Estilos del mundo: 10 huertos singulares de Londres a Tokio
En Nueva York, Sídney, París o Asturias, estos jardineros han conseguido que sus patios y terrazas sean la envidia de cualquier mercado.
Houzz
10 de septiembre de 2015
Este artículo forma parte de una serie realizada por el equipo internacional de redactores de Houzz sobre cómo nuestra vida influye en el diseño de los hogares de todo el mundo
No hay nada como el placer de disfrutar del dulce sabor de un tomate casero o de poder cortar un corazón de lechuga directamente de la tierra con el rocío todavía sobre sus hojas. Estos diez jardineros lo saben, pues cultivan huertos que les permiten deleitarse con productos frescos a diario. Por supuesto, cada huerto es un mundo: basta con observar las jardineras de zanahorias y pimientos que crecen sobre el tejado de un garaje en Moscú o los cultivos en chapa ondulada que transforman un porche en Sídney.
Vota aquí: ¿Cuál es tu huerto preferido?
No hay nada como el placer de disfrutar del dulce sabor de un tomate casero o de poder cortar un corazón de lechuga directamente de la tierra con el rocío todavía sobre sus hojas. Estos diez jardineros lo saben, pues cultivan huertos que les permiten deleitarse con productos frescos a diario. Por supuesto, cada huerto es un mundo: basta con observar las jardineras de zanahorias y pimientos que crecen sobre el tejado de un garaje en Moscú o los cultivos en chapa ondulada que transforman un porche en Sídney.
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1. Una cosecha a orillas de la playa en Nueva York
Situación: Belle Harbor (Nueva York)
Quién cultiva: Jacqueline Cashen, propietaria de Big Dog Imprints, con Gary Streisand, su prometido, y varios vecinos
Superficie: El jardín delantero dispone de 45 metros cuadrados; el lateral, de 8,4 metros cuadrados
Situación: Belle Harbor (Nueva York)
Quién cultiva: Jacqueline Cashen, propietaria de Big Dog Imprints, con Gary Streisand, su prometido, y varios vecinos
Superficie: El jardín delantero dispone de 45 metros cuadrados; el lateral, de 8,4 metros cuadrados
La comunidad costera donde reside Jacqueline Cashen se encuentra en Queens, un distrito de Nueva York. Esta quedó devastada hace tres años por el huracán Sandy. “Un metro de arena cubrió nuestra propiedad, al igual que el resto de las calles”, comenta Jacqueline. “Nos quedamos sin electricidad y sin calefacción: ni siquiera teníamos calles por las que caminar”. Cuando todo volvió a la normalidad, en lugar de colocar césped en el jardín delantero, optó por cultivar productos comestibles.
Ahora, un año después de plantarlos, Jacqueline (que en la foto anterior aparece con su prometido Gary Streisand, a la izquierda, y su vecino Dan Epstein) aprovecha este jardín con sus amigos para sembrar, regar y cosechar alimentos.
“Así es como debía reconstruir ese espacio”, comenta Jacqueline. Su hija, Michelle, trabaja en Brooklyn Grange y Edgemere, dos de las granjas urbanas más importantes de la ciudad de Nueva York. “Ha sido una verdadera ayuda y todo un ejemplo para mí”, dice.
Motivación: “No es fácil conseguir alimentos orgánicos aquí en Rocakaways”, explica Jacqueline. “Para acceder a la ciudad, tenemos que cruzar varios puentes y, después, todavía hay una larga caminata hasta llegar al supermercado”.
Un día normal: “Riego, arranco las malas hierbas y, simplemente, disfruto. Reviso las plantas y retiro las hojas secas o los frutos que ya estén malos. También quito todo aquello que podría estar infestado”, explica Jacqueline. “El abono, que preparamos en el patio trasero, solemos aplicarlo sobre porciones de terreno para alimentar el cultivo. Lo que más tiempo requiere es atar los tomates a las espalderas, ya que solemos necesitar cuatro manos”.
Qué cultiva: En la jardinera de mayor tamaño, hay maíz dulce, brócoli, judías, lechuga rojiza, calabacín, col rizada, berza común, acelga, pimiento, coliflor, berenjena, patata, remolacha, zanahoria, rúcula, espinaca, pepino, physalis y tomate. En la jardinera más pequeña, crecen hinojo, puerro y hierbas surtidas.
“Esto es mucho más hermoso y útil que el césped”, comenta Jacqueline. Ahora quiere cultivar más physalis, lechuga y maíz, además de aprender más cosas sobre el sistema de cultivo.
Qué le fascina: “Esa mágica sensación de ver cómo la semilla se convierte en una planta que, luego, te comes”.
