Arquitectura
Arquitectura: Vida nueva para espacios olvidados
Recuperar el espíritu de un edificio adecuándolo a nuevos usos no es fácil. Estos proyectos son un ejemplo.
Con frecuencia vemos edificios y viviendas que se rehabilitan para adaptarlos a nuevas necesidades. Viejas edificaciones que se renuevan, construcciones en desuso que vuelven a cobrar vida, locales transformados en modernas viviendas. Esta sensibilidad por rescatar lo antiguo no es algo nuevo, pero sí ha cobrado una fuerza inusitada. A mediados del siglo pasado comenzó a generalizarse el empeño por recuperar aquellas edificaciones que tuvieran algún interés artístico, como monumentos, iglesias o palacios. Desde entonces, esta preocupación por preservar el patrimonio cultural y artístico de las ciudades se ha ido extendiendo también a la conservación de centros urbanos y de otros edificios que, de alguna manera, configuran la identidad cultural de una población. En la actualidad estamos acostumbrados a oír hablar de catalogaciones de bienes inmuebles y de planes de conservación del patrimonio. Y es que ya nos hemos familiarizado con otra manera de valorar nuestro entorno y hemos entendido que la convivencia del pasado y del presente es posible si se hace de la forma adecuada. Esta selección de proyectos va más allá incluso y muestra cómo un edificio puede adoptar un uso completamente diferente sin necesidad de tener que renunciar a su pasado.
Los clientes le pidieron a Kedem que el ambiente mezclara el ascetismo histórico de la arquitectura con un toque contemporáneo y minimalista. Lo cierto es que todo en esta reforma es sencillo y equilibrado.
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En los últimos años se han recuperado muchos inmuebles, a menudo inservibles para realizar algún tipo de actividad, con el fin de darles una segunda oportunidad. En el ámbito público, esta preocupación por conservar las tradiciones arquitectónicas de las ciudades es cada vez mayor. Por ejemplo, el antiguo mercado de abastos de Alcañiz (Teruel) ha sido transformado en un centro cívico y de ocio infantil. La rehabilitación ha sido llevada a cabo por César Rueda Arquitecto y Miquel Mariné, en colaboración con Eduard González y Cristina Moreta.
El edificio ha sufrido un cambio radical de utilidad, pero se ha respetado la estructura original de la construcción. Para ello, se han insertando en su interior nuevos volúmenes totalmente independientes adaptados a las necesidades de su nuevo uso. El proyecto ha sido galardonado con el Premio Fernando García Mercadal 2012 a la mejor rehabilitación.
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En Melilla, el estudio de arquitectura Chacel8 ha rehabilitado la histórica Torre de la Vela para convertirla en la actual sede del Museo Ibáñez, donde se exponen obras de arte español moderno y contemporáneo.
Chacel8 ha realizado una reforma integral del edificio, manteniendo intacta su estructura original. El contraste respetuoso de los elementos antiguos con los añadidos en la rehabilitación refuerzan aún más el carácter histórico de la construcción. La distribución de la planta y de las salas se ha realizado según los requerimientos del nuevo edificio como lugar expositivo.
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En este singular proyecto en Chicago, el arquitecto Linc Thelen ha proyectado una radical conversión del espacio, transformando una iglesia metodista de principios del siglo pasado en una vivienda unifamiliar.
Los techos se quitaron para dejar a la vista las vigas originales de la cubierta, dando mayor fuerza y dramatismo a todo el espacio. Como explica el propio arquitecto sobre la rehabilitación, quitar el antiguo techo cambió por completo la percepción del espacio. El volumen es realmente increíble y sin duda esa decisión le permitió realizar cambios arriesgados
En el proyecto se han respetado algunos elementos de la antigua iglesia, que se han incorporado a la nueva decoración.
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Por último, en la sierra de Cáceres, Ábaton en colaboración con Batavia, han diseñado una moderna vivienda familiar en lo que antes era un viejo y derruido establo. En el año 2013 recibió el Premio Architizer A+ como mejor proyecto sostenible. La remodelación ha sido completamente respetuosa con el medio ambiente.
Como ellos la definen, se trata más bien de una “no-intervención”’, en la que han conservado la antigua construcción sin añadidos de ningún tipo y sin contaminar el privilegiado entorno natural en el que se encuentra. Debido a la falta de suministro de agua y de electricidad, se le dotó de unos sistemas de abastecimiento sostenibles. Para ello, se colocaron unos paneles solares y unas hidroturbinas que provén de agua y electricidad a la vivienda. Los materiales originales del edificio, recuperados totalmente, se combinan con otros añadidos en la reforma, como el hierro y el cemento. El interior se abre, unificando espacios, sustituyendo los antiguos muros de carga por ligeras columnas metálicas.
Lee aquí el artículo completo sobre este establo rehabilitado
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El pasado del edificio está presente en las texturas de los materiales originales, especialmente en la piedra. Al mismo tiempo, todo el proyecto tiene un aire actual que ha adquirido gracias a la distribución abierta de los espacios. Los usos comunes son más bien espartanos y el mobiliario evita convertirse en el protagonista del espacio. De hecho es más bien al contrario, ya que deja que se aprecie la singularidad del interior.