Casas Houzz: En Tokio, un hogar de espíritu nocturno
Las sombras y la oscuridad definen esta casa de arquitectura tradicional, pero alejada de tópicos al mismo tiempo.
¿Cómo te imaginas la casa de una familia joven? Seguramente, usarías adjetivos como espaciosa, funcional, blanca… ¿verdad? Este apartamento en Tokio, Japón, es justo lo contrario: se trata de un espacio de sombras. El arquitecto Masato Ashida ha usado en esta nueva casa tonos oscuros porque es por la tarde y por la noche cuando él, su mujer y su hija adolescente pasan la mayor parte del tiempo en su hogar. En este reportaje, el arquitecto revela los secretos de lo que él define como su “vivienda experimental”.
Esta entrada larga y estrecha se conoce como doma: un espacio donde dejar los zapatos y botas, habitual en las casas japonesas, que sirve como “zona de transición entre el interior y el exterior”, según explica el propio Ashida. Aunque uno debe quitarse los zapatos al entrar en una casa japonesa, estos sí se pueden llevar puestos en la doma. En la doma de esta casa, los muros de hormigón son protagonistas.
Un pasillo estrecho conduce desde la doma a la sala de estar. Las paredes están pintadas de un color negro intenso, con una superficie texturizada que evita los reflejos. En el techo se han instalado unas planchas de aluminio que absorben el ruido.
El cuarto de baño y la zona de lavado están en el lado izquierdo, mientras el dormitorio principal está a la derecha. Excepto la puerta de entrada, el resto de las puertas de la vivienda son correderas. La combinación de puertas deslizantes, las texturas de las paredes y las sombras en los espacios se hacen eco de la atmósfera de las casas japonesas tradicionales. El dormitorio de la hija, la sala de estar, y la cocina-comedor se encuentran al final del pasillo.
El cuarto de baño y la zona de lavado están en el lado izquierdo, mientras el dormitorio principal está a la derecha. Excepto la puerta de entrada, el resto de las puertas de la vivienda son correderas. La combinación de puertas deslizantes, las texturas de las paredes y las sombras en los espacios se hacen eco de la atmósfera de las casas japonesas tradicionales. El dormitorio de la hija, la sala de estar, y la cocina-comedor se encuentran al final del pasillo.
“Actualmente, la elección habitual suelen ser paredes y suelos de color blanco. Nosotros hemos ido a contracorriente, eligiendo tonos oscuros en las paredes y alfombras”, dice Ashida. Así, descartaron el blanco en favor de los tonos beige y gris que, de nuevo, remiten a las casas japonesas tradicionales.
Otra opción sorprendente ha sido la de separar el dormitorio de la hija de la sala de estar usando una partición de cristal. Sin duda, es una habitación independiente, pero las paredes de vidrio la conectan visualmente con la sala de estar. Ashida explica que su intención era que su hija “fuera consciente de que ella existe como parte de un todo, incluso en su propia casa”.
Otra opción sorprendente ha sido la de separar el dormitorio de la hija de la sala de estar usando una partición de cristal. Sin duda, es una habitación independiente, pero las paredes de vidrio la conectan visualmente con la sala de estar. Ashida explica que su intención era que su hija “fuera consciente de que ella existe como parte de un todo, incluso en su propia casa”.
“Pensé que no le iba a gustar la idea. Supongo que a cualquier estudiante de secundaria le gusta tener su propia habitación independiente del resto de la casa, pero, sin embargo, ella no puso objeciones a la idea de un espacio más abierto, probablemente porque tampoco tenía su propia habitación en la casa anterior. En todo caso, la habitación tiene unas persianas de lamas que la independizan completamente cuando ella quiere”, dice el arquitecto.
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Ha sido la hija la que ha elegido el brillante tono aguamarina de la pared (se adivina al fondo de la imagen, a la izquierda). “Le pedí que lo eligiera ella misma, mientras seguía teniendo en cuenta cómo equilibrarlo con el espacio en su conjunto”, dice Ashida. Su escritorio está en la sala de estar, justo al lado de su dormitorio. Es un escritorio de estilo vintage que se complementa bien con el resto de los muebles de roble, del mismo tipo, utilizados en la habitación.
Junto a la habitación se encuentra esta pequeña zona con un suelo a diferente altura y con una estantería grande y un espacio de trabajo. “Una estantería es una oportunidad para que los niños entren en contacto con los libros sin apenas darse cuenta”, dice Ashida.
El plano muestra el diseño de la casa antes de la reforma. Abajo, se muestra el plano actual de la casa con la habitación de la hija ya conectada con estar.
El diseño de la casa tiene cierto espíritu nocturno. “Nos gusta reunirnos para charlar sobre el día y estar juntos después de cinco o seis de la tarde y lo hacemos casi todos los días de la semana”, dice Ashida. Por eso, su gran objetivo ha sido “crear un espacio que, en general, transmitiera relajación cuando llegas a casa por la tarde-noche”. Las pocas bombillas que hay son incandescentes en lugar de fluorescentes. “En general, el ambiente es bastante oscuro por la noche”, dice.
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Al igual que la entrada, el techo del salón es de hormigón en bruto. La mayoría de las paredes de la casa están pintadas en tonos grises, pero la pared junto a la ventana presenta un color ligeramente más claro perfecto para complementarla luz suave que entra por las ventanas.
El doble acristalamiento de las ventanas quita el ruido de la calle. De hecho, el piso es muy silencioso. “La ventana está orientada al sureste y no recibe directamente la luz del sol. Recuerda a la luz que entra horizontalmente a través del engawa –un espacio similar a un porche que se encuentra en las casas japonesas tradicionales–. He buscado reinterpretar las luces y sombras de las antiguas casas japonesas en el contexto de un espacio contemporáneo”, asegura el arquitecto.
El doble acristalamiento de las ventanas quita el ruido de la calle. De hecho, el piso es muy silencioso. “La ventana está orientada al sureste y no recibe directamente la luz del sol. Recuerda a la luz que entra horizontalmente a través del engawa –un espacio similar a un porche que se encuentra en las casas japonesas tradicionales–. He buscado reinterpretar las luces y sombras de las antiguas casas japonesas en el contexto de un espacio contemporáneo”, asegura el arquitecto.
Junto al sofá azul está la cocina. La encimera cuenta con un revestimiento de mortex: un acabado muy fino de mortero que se puede aplicar en múltiples superficies. Los lados están acabados en una fina lámina de piedra natural en un tono beige. Este es un espacio donde conviven materiales, colores y texturas diferentes. Ashida dice que se esforzó por potenciar un sentido de armonía, combinando el hormigón original de la casa, que ha sobrevivido aquí durante cuatro décadas, con una variedad de materiales que incluyen madera, piedra, aluminio, acero y yeso. El objetivo de conseguir sensación de equilibrio y armonía se ha logrado.
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Quién vive aquí: el arquitecto Masato Ashida, su esposa y su hija de 14 años
Ubicación: Tokio,Japón
Superficie: 80 metros cuadrados
Diseñadores: Masato Ashida, de Ashida Architect & Associates
Constructor: Omori Kensetsu
Fotografía: Satoshi Shigeta
Ashida, su esposa y su hija se mudaron a este piso hace ahora dos años. La nueva vivienda está en el mismo barrio en el que vivían hasta ahora. A su antigua casa apenas hay 5 minutos andando.