Descubre más imágenes de este huerto
Ahora, un año después de plantarlos, Jacqueline (que en la foto anterior aparece con su prometido Gary Streisand, a la izquierda, y su vecino Dan Epstein) aprovecha este jardín con sus amigos para sembrar, regar y cosechar alimentos.
“Así es como debía reconstruir ese espacio”, comenta Jacqueline. Su hija, Michelle, trabaja en Brooklyn Grange y Edgemere, dos de las granjas urbanas más importantes de la ciudad de Nueva York. “Ha sido una verdadera ayuda y todo un ejemplo para mí”, dice.
Motivación: “No es fácil conseguir alimentos orgánicos aquí en Rocakaways”, explica Jacqueline. “Para acceder a la ciudad, tenemos que cruzar varios puentes y, después, todavía hay una larga caminata hasta llegar al supermercado”.
Un día normal: “Riego, arranco las malas hierbas y, simplemente, disfruto. Reviso las plantas y retiro las hojas secas o los frutos que ya estén malos. También quito todo aquello que podría estar infestado”, explica Jacqueline. “El abono, que preparamos en el patio trasero, solemos aplicarlo sobre porciones de terreno para alimentar el cultivo. Lo que más tiempo requiere es atar los tomates a las espalderas, ya que solemos necesitar cuatro manos”.
Qué cultiva: En la jardinera de mayor tamaño, hay maíz dulce, brócoli, judías, lechuga rojiza, calabacín, col rizada, berza común, acelga, pimiento, coliflor, berenjena, patata, remolacha, zanahoria, rúcula, espinaca, pepino, physalis y tomate. En la jardinera más pequeña, crecen hinojo, puerro y hierbas surtidas.
“Esto es mucho más hermoso y útil que el césped”, comenta Jacqueline. Ahora quiere cultivar más physalis, lechuga y maíz, además de aprender más cosas sobre el sistema de cultivo.
Qué le fascina: “Esa mágica sensación de ver cómo la semilla se convierte en una planta que, luego, te comes”.
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2. Una plantación de recursos en Londres
Situación: Londres
Quién cultiva: Esiah Levy, que trabaja en Transport for London, además de ser un diseñador de huertos por cuenta propia
Superficie: 12,5 metros cuadrados
“Cuando me mudé aquí, el 90% de este jardín era césped”, comenta Esiah Levy. Echando mano de su peculiar técnica de “no cavar”, aplicó sobre la hierba varias capas de estiércol de caballo, cartón, granos de café, desechos de cacao, tierra vegetal y abono orgánico: todo ello preparado de manera gratuita. Convirtió así el césped en un espacio fértil y productivo, donde crece de todo: desde peras a ajos.
“Esto ha transformado el jardín en un espacio que atrae a las abejas, las mariposas, las ardillas, las mariquitas, los petirrojos y a montones de arañas”, comenta Esiah. “Puedo afirmar que este jardín ahora es mío; es más, es un huerto que me alimenta de manera regular”.
Motivación: “Hoy en día, es bastante caro adquirir fruta y verduras orgánicas en un supermercado”, dice Esiah. “Al recurrir a materiales reciclables, como los granos de café, los desechos de cacao o el mantillo, he descubierto que puedo mantener un huerto de manera totalmente gratuita”.
Un día normal: “Si es necesario, añado mantillo a la parte superior del terreno, luego agrego trozos de frutas pasadas y verduras y, por último, compruebo los niveles de pH del suelo. También suelo sentarme y utilizar mi jardín como inspiración para los huertos que diseño, ya sea para clientes privados o proyectos más grandes de la comunidad”.
Situación: Londres
Quién cultiva: Esiah Levy, que trabaja en Transport for London, además de ser un diseñador de huertos por cuenta propia
Superficie: 12,5 metros cuadrados
“Cuando me mudé aquí, el 90% de este jardín era césped”, comenta Esiah Levy. Echando mano de su peculiar técnica de “no cavar”, aplicó sobre la hierba varias capas de estiércol de caballo, cartón, granos de café, desechos de cacao, tierra vegetal y abono orgánico: todo ello preparado de manera gratuita. Convirtió así el césped en un espacio fértil y productivo, donde crece de todo: desde peras a ajos.
“Esto ha transformado el jardín en un espacio que atrae a las abejas, las mariposas, las ardillas, las mariquitas, los petirrojos y a montones de arañas”, comenta Esiah. “Puedo afirmar que este jardín ahora es mío; es más, es un huerto que me alimenta de manera regular”.
Motivación: “Hoy en día, es bastante caro adquirir fruta y verduras orgánicas en un supermercado”, dice Esiah. “Al recurrir a materiales reciclables, como los granos de café, los desechos de cacao o el mantillo, he descubierto que puedo mantener un huerto de manera totalmente gratuita”.
