Entrevistas Houzz
Arquitectura
Marina Otero: "Cada vez más profesionales trabajan desde la cama"
La arquitecta española, comisaria del pabellón de Holanda en la Bienal de Venecia, habla de arquitectura y tecnología.
Con motivo de la inauguración de la decimosexta Bienal de Arquitectura de Venecia, que se celebra hasta el 25 de noviembre, entrevistamos a Marina Otero, la arquitecta española que comisaría el pabellón holandés. Otero, de 37 años, está al frente del departamento de investigación de Het Nieuwe Institut en Rotterdam, el Instituto Nacional de Arquitectura de los Países Bajos. En Venecia, bajo el título Work, Body, Leisure [Trabajo, Cuerpo, Ocio] y con las contribuciones de artistas, arquitectos y críticos como Amal Alhaag, Beatriz Colomina o Mark Wigley, Otero invita a reflexionar sobre el impacto de la creciente automatización del trabajo.
Invernadero en Holanda © Peter Horree
Llamas la atención sobre lo que llamas “paisajes automatizados”, espacios como los invernaderos dedicados a la horticultura en Holanda.
Holanda es un paradigma de una condición más global porque buena parte de su territorio se ha generado de forma artificial y por tanto se dan allí condiciones bastante extremas. Uno de los casos es el de los invernaderos. Lo interesante es que estos espacios ocupan cada vez más superficie de nuestro territorio, pero no tenemos acceso a ellos. Son campos encerrados, controlados climáticamente y gestionados por máquinas, que tienden a excluir el cuerpo humano porque en los de última generación apenas hay presencia física de trabajadores.
Llamas la atención sobre lo que llamas “paisajes automatizados”, espacios como los invernaderos dedicados a la horticultura en Holanda.
Holanda es un paradigma de una condición más global porque buena parte de su territorio se ha generado de forma artificial y por tanto se dan allí condiciones bastante extremas. Uno de los casos es el de los invernaderos. Lo interesante es que estos espacios ocupan cada vez más superficie de nuestro territorio, pero no tenemos acceso a ellos. Son campos encerrados, controlados climáticamente y gestionados por máquinas, que tienden a excluir el cuerpo humano porque en los de última generación apenas hay presencia física de trabajadores.
Si uno piensa en la robotización y en la automatización en casa, piensa en la domótica. ¿Crees que ese tipo de innovación tecnológica puede contribuir a hacer espacios domésticos más confortables y más equilibrados socialmente?
En el pabellón abordamos un ejemplo concreto, el de la primera cocina automatizada, que se desarrolló en Austria. Y es interesante porque no proponía un cambio de roles en el espacio doméstico; simplemente era un artilugio que permitía a la mujer realizar sus tareas más eficientemente, pero no cuestionaba los roles de género. A veces, la tecnología no solo no resuelve problemas, sino que los refuerza e incluso los intensifica.
El caso de la domótica en casa también plantea problemas en relación a los datos, la seguridad y la protección de la privacidad; hasta qué punto esto no hace que los espacios privados, en parte, dejen de serlo.
La casa sin género: Un reflexión (diferente) sobre cómo vivimos
En el pabellón abordamos un ejemplo concreto, el de la primera cocina automatizada, que se desarrolló en Austria. Y es interesante porque no proponía un cambio de roles en el espacio doméstico; simplemente era un artilugio que permitía a la mujer realizar sus tareas más eficientemente, pero no cuestionaba los roles de género. A veces, la tecnología no solo no resuelve problemas, sino que los refuerza e incluso los intensifica.
El caso de la domótica en casa también plantea problemas en relación a los datos, la seguridad y la protección de la privacidad; hasta qué punto esto no hace que los espacios privados, en parte, dejen de serlo.
La casa sin género: Un reflexión (diferente) sobre cómo vivimos
Fotografía: ©Daria Scagliola
En el pabellón tiene un papel destacado New Babylon, una utopía arquitectónica desarrollada por el holandés Constant Nieuwenhuys entre 1956 y 1974 en torno a la automatización.
La de Constant es una historia bonita. Él desarrolla la idea de una sociedad nómada donde la vivienda como tal no existe: cada cual configura su entorno, no hay puertas ni habitaciones. Eso es posible porque la automatización del trabajo permite no estar atado a un lugar. Hoy, esa idea del desarraigo y la movilidad tiene otras connotaciones, como se ve en el malestar en torno a la inmigración y en las agendas nacionalistas.
En el pabellón tiene un papel destacado New Babylon, una utopía arquitectónica desarrollada por el holandés Constant Nieuwenhuys entre 1956 y 1974 en torno a la automatización.
La de Constant es una historia bonita. Él desarrolla la idea de una sociedad nómada donde la vivienda como tal no existe: cada cual configura su entorno, no hay puertas ni habitaciones. Eso es posible porque la automatización del trabajo permite no estar atado a un lugar. Hoy, esa idea del desarraigo y la movilidad tiene otras connotaciones, como se ve en el malestar en torno a la inmigración y en las agendas nacionalistas.
Terminal automatizada del puerto de Rotterdam (2014) © Nelleke de Vries
¿Cómo ves la relación entre arquitectura y tecnología en este contexto?
Pensamos que la tecnología resuelve los problemas, pero la arquitectura es mucho más lenta que la tecnología, va siempre por detrás de ella. Los arquitectos no ven los invernaderos de los que hablábamos antes como obras de arquitectura, no se interesan por espacios como la terminal automatizada del puerto de Rotterdam. Son pocos los que están pendientes de temas de automatización y vivienda, o de qué tipo de ciudad pueden generar los coches automáticos. Para pensar en estas cosas debería haber más integración entre los arquitectos y quienes llevan a cabo desarrollos tecnológicos punteros.
