Cómo conservar tus alimentos bajo tierra y ahorrar energía
Las neveras viejas despilfarran energía. Hay maneras ecológicas, y novedosas, de conservar la frescura de los alimentos. Descúbrelas aquí.
Olivia Strigari
29 de enero de 2016
Además de ser el elemento más visible de nuestra cocina, la nevera es un electrodoméstico básico en nuestro día a día, tanto si vivimos en una zona cálida como si residimos en un lugar más frío. Lamentablemente, este tradicional sistema de enfriamiento tiene un importante coste ambiental, y es que tu nevera consume mucha electricidad. Por suerte, se ha avanzado mucho a nivel internacional en lo que respecta a desarrollar soluciones para mantener nuestros alimentos a buena temperatura sin necesidad de sobrecalentar el planeta. Si bien unos echan mano de los trucos de nuestros ancestros para dar con la solución futura, otros tratan de diseñar inventos de alta tecnología, como la energía solar, el frío magnético e incluso la conversión térmica.
Bajo tierra
Antes de la llegada del frigorífico, en los climas fríos se recurría a la superficie terrestre para almacenar los alimentos. El usuario canadiense de Houzz, Cancork Floor Inc. recuerda que “en el norte de Canadá la gente solía construir depósitos en el permagel –la capa de hielo permanente en los niveles superficiales del suelo de las regiones muy frías– a modo de almacenes. Se incrustaban en la tundra inferior a la capa de nieve y algunos podían llegar a tener el tamaño de una casa pequeña. Lamentablemente, muchas casas los han perdido debido al cambio climático, ya que el nivel de permagel se reduce cada día un poco más, lo cual complica la conservación de la carne en verano”.
Sin embargo, aunque el calentamiento global es motivo de preocupación, la gente está volviendo a descubrir esto de conservar los alimentos bajo tierra. De hecho, están emergiendo nuevas alternativas.
Antes de la llegada del frigorífico, en los climas fríos se recurría a la superficie terrestre para almacenar los alimentos. El usuario canadiense de Houzz, Cancork Floor Inc. recuerda que “en el norte de Canadá la gente solía construir depósitos en el permagel –la capa de hielo permanente en los niveles superficiales del suelo de las regiones muy frías– a modo de almacenes. Se incrustaban en la tundra inferior a la capa de nieve y algunos podían llegar a tener el tamaño de una casa pequeña. Lamentablemente, muchas casas los han perdido debido al cambio climático, ya que el nivel de permagel se reduce cada día un poco más, lo cual complica la conservación de la carne en verano”.
Sin embargo, aunque el calentamiento global es motivo de preocupación, la gente está volviendo a descubrir esto de conservar los alimentos bajo tierra. De hecho, están emergiendo nuevas alternativas.
Un banquete portátil en los Países Bajos
En los Países Bajos, todo aquel que quiere colocar un depósito de alimentos bajo tierra debe lidiar con ciertos obstáculos, pues se necesitan permisos de construcción y, al ser un país con poca altura sobre el nivel del mar, son frecuentes las inundaciones. Además, el agua subterránea suele tener alrededor de tres metros de profundidad. Con todo, Floris Schoonderbeek, director artístico y diseñador de su propia compañía, Weltevree, no dejó que esto lo frenase. Inventó la Groundfridge, una especie de bodega subterránea que le soluciona estos problemas.
En los Países Bajos, todo aquel que quiere colocar un depósito de alimentos bajo tierra debe lidiar con ciertos obstáculos, pues se necesitan permisos de construcción y, al ser un país con poca altura sobre el nivel del mar, son frecuentes las inundaciones. Además, el agua subterránea suele tener alrededor de tres metros de profundidad. Con todo, Floris Schoonderbeek, director artístico y diseñador de su propia compañía, Weltevree, no dejó que esto lo frenase. Inventó la Groundfridge, una especie de bodega subterránea que le soluciona estos problemas.
Hace cinco años, Floris se dio cuenta de que tanto propietarios como cocineros estaban cambiando su modo de vida, principalmente, al cultivar sus propias frutas y verduras. Pensó, entonces, que muchos de ellos agradecerían poder disponer de un depósito donde conservar sus cosechas.