Un día normal: “Si es necesario, añado mantillo a la parte superior del terreno, luego agrego trozos de frutas pasadas y verduras y, por último, compruebo los niveles de pH del suelo. También suelo sentarme y utilizar mi jardín como inspiración para los huertos que diseño, ya sea para clientes privados o proyectos más grandes de la comunidad”.
Qué cultiva: Peras, manzanas, guayabas, grosellas negras, fresas silvestres, patatas, nísperos, calabacines, colinabos, acelgas, cerezas, quinoa, granos de soja, ruibarbo, ajo, cebollino, curry, moras, ciruela damascena, melocotón, granada, frambuesa, arándano, saúco, baya Goji, zanahoria, remolacha, espárrago, guisante, tomate, nuez, col rizada, pinkberries (arándanos de color rosa), lavanda (perfecta para condimentar las galletas y atraer agentes polinizadores al huerto), grosella espinosa, membrillo, nabos, cebollas, judía adzuki, frijoles negros y kiwi. Para la próxima temporada, tiene en mente cultivar níspero americano, viña de chocolate (Akebia Quinata), manzana estrellada Sternapi, maíz dulce y baya lunar.
Qué le fascina: “Cuando la gente lo ve, le cuesta creer que haya logrado cultivar tanta cosa en tan poco espacio”, comenta Esiah. “También me gusta compararme con los artistas y tratar mi huerto del mismo modo que ellos tratan sus obras”.
¿Quieres conocer más sobre este huerto?
Qué le fascina: “Cuando la gente lo ve, le cuesta creer que haya logrado cultivar tanta cosa en tan poco espacio”, comenta Esiah. “También me gusta compararme con los artistas y tratar mi huerto del mismo modo que ellos tratan sus obras”.
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3. Un huerto mediterráneo en Rusia
Situación: región de Moscú
Quién cultiva: Marina Ogneva, diseñadora gráfica en una compañía de gas y petróleo, y su hijo de cinco años de edad
Superficie: 24,7 metros cuadrados
“Pasé mi infancia en Siberia, donde mi familia me enseñó técnicas y trucos de cultivo”, comenta Marina Ogneva. En su casa no dispone de espacio suficiente para un huerto amplio, por lo que decidió utilizar la zona que se encuentra encima del garaje y transformarla en una sala de estar al aire libre, con un huerto veraniego.
“La idea ha sido fantástica”, comenta. Ha colocado macetas a lo largo del tejado, donde se encuentran protegidas del viento y reciben bastante sol. Además, ella puede acceder al huerto directamente desde la cocina y la sala de estar.
Motivación: “Cuando has pasado cinco días de la semana en la capital, lo que te apetece el fin de semana es escapar de la ciudad y trabajar en tu huerto”, comenta Marina. “Para mí, se ha convertido en una fuente constante de ocio y placer”.
Situación: región de Moscú
Quién cultiva: Marina Ogneva, diseñadora gráfica en una compañía de gas y petróleo, y su hijo de cinco años de edad
Superficie: 24,7 metros cuadrados
“Pasé mi infancia en Siberia, donde mi familia me enseñó técnicas y trucos de cultivo”, comenta Marina Ogneva. En su casa no dispone de espacio suficiente para un huerto amplio, por lo que decidió utilizar la zona que se encuentra encima del garaje y transformarla en una sala de estar al aire libre, con un huerto veraniego.
“La idea ha sido fantástica”, comenta. Ha colocado macetas a lo largo del tejado, donde se encuentran protegidas del viento y reciben bastante sol. Además, ella puede acceder al huerto directamente desde la cocina y la sala de estar.
Motivación: “Cuando has pasado cinco días de la semana en la capital, lo que te apetece el fin de semana es escapar de la ciudad y trabajar en tu huerto”, comenta Marina. “Para mí, se ha convertido en una fuente constante de ocio y placer”.
Qué cultiva: Tomates, calabazas, zanahorias, apios, pimientos dulces, berenjenas, calabacines, guisantes, rúcula, albahaca, cilantro, eneldo y tomillo. “También tengo una sandía pequeña, pero aún está en fase de crecimiento”, explica Marina. “Veremos si el tiempo acompaña y sale buena… Lo sabremos a finales del verano o a principios de otoño”. Para la próxima temporada, ha pensado recurrir a las semillas de su cosecha para continuar con el cultivo
Qué le fascina: “Si tienes un huerto cerca, siempre tendrás a mano algo que picar”, explica Marina. “También sienta genial acostarse a tomar el sol sobre una tumbona rodeada de cilantro fresco”.
