’ con un fuerte tono azulado”, cuenta Rubén Sánchez, de ARKHÉ Estudio.

“Una vez elegida la especie hay que fijarse en la parte aérea; lo ideal es que sean ejemplares bien formados y equilibrados, que presenten brotes nuevos y lo más tupidos posible. Estas condiciones junto a la buena coloración de las acículas, determina el buen estado del ejemplar”, añade Sánchez.

Los árboles mejor adaptados para colocarse dentro de una vivienda son los que están cultivados en maceta y que, al menos, han estado en este estado durante uno o dos años. “Las raíces serán más fuertes y estarán aclimatadas a vivir en el recipiente”, dice el experto de ARKHÉ Estudio.

Louise de Miranda

¿Qué tipo de base o recipiente es recomendable para un árbol de Navidad natural? Un recipiente de dimensiones generosas permitirá que las raíces del árbol no queden excesivamente apretadas. “Hay que elegir un contenedor o maceta de barro ancha y profunda y lo más grande posible”, dice Natalia Queiruga. “Cuanto más amplio sea el espacio para las raíces, más sustrato y más capacidad para contener agua y nutrientes, en definitiva más cómodo se encontrará el árbol”, añade Sánchez Segador. Posteriormente, se puede embellecer el conjunto, utilizando un cesto de grandes dimensiones para ocultar en su interior el contenedor original.

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¿Dónde se debe colocar un árbol de Navidad? Aunque no solemos pensar en ello, el lugar en el que colocamos el árbol de Navidad será fundamental para que pueda vivir en las condiciones idóneas.

Evitar pasillos y recibidores oscuros ayudará que el abeto natural se mantenga en el estado más adecuado a sus características. “Teniendo en cuenta que estamos hablando de una especie de clima frío y húmedo de montaña, mantenerla lo más lejos posible de la calefacción o foco de calor, en un espacio lo más luminoso posible, resultará lo más adecuado”, comenta Natalia Queiruga.

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¿Cada cuánto tiempo debe regarse un abeto navideño? Teniendo en cuenta que en Navidad solemos encender la calefacción, chimenea, etc., será necesario regar el árbol cada tres días, aunque si el calor no es excesivo, una vez a la semana será suficiente. “La maceta debe de tener buen drenaje para que no se encharque. Lo más importante es pulverizar con agua todos los días las hojas, para simular las condiciones de humedad y luz exteriores”, explica Queiruga.

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¿Se pueden dejar las luces del árbol encendidas toda la noche? Las luces son un clásico en la mayoría de árboles navideños, un elemento decorativo esencial que se convierte en un foco de calor directo sobre el árbol. Escoger un tipo de luces o guirnaldas luminosas led, que emanan menos calor, se convierte en la opción perfecta.

“Cuanto más tiempo estén apagadas, mejor. También, por seguridad, si tenemos niños pequeños o mascotas, yo recomiendo no tenerlas encendidas por la noche o cuando se esté fuera de casa”, explica Queiruga.

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¿Qué cuidados específicos requiere? Será necesario transplantar el árbol inmediatamente del vivero a un contenedor de barro grande y profundo. “Recomiendo poner abono de coníferas, para evitar que se pele –en poca cantidad, porque el exceso podría provocar que se seque”, cuenta Natalia Queiruga: “intentar no cambiarlo mucho de sitio y busca la zona más fresca y luminosa de la casa para establecerlo; en cuanto hayan pasado las fiestas, trata de sacarlo al exterior, terraza o jardín”, matiza.

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Lo más importante es conocer qué estamos comprando y saber qué vamos a hacer después con él. “Se nos han dado muchos casos de jardines en los que la familia ha plantado el árbol de Navidad en mitad de una pradera, y con los años se han encontrado con un árbol de tamaño excesivo”, remata Rubén Sánchez.

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