Buganvilla: Una trepadora que adora el mar
Te contamos todo sobre esta planta trepadora de flores de mil colores que coloniza los muros, puertas y ventanas de nuestras costas.
Según vas haciendo kilómetros desde el interior hacia cualquiera de nuestros litorales para ver el mar –que de vez en cuando es completamente necesario para los de tierra adentro– en un cierto momento te das cuenta de que el panorama empieza a cambiar. A las palmeras o los naranjos se le unen las trepadoras: bignonias, solanos, jazmines… ¡buganvillas!… Todas ellas ponen esa nota espectacular de color a los muros encalados, puertas y ventanas.
Si hojeas un libro sobre plantas, que como casi todos los que se encuentran a la venta en nuestro país estará escrito por un holandés, un británico o un alemán, te darás cuenta de la suerte que tenemos con nuestras condiciones climáticas. Para ellos, algunas especies que aquí disfrutamos al aire libre, como el ficus (Ficus), palmeras datileras (Phoenix), adelfas (Nerium), granados (Punica) o la buganvilla (Bougainvillea glabra), son plantas de interior sin remisión.
Si hojeas un libro sobre plantas, que como casi todos los que se encuentran a la venta en nuestro país estará escrito por un holandés, un británico o un alemán, te darás cuenta de la suerte que tenemos con nuestras condiciones climáticas. Para ellos, algunas especies que aquí disfrutamos al aire libre, como el ficus (Ficus), palmeras datileras (Phoenix), adelfas (Nerium), granados (Punica) o la buganvilla (Bougainvillea glabra), son plantas de interior sin remisión.
La buganvilla es un verdadero gigante trepador, que puede alcanzar varios metros de altura. Es tanto y tan intenso el colorido en sus espectaculares hojas rojas, púrpura, rosa o lila que acompañan a sus florecillas crema, que se bastan y sobran como preludio del mar; si ves una buganvilla, seguro que también olerás a salitre. Pocas especies como la buganvilla para definir el paisaje. Del mismo modo que las encinas indican dehesas y los olivos las tierras onduladas de cultivo del interior, las buganvillas son fieles indicadores del mar próximo. No teme a las aguas salobres ni al salitre suspendido en el aire. Puede convivir con casi todas las especies ornamentales, ya que se adapta muy bien a los distintos tipos de acidez de los terrenos del litoral.
Las hojas son brillantes, verde oscuro y muy lucidas. Dados sus tallos llenos de aguijones, hay que armarse de valor para ponerse a cortar sus hijos cada 3-4 años para conseguir la brotada de las partes bajas. Junto a un muro, lo cubre y decora. El resto de localizaciones hay que valorarlas bien, porque llega a restar muchísimo sitio con su envergadura.
Las hojas son brillantes, verde oscuro y muy lucidas. Dados sus tallos llenos de aguijones, hay que armarse de valor para ponerse a cortar sus hijos cada 3-4 años para conseguir la brotada de las partes bajas. Junto a un muro, lo cubre y decora. El resto de localizaciones hay que valorarlas bien, porque llega a restar muchísimo sitio con su envergadura.
Plántala en otoño. En la costa el invierno es templado y permite a las plantas ir enraizando lentamente y con seguridad si las plantas en otoño. No las acerques a las paredes o alambradas. Al menos debes dejar 40-50 cm de distancia para que los troncos que se formarán después no deformen tus paramentos en pocos años. Ademas, no cultives ninguna de estas trepadoras sin suficiente sol; al menos durante medio día deben recibir los rayos directos. La buganvilla soporta muy mal la sombra, muriéndose poco a poco sin remedio.
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De hecho, si tu buganvilla no florece lo más probable es que necesite más luz. En su Brasil de origen, las buganvillas hacen las veces de nuestras zarzas. Mientras escaramujos y zarzamoras tapizan aquí cunetas y eriales con su vegetación espinosa, en Brasil son las buganvillas las que lo hacen. Y todo esto se produce siempre a pleno sol.
Siempre que puedas, planta tus buganvillas en el muro norte, es decir, aquel en el que da todo el día el sol desde el sur. Son válidos asimismo los muros orientados a saliente (este) o poniente (oeste), pero tal vez la planta presente menor cantidad de color, sobre todo en el primero.
Siempre que puedas, planta tus buganvillas en el muro norte, es decir, aquel en el que da todo el día el sol desde el sur. Son válidos asimismo los muros orientados a saliente (este) o poniente (oeste), pero tal vez la planta presente menor cantidad de color, sobre todo en el primero.
El terreno, por su parte, debe ser poroso. La buganvilla puede adaptarse a un terreno compacto y no demasiado fértil. Es especie todoterreno, pero aún así te aconsejamos sustratos ricos en nutrientes. El riego debe ser copioso. Sobre todo los 2-3 primeros años, en los que es conveniente que tenga una línea de goteo a sus pies. Tras este periodo, se convierte en especie de secano que ya no depende de tanto riego para permanecer brillante y florida. La multiplicación debe contar con esquejes hormonados. No es nada fácil multiplicar una buganvilla. Es tarea para especialistas, que recurren a esquejes hormonados en cama caliente.
En maceta el resultado es igualmente espectacular. Para convertir tu buganvilla en arbolito, tan solo tienes que podar desde el principio los vástagos inferiores. Es muy importante que preveas el futuro crecimiento de sus raíces, que pueden llegar a reventar el macetero. Asimismo, resulta vital que ubiques tus buganvillas en un tiesto sobre pavimento, ya que si lo haces sobre tierra las raíces buscaran salir por los agujeros de drenaje llegando a obturarlos, impidiendo la salida del agua y asfixiando al ejemplar.
Rosa china: Una flor de mil colores perfecta para agosto
¿Y TÚ?
¿Tienes buganvilla en casa? Sube fotos en los comentarios para que podamos verla.
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Hasta aquí hemos descrito una planta de lo más común, sin nada en especial. Pero nos hemos guardado la gran atracción de las buganvillas para el final: sus brácteas florales, hojas de colores que acompañan a las flores para atraer polinizadores, que presentan una textura de papel, en clásicos colores que van del púrpura al naranja, rojo y el rosa. Al tratarse de una especie trepadora, que puede cubrir grandes superficies, crea unos inigualables tapices verticales a todo lo largo de nuestras costas.
Lo que ves en esta imagen no son las flores, sino las brácteas: lo más destacado de las buganvillas y no las menudas flores crema a las que acompañan. En esta fotografía puedes observar las diminutas flores en el centro de cada 3-5 brácteas u hojas de colores. Una de las particularidades más valiosas de las buganvillas es la gran persistencia de flores y brácteas, que permite contar con color de forma continua allá donde la ubiques.
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