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Qué le fascina: “Si tienes un huerto cerca, siempre tendrás a mano algo que picar”, explica Marina. “También sienta genial acostarse a tomar el sol sobre una tumbona rodeada de cilantro fresco”.
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4. Un porche diferente en Australia
Situación: Hunters Hill (suburbios de Sídney)
Quién cultiva: Melanie Rankin, madre de cuatro niños, y Tops, el perro
Superficie: cerca de 50 metros cuadrados
El huerto de Melanie Ranki no sólo abastece a toda la familia, sino que también es un lugar de reunión en la tranquila calle en la que se encuentra. La gente que antes era extraña, ahora se detiene ahí a charlar. A veces, hasta prueba su deliciosa fruta y sabrosas verduras. Las cinco peculiares jardineras se asientan en chapa ondulada y han transformado el típico porche de esta casa en un lugar práctico que, además, hace las delicias de muchos.
Motivación: “Por el puro placer de comer lo que cultivo”, explica Melanie. “Me encantan las verduras y la fruta frescas. Por esa razón, me planteé el reto de ver si podría cultivarlas yo misma”.
Un día normal: “Me considero afortunada, ya que mi huerto no me obliga a dedicarle todo un día. Es bastante asequible en ese sentido. Mientras paso por ahí, suelo arrancar las malas hierbas, retirar las orugas de las plantas y regar todo aquello que veo que lo necesita. Cuando preparamos una jardinera para la nueva temporada, solemos invertir una tarde en colocar las capas de abono, plantar las semillas en la capa superior y regarlas”.
Situación: Hunters Hill (suburbios de Sídney)
Quién cultiva: Melanie Rankin, madre de cuatro niños, y Tops, el perro
Superficie: cerca de 50 metros cuadrados
El huerto de Melanie Ranki no sólo abastece a toda la familia, sino que también es un lugar de reunión en la tranquila calle en la que se encuentra. La gente que antes era extraña, ahora se detiene ahí a charlar. A veces, hasta prueba su deliciosa fruta y sabrosas verduras. Las cinco peculiares jardineras se asientan en chapa ondulada y han transformado el típico porche de esta casa en un lugar práctico que, además, hace las delicias de muchos.
Motivación: “Por el puro placer de comer lo que cultivo”, explica Melanie. “Me encantan las verduras y la fruta frescas. Por esa razón, me planteé el reto de ver si podría cultivarlas yo misma”.
Un día normal: “Me considero afortunada, ya que mi huerto no me obliga a dedicarle todo un día. Es bastante asequible en ese sentido. Mientras paso por ahí, suelo arrancar las malas hierbas, retirar las orugas de las plantas y regar todo aquello que veo que lo necesita. Cuando preparamos una jardinera para la nueva temporada, solemos invertir una tarde en colocar las capas de abono, plantar las semillas en la capa superior y regarlas”.
Qué cultiva: Calabacines, cinco tipos de lechuga, col rizada, berza toscana, brócoli, remolachas, pimientos, tomillo, perejil, salvia, romero, orégano, curry, capuchina, algarroba, calabazas, fruta de la pasión, ajos, puerros y cebollas. Durante la primavera, Melanie planta sandía, melón cantalupo, judías verdes, tomate, berenjena, maíz, rábano y, si tiene sitio, varios cítricos.
Qué le fascina: “Compartirlo con los demás, mostrar a la gente lo fácil que es cultivar tus propios alimentos y aprender de todos aquellos que también tienen huertos”.
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Qué le fascina: “Compartirlo con los demás, mostrar a la gente lo fácil que es cultivar tus propios alimentos y aprender de todos aquellos que también tienen huertos”.
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5. Un huerto holístico en Italia
Situación: en el campo, cerca de de Turín
Quién cultiva: Angelica Meschini, madre, esposa y modista a tiempo parcial
Superficie: 25 metros cuadrados
“Siempre había soñado con tener mi propio huerto, y he podido cumplirlo al mudarme al campo”, comenta Angelica Meschini. “Cuando era niña, vivía en el campo, ordeñaba vacas y paseaba con mi padre entre los arrozales”.
El primer año de su huerto, perdió toda la cosecha por culpa de los caracoles. No obstante, no tiró la toalla y volvió a cultivar en jardineras nuevas, que su marido construyó con la madera de un viejo puente. Regó el cultivo con prácticas orgánicas y biodinámicas. “Debo decir que funcionan a la perfección, aunque todavía se cuela algún que otro caracol”, comenta.
Motivación: Para ofrecerle comida de mejor calidad a su familia y acercarse más a la naturaleza.