Con la ayuda de varios socios, incluida la Universidad de Wageningen, nació la Groundfridge, que es impermeable, gracias a su membrana de poliéster, y muy fácil de transportar. Por otra parte, no se necesita de permisos de construcción para disponer de esta bodega orgánica: basta con tener conocimiento suficiente sobre el terreno en el que se pretende instalar.
Con la ayuda de varios socios, incluida la Universidad de Wageningen, nació la Groundfridge, que es impermeable, gracias a su membrana de poliéster, y muy fácil de transportar. Por otra parte, no se necesita de permisos de construcción para disponer de esta bodega orgánica: basta con tener conocimiento suficiente sobre el terreno en el que se pretende instalar.
Esta permite almacenar la misma cantidad de alimentos que 20 frigoríficos normales y mantiene una temperatura que oscila entre 7 ºC y 12 ºC durante todo el año.
Puesto que todavía queda mucho por descubrir en esto de la conservación bajo tierra, este invento tiene muchísimo mérito.
Floris ideó dos modelos: uno con una puerta con panel solar, que crea una pequeña cantidad de electricidad para compensar las temperaturas del verano y enfriar así la Groundfrige.
La otra está unida a una fuente natural de agua subterránea, que se mantiene en todo momento a 10 ºC para enfriar constantemente los alimentos y no sufrir fallos de temperatura. Estamos, sin duda, ante un buen ejemplo de producto que combina lo tradicional de las antiguas bodegas subterráneas con lo moderno de su diseño.
Puesto que todavía queda mucho por descubrir en esto de la conservación bajo tierra, este invento tiene muchísimo mérito.
Floris ideó dos modelos: uno con una puerta con panel solar, que crea una pequeña cantidad de electricidad para compensar las temperaturas del verano y enfriar así la Groundfrige.
La otra está unida a una fuente natural de agua subterránea, que se mantiene en todo momento a 10 ºC para enfriar constantemente los alimentos y no sufrir fallos de temperatura. Estamos, sin duda, ante un buen ejemplo de producto que combina lo tradicional de las antiguas bodegas subterráneas con lo moderno de su diseño.
Esta casa en Suecia gira alrededor del almacenamiento de alimentos
El matrimonio de ingenieros formado por Linda Hurtigh y Daniele Balzanetti decidió construir su casa en Östersund, al norte de Suecia. Ambos querían crear el hogar perfecto para ellos y sus hijas, Anna-Linnea y Fiamma. Querían, además, que fuese una casa pasiva, donde se prestase especial atención al cultivo y al almacenamiento de alimentos.
“Traemos muchos alimentos de la Italia natal de Daniele”, comenta Linda. “Además, estamos creando un invernadero de 49 metros cuadrados y también disponemos de jardín. Por eso, necesitamos espacio suficiente para conservar los alimentos a largo plazo”.
El matrimonio de ingenieros formado por Linda Hurtigh y Daniele Balzanetti decidió construir su casa en Östersund, al norte de Suecia. Ambos querían crear el hogar perfecto para ellos y sus hijas, Anna-Linnea y Fiamma. Querían, además, que fuese una casa pasiva, donde se prestase especial atención al cultivo y al almacenamiento de alimentos.
“Traemos muchos alimentos de la Italia natal de Daniele”, comenta Linda. “Además, estamos creando un invernadero de 49 metros cuadrados y también disponemos de jardín. Por eso, necesitamos espacio suficiente para conservar los alimentos a largo plazo”.
El almacén subterráneo se planificó desde el principio y ya se incluía en el plano arquitectónico. La casa es semisubterránea, con la cocina en la planta inferior, por lo que es fácil acceder al almacén de comida directamente desde la cocina.
“La única nevera que tenemos es una muy pequeña que hemos puesto en la cocina, debajo la encimera. Ahí guardamos la leche y el queso”, explica Linda.
“La única nevera que tenemos es una muy pequeña que hemos puesto en la cocina, debajo la encimera. Ahí guardamos la leche y el queso”, explica Linda.