¿Cómo ves la relación entre arquitectura y tecnología en este contexto?
Pensamos que la tecnología resuelve los problemas, pero la arquitectura es mucho más lenta que la tecnología, va siempre por detrás de ella. Los arquitectos no ven los invernaderos de los que hablábamos antes como obras de arquitectura, no se interesan por espacios como la terminal automatizada del puerto de Rotterdam. Son pocos los que están pendientes de temas de automatización y vivienda, o de qué tipo de ciudad pueden generar los coches automáticos. Para pensar en estas cosas debería haber más integración entre los arquitectos y quienes llevan a cabo desarrollos tecnológicos punteros.
Hay desarrollos tecnológicos a los que es posible llegar pero que no contribuyen a una vivienda o a una sociedad mejor. Deberíamos pensar hasta qué punto queremos drones que nos lleven los paquetes de Amazon o en cambio preferimos casas que cuiden y ayuden a cuidar a las personas mayores. La economía de los cuidados, por ejemplo: esos son debates que deberíamos tener y de los que la arquitectura tendría que estar más pendiente.
Datos antropométricos. Operador de cabina de grúa versus operador de control remoto (2017). Dibujo de Het Nieuwe Instituut
Otro de los hilos conductores de la reflexión que propones en Venecia es la relación del cuerpo humano con los procesos de automatización.
Las nuevas tecnologías a veces automatizan el cuerpo humano, como se ve en la película Tiempos Modernos (1936) de Chaplin. Máquinas que tienden a convertirse casi en humanos y humanos que tienden a convertirse casi en máquinas. En el mundo del trabajo se explotan cuerpos, pero también la eficiencia de los invernaderos actúa sobre la naturaleza maximizando los recursos de la Tierra. Todo se orienta a producir más. Hay un paralelismo entre todas esas escalas. En el fondo se trata de reflexionar sobre qué significa ser humano.
Otro de los hilos conductores de la reflexión que propones en Venecia es la relación del cuerpo humano con los procesos de automatización.
Las nuevas tecnologías a veces automatizan el cuerpo humano, como se ve en la película Tiempos Modernos (1936) de Chaplin. Máquinas que tienden a convertirse casi en humanos y humanos que tienden a convertirse casi en máquinas. En el mundo del trabajo se explotan cuerpos, pero también la eficiencia de los invernaderos actúa sobre la naturaleza maximizando los recursos de la Tierra. Todo se orienta a producir más. Hay un paralelismo entre todas esas escalas. En el fondo se trata de reflexionar sobre qué significa ser humano.
Es interesante también la reflexión que sobre la cama plantea en el pabellón la arquitecta Beatriz Colomina, que la entiende como lugar de trabajo.
La cama se está convirtiendo en el centro del universo. Hay informes que muestran que cada vez más profesionales trabajan desde la cama. Yo también, al principio del día cojo el teléfono y pongo emails antes de levantarme. En la cama nos estamos convirtiendo en un nuevo tipo de trabajador del que no somos conscientes.
La cama se está convirtiendo en el centro del universo. Hay informes que muestran que cada vez más profesionales trabajan desde la cama. Yo también, al principio del día cojo el teléfono y pongo emails antes de levantarme. En la cama nos estamos convirtiendo en un nuevo tipo de trabajador del que no somos conscientes.
¿La casa del futuro seguirá siendo el lugar de la privacidad?
Si el futuro es ya, desde luego que no. Alquilamos nuestra casa a extraños con Airbnb, tuiteamos imágenes de nuestros interiores, ponemos en Instagram lo que comemos y cómo nos maquillamos en el baño. Además, lo doméstico ya no está relacionado solo con la casa, se desarrolla en otros ámbitos: hay mucha gente que trabaja con veintitantos o treinta años que no puede acceder a una vivienda y eso le genera una gran precariedad. La vivienda del futuro debe ser algo a lo que tenga acceso el mayor número posible de gente. Y que sea welcoming, donde te sientas bienvenido. Y si la bienvenida te la da un robot, mucho mejor.
Más historias sobre arquitectura en la sección ‘Arquitectura’ de la Revista Houzz España
CUÉNTANOS…
¿Qué te ha parecido la entrevista? Esperamos tus comentarios
Si el futuro es ya, desde luego que no. Alquilamos nuestra casa a extraños con Airbnb, tuiteamos imágenes de nuestros interiores, ponemos en Instagram lo que comemos y cómo nos maquillamos en el baño. Además, lo doméstico ya no está relacionado solo con la casa, se desarrolla en otros ámbitos: hay mucha gente que trabaja con veintitantos o treinta años que no puede acceder a una vivienda y eso le genera una gran precariedad. La vivienda del futuro debe ser algo a lo que tenga acceso el mayor número posible de gente. Y que sea welcoming, donde te sientas bienvenido. Y si la bienvenida te la da un robot, mucho mejor.
Más historias sobre arquitectura en la sección ‘Arquitectura’ de la Revista Houzz España
CUÉNTANOS…
¿Qué te ha parecido la entrevista? Esperamos tus comentarios
El programa del pabellón holandés para esta Bienal de Arquitectura gira en torno a la idea de la automatización.
Sí, parte de la idea de cómo ha habido quienes han planteado que la automatización permitiría que la sociedad se organizara a partir del ocio, porque los robots asumirían el trabajo. El pabellón habla de cómo la relación del trabajo con el ocio ha generado nuevos espacios y ciudades, pero también cuerpos.