Un día normal: Cada día no sólo es único, sino que además depende de la época del año en la que estemos para saber si debes sembrar, trasplantar o cosechar. “Siempre tengo que hacer algún tipo de mantenimiento, ya sea retirar hojas secas o regar”, explica Angelica.
Situación: en el campo, cerca de de Turín
Quién cultiva: Angelica Meschini, madre, esposa y modista a tiempo parcial
Superficie: 25 metros cuadrados
“Siempre había soñado con tener mi propio huerto, y he podido cumplirlo al mudarme al campo”, comenta Angelica Meschini. “Cuando era niña, vivía en el campo, ordeñaba vacas y paseaba con mi padre entre los arrozales”.
El primer año de su huerto, perdió toda la cosecha por culpa de los caracoles. No obstante, no tiró la toalla y volvió a cultivar en jardineras nuevas, que su marido construyó con la madera de un viejo puente. Regó el cultivo con prácticas orgánicas y biodinámicas. “Debo decir que funcionan a la perfección, aunque todavía se cuela algún que otro caracol”, comenta.
Motivación: Para ofrecerle comida de mejor calidad a su familia y acercarse más a la naturaleza.
Un día normal: Cada día no sólo es único, sino que además depende de la época del año en la que estemos para saber si debes sembrar, trasplantar o cosechar. “Siempre tengo que hacer algún tipo de mantenimiento, ya sea retirar hojas secas o regar”, explica Angelica.
Qué cultiva: Berenjenas, pimientos, cardo, repollos, coles de Saboya, brócoli, apios, fresas, frambuesas, arándanos, baya Goji y varias especies, como perejil, albahaca, cilantro, menta y romero.
Qué le fascina: “Me encanta contemplar el paso de las estaciones. Para mí reflejan el ciclo de la vida humana”.
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Qué le fascina: “Me encanta contemplar el paso de las estaciones. Para mí reflejan el ciclo de la vida humana”.
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6. Un huerto en una terraza de Francia
Situación: Orsay (sur de París)
Quién cultiva: Philippe Grolier, fotógrafo y arquitecto
Superficie: 5 metros cuadrados
Philipe Grolier aprovecha su terraza para cultivar los alimentos que no puede cultivar en el jardín de la parte trasera de la casa. En su terraza crecen, entre otras cosas, menta marroquí, pequeñas cebolletas de Dinamarca, perejil rizado, albahaca tailandesa, TomTato (una planta que produce tanto tomates como patatas) y fresas.
Motivación: “Tenemos tres niños, así que queremos comer de manera orgánica y vivir de manera autosuficiente”, explica Philipe.
Un día normal: “Me gusta madrugar los fines de semana”, comenta Philipe. “A esas horas, los pájaros están en todas partes y la luz es maravillosa”. Él se encarga de comprobar las verduras y ver si los caracoles han causado estragos durante la noche. También riega los cultivos mientras saborea su café de la mañana. “Por la tarde, si hace calor, descanso. Luego, justo antes de cenar, me acerco de nuevo al huerto a recoger algún que otro alimento para cocinarlo”.
Situación: Orsay (sur de París)
Quién cultiva: Philippe Grolier, fotógrafo y arquitecto
Superficie: 5 metros cuadrados
Philipe Grolier aprovecha su terraza para cultivar los alimentos que no puede cultivar en el jardín de la parte trasera de la casa. En su terraza crecen, entre otras cosas, menta marroquí, pequeñas cebolletas de Dinamarca, perejil rizado, albahaca tailandesa, TomTato (una planta que produce tanto tomates como patatas) y fresas.
Motivación: “Tenemos tres niños, así que queremos comer de manera orgánica y vivir de manera autosuficiente”, explica Philipe.
Un día normal: “Me gusta madrugar los fines de semana”, comenta Philipe. “A esas horas, los pájaros están en todas partes y la luz es maravillosa”. Él se encarga de comprobar las verduras y ver si los caracoles han causado estragos durante la noche. También riega los cultivos mientras saborea su café de la mañana. “Por la tarde, si hace calor, descanso. Luego, justo antes de cenar, me acerco de nuevo al huerto a recoger algún que otro alimento para cocinarlo”.
Qué cultiva: “Durante el verano, cultivo tomates para cocinar y envasar”, explica Philipe. También cultiva berenjenas y varias especias, como albahaca, cebollino y romero. La próxima temporada, pretende cultivar calabazas y grosellas negras y rojas.
Qué le fascina: “Ya sea en un jardín o en una terraza, el límite para crear un huerto y cultivar tus propios alimentos lo pones tú”.
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Qué le fascina: “Ya sea en un jardín o en una terraza, el límite para crear un huerto y cultivar tus propios alimentos lo pones tú”.