Hay dos espacios en el almacén de alimentos: uno en la parte anterior, que mantiene una temperatura de cerca de 12 ºC, y otro más céntrico, que mantiene una temperatura más baja, entre 8 y 10 ºC. “Hemos colocado el congelador en la parte anterior. Al disponerlo en un ambiente así de frío, no es difícil conservar los alimentos frescos y, por lo tanto, consume menos energía”, explica Linda. “Según el fabricante, debería consumir 211 kWh anuales, pero lo hemos medido ¡y consume 150 kWh al año! Y eso teniendo en cuenta que lo usamos todos los días, abriendo y cerrando, lo cual incrementa el consumo de energía”.
En la parte más cálida, la familia guarda el vino, el aceite y los alimentos secos. La parte más céntrica “es perfecta para conservar las cebollas, las patatas y el jamón, así como la mermelada y las conservas que hacemos durante la temporada de otoño”, comenta Linda. Y más que vendrán cuando se haya terminado de construir el invernadero, que esperan empezar a utilizar en breve.
Inventos para probar en la cocina
Si eres de los que no disponen de terreno donde excavar o entre tus planes no está construir una nueva vivienda, te recomendamos echar un vistazo a los electrodomésticos que aplican técnicas innovadoras. Por ejemplo, un pariente lejano del frigorífico y el congelador, el abatidor (o congelador rápido), aplica una gama mucho más amplia de temperaturas y goza de una precisión excelente. Massio Cauullo, director general de la compañía italiana Coldline, explica para qué sirve el abatidor de temperatura. “No se trata de un frigorífico. Este electrodoméstico congela los alimentos cocinados o enfría los alimentos frescos de un modo increíblemente rápido. Mientras que el frigorífico tradicional tarda hasta doce horas en congelar los alimentos, el abatidor lo hace mucho más rápido, pues consigue congelar en menos de media hora.
“El aire interior del electrodoméstico puede alcanzar la temperatura de - 40 ºC, lo cual le permite alcanzar rápidamente los - 8 ºC. Los alimentos congelados pueden conservarse en un congelador normal, pero el abatidor aumenta su período de conservación en un 70 %, por lo que permite mantener la alta calidad del producto”.
Si eres de los que no disponen de terreno donde excavar o entre tus planes no está construir una nueva vivienda, te recomendamos echar un vistazo a los electrodomésticos que aplican técnicas innovadoras. Por ejemplo, un pariente lejano del frigorífico y el congelador, el abatidor (o congelador rápido), aplica una gama mucho más amplia de temperaturas y goza de una precisión excelente. Massio Cauullo, director general de la compañía italiana Coldline, explica para qué sirve el abatidor de temperatura. “No se trata de un frigorífico. Este electrodoméstico congela los alimentos cocinados o enfría los alimentos frescos de un modo increíblemente rápido. Mientras que el frigorífico tradicional tarda hasta doce horas en congelar los alimentos, el abatidor lo hace mucho más rápido, pues consigue congelar en menos de media hora.
“El aire interior del electrodoméstico puede alcanzar la temperatura de - 40 ºC, lo cual le permite alcanzar rápidamente los - 8 ºC. Los alimentos congelados pueden conservarse en un congelador normal, pero el abatidor aumenta su período de conservación en un 70 %, por lo que permite mantener la alta calidad del producto”.
El abatidor también ayuda a formar la masa para el pan, crear yogures caseros o enfriar botellas de vino. Básicamente, es perfecto para todo aquello a lo que necesites aplicar un incremento o un descenso de temperatura. Para lograrlo, este electrodoméstico aplica gas R290: un propano refrigerante cuyo impacto medioambiental es mínimo. Tampoco es tóxico, pues su potencial de agotamiento del ozono es de cero, y presenta un reducido potencial de calentamiento global (GWP), pues este asciende a 3,8 GWP (cuando un frigorífico normal suele ascender a 10 GWP).
Es una herramienta muy útil, cuya tecnología ha sido empleada durante años por profesionales, como restaurantes y hoteles. Por suerte, hoy en día está disponible también para uso doméstico.
“Es un cambio radical dentro del mundo de la alimentación”, comenta Robert Eckstein, asesor sénior para PCV Group en los Países Bajos, encargado del desarrollo del nuevo producto. “El abatidor evita que perdamos esa sensación crujiente de algunos alimentos, ya que permite conservar su estructura durante el proceso de congelación”.
