Antes y después
Antes y después: El radical cambio de una cocina por 7.000 euros
En 15 días y con un presupuesto ajustado, esta pareja sevillana ha reformado su cocina por completo... y casi sin ayuda.
¿Cómo convertir una cocina de hace 30 años en un espacio dinámico y acogedor? Lolo y Lidia, una joven pareja de Écija y padres de una niña, tenían poco tiempo y ninguna gana de arruinarse. ¿Solución? Un do it yourself en toda regla, con materiales locales y ayuda de un albañil y del montador de los muebles. Descubre el –increíble– resultado de su reforma: una sencilla cocina, tan funcional como encantadora.
Para la planificación y diseño, contaron con el asesoramiento de un albañil y del montador de la cocina. De hecho, su opinión tuvo finamente un gran peso en el diseño de la distribución.
“En un principio, no queríamos sacrificar el armario escobero que había en un rincón, pero el montador sugirió tapar ese hueco, y no romper la línea de muebles y encimera. ¡Llevaba toda la razón! El resto del equipo (albañil, fontanero…), asesoró sobre dónde colocar la lavadora, vitro, lavavajillas y demás, para que tuvieran un uso más cómodo y ordenado”, explica Lidia.
Zonas de trabajo en la cocina: Una distribución más eficiente
“En un principio, no queríamos sacrificar el armario escobero que había en un rincón, pero el montador sugirió tapar ese hueco, y no romper la línea de muebles y encimera. ¡Llevaba toda la razón! El resto del equipo (albañil, fontanero…), asesoró sobre dónde colocar la lavadora, vitro, lavavajillas y demás, para que tuvieran un uso más cómodo y ordenado”, explica Lidia.
Zonas de trabajo en la cocina: Una distribución más eficiente
El consejo profesional también está detrás de la instalación de un doble techo de escayola, la oportunidad perfecta para poner unos focos, y ocultar, tanto el tubo del extractor, como el nuevo cableado de la vitrocerámica.
Todo el cableado eléctrico y las tuberías —que ya tenían más de 30 años—, fueron renovados por completo.
“No nos podemos quejar, en unos 16 días teníamos todo terminado”, cuenta Lidia, recordando la experiencia: “No nos trastocó demasiado el día a día, porque hicimos la obra en verano, una semana antes de las vacaciones de Lolo. La segunda semana de obras, Ariadna y yo nos fuimos a la playa con mis padres, y Lolo se quedó vigilando el fuerte [risas]. Los que peor lo pasaron fueron los gatos: tuvimos que encerrarlos, porque son muy curiosos, y el albañil no podía trabajar con ellos encima”.
Descubre una reforma de otra cocina por menos de 10.000 euros
Todo el cableado eléctrico y las tuberías —que ya tenían más de 30 años—, fueron renovados por completo.
“No nos podemos quejar, en unos 16 días teníamos todo terminado”, cuenta Lidia, recordando la experiencia: “No nos trastocó demasiado el día a día, porque hicimos la obra en verano, una semana antes de las vacaciones de Lolo. La segunda semana de obras, Ariadna y yo nos fuimos a la playa con mis padres, y Lolo se quedó vigilando el fuerte [risas]. Los que peor lo pasaron fueron los gatos: tuvimos que encerrarlos, porque son muy curiosos, y el albañil no podía trabajar con ellos encima”.
Descubre una reforma de otra cocina por menos de 10.000 euros
Uno de los aspectos al que más vueltas dieron fue a la encimera: no tenían claro el material.
“Al final ganó la de madera, que aunque haya que cuidarla más y durará menos, era económica. Además, da más calidez y es muy bonita”.
“Al final ganó la de madera, que aunque haya que cuidarla más y durará menos, era económica. Además, da más calidez y es muy bonita”.
A modo de parche temporal, cuatro años atrás, Lidia y Lolo hicieron algunos cambios en sus cocina: encimera de formica, frigorífico y lavadora nuevos.
Estos electrodomésticos se han conservado en la nueva reforma.
Estos electrodomésticos se han conservado en la nueva reforma.
Aparte de ganar espacio de almacenaje y de actualizar unos muebles ya un tanto desvencijados, añadieron un lavavajillas, vitrocerámica, horno eléctrico y un microondas.
Por supuesto, instalaron una campana extractora —antes no tenían, con la incomodidad consiguiente de olores y humos al cocinar.
Por supuesto, instalaron una campana extractora —antes no tenían, con la incomodidad consiguiente de olores y humos al cocinar.
El mobiliario es de Copugen, una fábrica local en la zona de Écija, Sevilla. Los cascos son de formica laminada y sencillos.
“Estaba la opción de poner frenos en todas las puertas y cajones, pero preferimos economizar y optar por muebles de baldas sencillos. Solo pusimos freno en el cajón del platero, por seguridad”, cuentan.
Para las puertas, en cambio, tenían claro que las querían con molduras y de madera, un material con encanto y con esa personalísima textura que proporciona el veteado. En cuanto al color, su idea inicial era el gris; al ver la carta de colores, se decantaron por el añil.
“Estaba la opción de poner frenos en todas las puertas y cajones, pero preferimos economizar y optar por muebles de baldas sencillos. Solo pusimos freno en el cajón del platero, por seguridad”, cuentan.
Para las puertas, en cambio, tenían claro que las querían con molduras y de madera, un material con encanto y con esa personalísima textura que proporciona el veteado. En cuanto al color, su idea inicial era el gris; al ver la carta de colores, se decantaron por el añil.
Para las paredes querían azulejos tipo metro en color blanco. Pensaban colocar baldosas grises sencillas en el suelo, pero mientras buscaban unas que les encajaran, encontraron éstas hidráulicas con dibujo.
CUÉNTANOS…
¿Qué es lo que más te ha gustado de esta reforma? Comparte en los comentarios
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Quién cocina aquí: Lidia, Lolo, su hija Ariadna de 23 meses y dos gatos
Situación: Écija (Sevilla)
Superficie: 12 m2
Coste de la reforma: unos 7.000 euros
Apasionada de la repostería en casa, Lidia —quien estos días prepara sus oposiciones para técnico de radiodiagnóstico—, acumulaba muchos utensilios de cocina.
“Amasadora, moldes, cortadores de galletas de muchos tamaños y formas, medidores, colorantes, boquillas para la manga pastelera… ¡Ahora ya tengo espacio para todo! La verdad es que hay un sinfín de cosas y, si no paro de comprar, o me arruino, o me tendré que salir de la cocina”, comenta con humor andaluz. Esto explica que conseguir más espacio de almacenaje fuera uno de los principales objetivos —si no el primordial— de la reforma.
Además, en cuanto a diseño, la pareja aspiraba a una –nueva– cocina acogedora, de las de siempre, vaya, pero sin caer en lo vintage. “No queríamos un espacio del que pudiéramos cansarnos en poco tiempo”, dice Lolo, diseñador gráfico y publicista.
Tras la inversión de esfuerzo y dinero, todos son alegrías. “Es un gustazo cocinar, y fácil mantener todo limpio y ordenado. De repente, hemos empezado a pasar mucho tiempo aquí, ¡y sin tener taburetes! Antes, era un sitio frío, donde estar lo justo para preparar la comida…”, reconocen.
¿Cuánto cuesta la reforma de la cocina? Cuatro expertos te lo cuentan