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7. Cosechas anuales para una familia de seis en España
Situación: Barcia (Asturias)
Quién cultiva: Moisés Álvarez y María del Valle con sus cuatro hijos
Superficie: cerca de 3.000 metros cuadrados
“El huerto, más que un trabajo, es una afición”, comenta Moisés Álvarez. “Implica mucho esfuerzo, pero es muy ameno, además de gratificante”.
Durante año y medio, él y María del Valle han cultivado este espacio, que se encuentra a aproximadamente cinco kilómetros de su casa. Ahí plantan verduras con las que se alimenta toda la familia a lo largo del año. “A Moisés le encanta la salsa de tomate, así que siempre se asegura de que plantamos suficientes para todo un año”, comenta María. Esta familia también conserva en lata los guisantes y las coles de Bruselas para poder disfrutarlas fuera de temporada.
Motivación: Se lo pasaban de maravilla cultivando alimentos en las jardineras que colocaban antes en la terraza de su casa y decidieron cultivar más en este terreno que se encargan de cuidar.
Un día normal: La familia se dedica al huerto, especialmente, los fines de semana. “Por las mañanas, solemos realizar las tareas más pesadas, ya sea sembrar o preparar el terreno”, explica Álvarez. Después preparan el almuerzo con parte de la cosecha del día. “También invertimos bastante tiempo en retirar caracoles, babosas, gusanos e insectos que pueden entorpecer el cultivo”.
Situación: Barcia (Asturias)
Quién cultiva: Moisés Álvarez y María del Valle con sus cuatro hijos
Superficie: cerca de 3.000 metros cuadrados
“El huerto, más que un trabajo, es una afición”, comenta Moisés Álvarez. “Implica mucho esfuerzo, pero es muy ameno, además de gratificante”.
Durante año y medio, él y María del Valle han cultivado este espacio, que se encuentra a aproximadamente cinco kilómetros de su casa. Ahí plantan verduras con las que se alimenta toda la familia a lo largo del año. “A Moisés le encanta la salsa de tomate, así que siempre se asegura de que plantamos suficientes para todo un año”, comenta María. Esta familia también conserva en lata los guisantes y las coles de Bruselas para poder disfrutarlas fuera de temporada.
Motivación: Se lo pasaban de maravilla cultivando alimentos en las jardineras que colocaban antes en la terraza de su casa y decidieron cultivar más en este terreno que se encargan de cuidar.
Un día normal: La familia se dedica al huerto, especialmente, los fines de semana. “Por las mañanas, solemos realizar las tareas más pesadas, ya sea sembrar o preparar el terreno”, explica Álvarez. Después preparan el almuerzo con parte de la cosecha del día. “También invertimos bastante tiempo en retirar caracoles, babosas, gusanos e insectos que pueden entorpecer el cultivo”.
Qué cultiva: Judías verdes, girasol, tomates, lechugas, remolacha, patatas, rábanos, ajos, pimientos, fabes, repollos, cebollas, maíz, calabazas y puerros.
Qué le fascina: “Sabemos de dónde proviene exactamente todo aquello que comemos”, comenta María. Les encanta poder darles a sus hijos los mejores alimentos.
Mira más imágenes de este enorme huerto
Qué le fascina: “Sabemos de dónde proviene exactamente todo aquello que comemos”, comenta María. Les encanta poder darles a sus hijos los mejores alimentos.
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8. Una lección de cultivo en Japón
Situación: Zama (Prefectura de Kanagawa, próximo a Tokio)
Quién cultiva: Shojji Mimura, empleado corporativo, su esposa y sus dos hijos
Superficie: cerca de 6 metros cuadrados
Este huerto forma parte de Hoshinotani Danchi: un complejo residencial en Zama que ha sido renovado recientemente. Antes, albergaba las viviendas de una de las mayores empresas de trenes de cercanías de Tokio. Blue studio se ha encargado de realizar la restauración y rediseñar al completo la propiedad; incluido este huerto a disposición del complejo.
La familia de Shoji Mimura, cuyo espacio tiene unos seis metros cuadrados, lleva cerca de tres meses haciendo uso este espacio junto con otras 31 familias. Por lo general, los jardineros suelen ser noveles que cuentan con la ayuda de dos profesionales encargados de la gestión de granjas que les ofrecen talleres de preparación y les proporcionan consejos. Todo lo que necesitan, lo encuentran en este jardín.
Motivación: “A mis hijos no les gustan mucho las verduras. Por eso, creí que quizás si ellos mismos las cultivasen, las comerían con más agrado”, explica Shojji.