Cada vez son más las personas que deciden utilizarlo, ya que la comida está más deliciosa y se conserva mejor. El principal reto al que se enfrentó el abatidor fue cómo tratar su tamaño para poder adecuarlo al uso doméstico y encajarlo en una cocina, tal y como lo ha conseguido el microondas, por ejemplo.
“Es un cambio radical dentro del mundo de la alimentación”, comenta Robert Eckstein, asesor sénior para PCV Group en los Países Bajos, encargado del desarrollo del nuevo producto. “El abatidor evita que perdamos esa sensación crujiente de algunos alimentos, ya que permite conservar su estructura durante el proceso de congelación”.
Cada vez son más las personas que deciden utilizarlo, ya que la comida está más deliciosa y se conserva mejor. El principal reto al que se enfrentó el abatidor fue cómo tratar su tamaño para poder adecuarlo al uso doméstico y encajarlo en una cocina, tal y como lo ha conseguido el microondas, por ejemplo.
El mismo frigorífico de siempre, pero con nuevas formas de refrigeración
El frío de nuestras neveras suele generarse mediante un sistema de compresión y aplicando un refrigerante que pasa de estado líquido a gaseoso. Este absorbe el calor de los alimentos y rebaja la temperatura del aparato. Sin embargo, ahora hay otras alternativas.
El frío de nuestras neveras suele generarse mediante un sistema de compresión y aplicando un refrigerante que pasa de estado líquido a gaseoso. Este absorbe el calor de los alimentos y rebaja la temperatura del aparato. Sin embargo, ahora hay otras alternativas.
Frío solar
Los frigoríficos y congeladores fabricados por la compañía Freecold trabajan con energía solar y se crearon en Francia con piezas europeas.
Lionel Bataille, director de innovación, explica: “Gracias al panel fotovoltaico, este electrodoméstico utiliza energía solar que alimenta directamente al compresor sin necesidad de recurrir a una batería o regulador de tensión. Tan pronto como aparece el sol, aunque sea solo un par de minutos, el sistema crea frío y brinda una completa independencia durante tres días. También dispone de un aislamiento térmico reforzado que permite responder a la clase de energía A++” (la clasificación de eficiencia energética de la UE para los electrodomésticos establece la A++ como índice mínimo de energía consumida y G como índice máximo). Todavía está en proceso la versión doméstica, pero ya existe el FrigoMobile, una especie de carrito que dispone de unidad fría, luz solar y cargador móvil, también solar. Es perfecto para los vendedores de bebidas frías, casas aisladas o aquellos que disfrutan de un estilo de vida nómada.
Los frigoríficos y congeladores fabricados por la compañía Freecold trabajan con energía solar y se crearon en Francia con piezas europeas.
Lionel Bataille, director de innovación, explica: “Gracias al panel fotovoltaico, este electrodoméstico utiliza energía solar que alimenta directamente al compresor sin necesidad de recurrir a una batería o regulador de tensión. Tan pronto como aparece el sol, aunque sea solo un par de minutos, el sistema crea frío y brinda una completa independencia durante tres días. También dispone de un aislamiento térmico reforzado que permite responder a la clase de energía A++” (la clasificación de eficiencia energética de la UE para los electrodomésticos establece la A++ como índice mínimo de energía consumida y G como índice máximo). Todavía está en proceso la versión doméstica, pero ya existe el FrigoMobile, una especie de carrito que dispone de unidad fría, luz solar y cargador móvil, también solar. Es perfecto para los vendedores de bebidas frías, casas aisladas o aquellos que disfrutan de un estilo de vida nómada.
Frío magnético
Esta tecnología procede del efecto magnetocalórico descubierto en 1881 por el físico alemán Emil Warburg. El frío magnético trabaja en un campo magnético bajo control, aplicando ciclos de magnetización y desmagnetización creados por aleaciones específicas. Para hacerlo más sencillo, estas aleaciones se envían repetidamente al mecanismo del imán: se calientan y luego se enfrían. El calor disminuye por la ventilación. El frío generado (sobre 0 ºC) circula entonces por el frigorífico.
Esta tecnología procede del efecto magnetocalórico descubierto en 1881 por el físico alemán Emil Warburg. El frío magnético trabaja en un campo magnético bajo control, aplicando ciclos de magnetización y desmagnetización creados por aleaciones específicas. Para hacerlo más sencillo, estas aleaciones se envían repetidamente al mecanismo del imán: se calientan y luego se enfrían. El calor disminuye por la ventilación. El frío generado (sobre 0 ºC) circula entonces por el frigorífico.
Cooltech Applications, una compañía francesa con sede en Alsacia, ha desarrollado esta tecnología desde 2003 y ha sido galardonada por sus innovaciones sostenibles con el medioambiente. Vincent Delecourt, director comercial y de marketing, nos ilustra sus ventajas: “el frío magnético es totalmente ecológico, sin gas, por lo que es una alternativa fiable a los refrigerantes que se utilizan a día de hoy y que contribuyen al calentamiento global. Además, el frío magnético consume mucha menos energía. De hecho, podría reducir hasta la mitad el consumo eléctrico del frigorífico”.
En 2016, se llevará a cabo la primera fase de la prueba en el mercado profesional. Debería estar listo para el uso doméstico en 2020, puesto que hay ajustar su tamaño y varios aspectos técnicos para poder acomodarlo a un uso doméstico.
En 2016, se llevará a cabo la primera fase de la prueba en el mercado profesional. Debería estar listo para el uso doméstico en 2020, puesto que hay ajustar su tamaño y varios aspectos técnicos para poder acomodarlo a un uso doméstico.
Crear frío a partir del calor
Considerando que la electricidad es una energía escasa, la joven compañía francesa Coldinnov
lanza esta pregunta: ¿Por qué no recogemos el calor residual de, por ejemplo, los amortiguadores del coche o los hornos industriales para crear frío? A partir de esta premisa, Coldinnov desarrolla un nuevo proceso de creación de frío aplicando calor residual sin necesidad de recurrir a la electricidad o a la compresión.
Considerando que la electricidad es una energía escasa, la joven compañía francesa Coldinnov
lanza esta pregunta: ¿Por qué no recogemos el calor residual de, por ejemplo, los amortiguadores del coche o los hornos industriales para crear frío? A partir de esta premisa, Coldinnov desarrolla un nuevo proceso de creación de frío aplicando calor residual sin necesidad de recurrir a la electricidad o a la compresión.
¿Cómo funciona? En un reactor específico, el amoníaco gaseoso es absorbido por una mezcla de grafito expandido y sales que producen calor. Esta reacción se usa para mitigar el amoníaco en un evaporador y crear frío. Este proceso termoquímico es totalmente reversible y reproducible. La contribución del calor recogido de los amortiguadores invertirá la reacción: el amoníaco se condensa y comienza otro ciclo.
Los electrodomésticos no paran de evolucionar; sin embargo, tras su lanzamiento industrial, especialmente en los camiones frigoríficos, esta tecnología puede aparecer en nuestra cocina antes de lo que pensamos.
Los electrodomésticos no paran de evolucionar; sin embargo, tras su lanzamiento industrial, especialmente en los camiones frigoríficos, esta tecnología puede aparecer en nuestra cocina antes de lo que pensamos.
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Muy buenas ideas!!!!!
Muy buen artículo. Lo añadimos de inmediato a las propuestas Todobarro.
La estabilidad termica del subsuelo puede se muy útil sin recurrir a grandes profundidades. Esa condición permite, ademas de los usos descritos en este artículo, refrescar aire para nuestra casa en verano. En Todobarro tratamos de divulgar modos enfriar o calentar nuestros suelos naturales con procedimientos naturales.
Proponemos la calefacción mediante suelo radiante conectado a un circuito de agua caliente solar.
En verano dejamos que un circuito de conductos llamado ¨pozo canadiense¨ refresque aire desde la cimentación. Lo dejamos entrar en las habitaciones sin coste energético.
Con este tipo de medidas seguimos avanzando hacia la arquitectura del futuro.
¡Muy completo! Desde los años 20 que comenzaron a aparecer los electrodomésticos hasta hoy se ha recorrido un camino inmenso y lleno de posibilidades.