Situación: Zama (Prefectura de Kanagawa, próximo a Tokio)
Quién cultiva: Shojji Mimura, empleado corporativo, su esposa y sus dos hijos
Superficie: cerca de 6 metros cuadrados
Este huerto forma parte de Hoshinotani Danchi: un complejo residencial en Zama que ha sido renovado recientemente. Antes, albergaba las viviendas de una de las mayores empresas de trenes de cercanías de Tokio. Blue studio se ha encargado de realizar la restauración y rediseñar al completo la propiedad; incluido este huerto a disposición del complejo.
La familia de Shoji Mimura, cuyo espacio tiene unos seis metros cuadrados, lleva cerca de tres meses haciendo uso este espacio junto con otras 31 familias. Por lo general, los jardineros suelen ser noveles que cuentan con la ayuda de dos profesionales encargados de la gestión de granjas que les ofrecen talleres de preparación y les proporcionan consejos. Todo lo que necesitan, lo encuentran en este jardín.
Motivación: “A mis hijos no les gustan mucho las verduras. Por eso, creí que quizás si ellos mismos las cultivasen, las comerían con más agrado”, explica Shojji.
Imagen: Shoji Mimura, a la izquierda, con el jardinero profesional, Kenichi Masuda
Qué cultiva: Pimientos verdes, berenjenas, tomates, pepinos y maíz. En invierno, cultivarán col china y rábano blanco japonés.
Qué le fascina: “Los usuarios solemos reunirnos para comer los alimentos de temporada que hemos cosechado. Nos lo pasamos de maravilla”, comenta Shojji.
Más fotos de este huerto
Qué le fascina: “Los usuarios solemos reunirnos para comer los alimentos de temporada que hemos cosechado. Nos lo pasamos de maravilla”, comenta Shojji.
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9. Un cultivo experimental en Suecia
Situación: Estocolmo
Quién cultiva: Elin Unnes, periodista musical
Superficie: 120 metros cuadrados
Elin Unnes ha alquilado este huerto, que le ha sido adjudicado por un período de seis años como parte del plan estatal sueco de vivienda, para que pueda cultivarlo y hacerlo suyo. “Mi padre construyó nuestra caseta con varias puertas realmente hermosas”, comenta. Ella se encargó de traer las sillas y una mesa de Massproductions, su marca de diseño de muebles preferida.
“No he recibido ningún tipo de formación oficial sobre cultivos, pero sí hace mucho tiempo que siento pasión por la jardinería, mucho antes incluso de tener espacio para ponerla en práctica”, comenta Elin. También nos cuenta que solía acercarse a los jardines para redactar los reportajes sobre los conciertos y los festivales a los que había acudido.
Motivación: “Nunca me han gustado los jardines limpios y ordenados, llenos de flores y plantas. Siempre he preferido algo que pueda saborear”.
Un día normal: La primavera y el verano son las épocas más ajetreadas del año. “Me encanta acercarme aquí en invierno, aunque solo sea para disfrutar de una taza de café en la nieve y dar de comer a los pájaros”, comenta Elin.
Situación: Estocolmo
Quién cultiva: Elin Unnes, periodista musical
Superficie: 120 metros cuadrados
Elin Unnes ha alquilado este huerto, que le ha sido adjudicado por un período de seis años como parte del plan estatal sueco de vivienda, para que pueda cultivarlo y hacerlo suyo. “Mi padre construyó nuestra caseta con varias puertas realmente hermosas”, comenta. Ella se encargó de traer las sillas y una mesa de Massproductions, su marca de diseño de muebles preferida.
“No he recibido ningún tipo de formación oficial sobre cultivos, pero sí hace mucho tiempo que siento pasión por la jardinería, mucho antes incluso de tener espacio para ponerla en práctica”, comenta Elin. También nos cuenta que solía acercarse a los jardines para redactar los reportajes sobre los conciertos y los festivales a los que había acudido.
Motivación: “Nunca me han gustado los jardines limpios y ordenados, llenos de flores y plantas. Siempre he preferido algo que pueda saborear”.
Un día normal: La primavera y el verano son las épocas más ajetreadas del año. “Me encanta acercarme aquí en invierno, aunque solo sea para disfrutar de una taza de café en la nieve y dar de comer a los pájaros”, comenta Elin.
Varias botellas de vidrio, reconvertidas en portavelas, cuelgan de un ciruelo que está detrás de Elis. En el fondo de cada botella se ha puesto una placa metálica que da soporte a una pequeña vela. Una cadena sujeta la placa, la une al cuello de la botella y continúa a lo largo de la rama del árbol.
Qué cultiva: Grosella negra, lúpulo, ciruelas, alcachofas y coles de Bruselas. “Me fascina la cantidad de cosas en que puedes usarlas”, comenta. “El saúco es perfecto para crear un delicioso vino espumoso, por ejemplo, y las ortigas hacen verdaderos milagros en el cabello”.
Qué le fascina: “Ver cómo prosperan mis cultivos me ayuda a crecer como persona y a ganar experiencia. Claro que hay varios niveles de éxito, como mi peculiar campo de moras…”.
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Qué le fascina: “Ver cómo prosperan mis cultivos me ayuda a crecer como persona y a ganar experiencia. Claro que hay varios niveles de éxito, como mi peculiar campo de moras…”.
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10. Puro relax en Colonia, Alemania
Situación: Colonia
Quién cultiva: Sandra Geeck: gestora de marketing en línea y bloguera de jardinería y alimentación
Superficie: 50 metros cuadrados
Sandra Geeck ha alquilado este terreno a un granjero para un período de cuatro años. Antes del inicio de temporada, que va de mayo a noviembre, el granjero preparará y arará el terreno. “Será después cuando comience mi tarea”, comenta Geeck. “Yo siembro, riego, arranco las malas hierbas, planto y, finalmente, recojo mi cosecha”.
Sandra cosecha lo suficiente como para que dos o tres personas se alimenten durante la temporada. También se anima a cultivar cosas nuevas y luego, a través de su blog personal sobre jardinería, Grüne Liebe, publica de manera regular lo que ha cultivado y aprendido en su huerto. “Ahora disfruto mucho más comiendo verduras, pues sé exactamente de dónde provienen y conozco de primera mano todo el esfuerzo necesario para plantar una sencilla porción de guisantes”, explica.
Motivación: “Siempre he cultivado en mi balcón unas pocas verduras para preparar aperitivos, como tomates, o incluso especias. Un día, de pronto, el espacio me pareció demasiado pequeño para todo lo que quería cultivar”.
Un día normal: El día de Geeck comienza con un paseo en bicicleta hasta su huerto. “Cuando llego, me pongo el calzado apropiado y me doy un paseo por el huerto. Degusto algún que otro tomate o physalis, y hago fotos para luego publicarlas en mi blog”, comenta. Después, llega el momento de ponerse manos a la obra: arranca las malas hierbas, suaviza el terreno, retira las plantas secas y, antes de emprender su camino de regreso a casa, finaliza su día llenando el cesto de la bicicleta con las verduras que ha recogido.
Situación: Colonia
Quién cultiva: Sandra Geeck: gestora de marketing en línea y bloguera de jardinería y alimentación
Superficie: 50 metros cuadrados
Sandra Geeck ha alquilado este terreno a un granjero para un período de cuatro años. Antes del inicio de temporada, que va de mayo a noviembre, el granjero preparará y arará el terreno. “Será después cuando comience mi tarea”, comenta Geeck. “Yo siembro, riego, arranco las malas hierbas, planto y, finalmente, recojo mi cosecha”.
Sandra cosecha lo suficiente como para que dos o tres personas se alimenten durante la temporada. También se anima a cultivar cosas nuevas y luego, a través de su blog personal sobre jardinería, Grüne Liebe, publica de manera regular lo que ha cultivado y aprendido en su huerto. “Ahora disfruto mucho más comiendo verduras, pues sé exactamente de dónde provienen y conozco de primera mano todo el esfuerzo necesario para plantar una sencilla porción de guisantes”, explica.
Motivación: “Siempre he cultivado en mi balcón unas pocas verduras para preparar aperitivos, como tomates, o incluso especias. Un día, de pronto, el espacio me pareció demasiado pequeño para todo lo que quería cultivar”.
Un día normal: El día de Geeck comienza con un paseo en bicicleta hasta su huerto. “Cuando llego, me pongo el calzado apropiado y me doy un paseo por el huerto. Degusto algún que otro tomate o physalis, y hago fotos para luego publicarlas en mi blog”, comenta. Después, llega el momento de ponerse manos a la obra: arranca las malas hierbas, suaviza el terreno, retira las plantas secas y, antes de emprender su camino de regreso a casa, finaliza su día llenando el cesto de la bicicleta con las verduras que ha recogido.
Qué cultiva: Patatas, zanahorias, cebollas, patatas dulce, calabazas, alcachofas, berenjenas, physalis, coliflor y flores comestibles. El próximo año quiere plantar tomates, pepinos y chufas.
Qué le fascina: “Me encanta salir de la ciudad”, comenta Geeck. “Para mí, trabajar en el huerto significa relajación y también es un ejercicio muy saludable”.
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Qué le fascina: “Me encanta salir de la ciudad”, comenta Geeck. “Para mí, trabajar en el huerto significa relajación y también es un ejercicio muy saludable”.
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