Cambia las ventanas: Ganarás en confort y ahorrarás energía
Sustituir las viejas o acristalar la terraza mejorará el aislamiento térmico-acústico de la vivienda y le añadirá, además, metros útiles.
No se trata de una reforma barata, pero la inversión se amortiza en pocos años. De hecho, se puede llegar a ahorrar al 65 % de la energía que consumimos si nuestros cerramientos cumplen con las características técnicas de eficiencia y calidad. A esto se añade una importante reducción de emisiones de CO2, derivada del menor consumo en calefacción y aire acondicionado. Por todo ello, es importante planificar bien los pasos y elegir con criterio los materiales, el tipo de carpinterías, perfiles y cristales, que tendrán que adaptarse a la vivienda, al lugar geográfico en el que se encuentra y, por supuesto, al estilo decorativo. También es fundamental contar con una buena empresa y con profesionales que orienten y sepan dar salida a los problemas que puede plantear la instalación.
El PVC, aluminio y madera son los tres materiales utilizados en ventanas y cerramientos de balcones y terrazas.
- El aluminio es una de las opciones más extendidas, debido a su resistencia al desgaste y a la corrosión: es duradero e inalterable. Sin embargo, se trata de un metal y, como tal, es transmisor. Por ello puede dejar escapar una parte de calor o de frío cuando no ha sido reforzado con materiales técnicos adecuados.
- El PVC, por su parte, comparte las mismas virtudes que el aluminio, es también muy resistente y no se altera ni decolora por efecto del sol o de la lluvia, aunque su conductividad térmica es casi nula, de ahí que resulte un material con gran capacidad aislante.
- La madera también es un buen material aislante, y por cultura arquitectónica siempre se ha asociado a casas de campo. Pero para que no genere problemas de dilatación, debe tratarse de una materia prima de muy buena calidad y tratada correctamente. El desarrollo de nuevas tecnologías ha dado como resultado productos estancos, resistentes y con escaso mantenimiento, ya que están protegidos por lasures de poro abierto (que dejan respirar); dichos lasures se han de renovar en las partes más expuestas al sol cada cuatro o cinco años. Una solución a mitad de camino son las carpinterías mixtas, que utilizan madera en el interior y PVC o aluminio en el exterior, aunque esta solución suele encarecer en exceso el presupuesto final y de ahí que no se empleen mucho.
Existen algunos elementos que son clave a la hora de aislar bien
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- El tipo de apertura. Es el punto de partida y el que determinará la clase de perfiles. Las aperturas practicables (abatibles y oscilobatientes) son mucho más estancas que las deslizantes o correderas.
- El grosor del perfil. Mejor cuanto más grueso, y con cierre perimetral multipunto, así la ventana será mucho más hermética. Los puntos de cierre por todo el perímetro se accionan moviendo la manilla de la ventana. Es importante verificar que la marca de los mismos ofrezca garantías de corrosión y desgaste.
- Doble cristal bajo emisivo (frena el paso de la temperatura exterior al interior) con una cámara entre los dos vidrios, generalmente rellena de aire o de gases nobles.
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Los cristales, a su vez, pueden llevar un tratamiento térmico y factor solar reforzado, lo que mejora en más de un 40% los valores de un vidrio convencional con cámara.
En los cerramientos de aluminio (buen conductor) un elemento indispensable es que las carpinterías lleven rotura de puente térmico (RPT) de un grosor adecuado. Este sistema evita que la cara interior y exterior del cerramiento tengan contacto entre sí. Para ello se intercala un material con nula conductividad: suele ser un perfil separador termoplástico embutido en el propio perfil que conforma la ventana.
De esta manera se elimina la condensación y la sensación de frío, e impide los “saltos” de temperatura fuera-dentro.
Todo lo que debes saber a la hora de hacer una reforma en casa
En los cerramientos de aluminio (buen conductor) un elemento indispensable es que las carpinterías lleven rotura de puente térmico (RPT) de un grosor adecuado. Este sistema evita que la cara interior y exterior del cerramiento tengan contacto entre sí. Para ello se intercala un material con nula conductividad: suele ser un perfil separador termoplástico embutido en el propio perfil que conforma la ventana.
De esta manera se elimina la condensación y la sensación de frío, e impide los “saltos” de temperatura fuera-dentro.
Todo lo que debes saber a la hora de hacer una reforma en casa
Es muy importante vigilar de que materiales se compone la ventana (marca de perfil, herraje, cajón de persiana y vidrio), ya que existe gran desconocimiento por parte de los usuarios y esto se traduce en una combinación de elementos de muy baja calidad.
Existe para información del consumidor una etiqueta energética, que establece un rango similar al de los electrodomésticos, que también puede ser exigida.
En todo caso, de nada sirve elegir los mejores materiales si la instalación se hace de cualquier modo. Es imprescindible que cumpla unos requisitos y se realice con productos orientados a maximizar la eficiencia energética. Si no se efectúa con instaladores homologados por el fabricante, existe un riesgo elevado de que se produzcan entradas térmicas y acústicas en la unión de ventana y obra, así como desajustes en el cierre. También será preciso utilizar espumas térmicas o cintas expansivas de unión y es recomendable la colocación de bandas o tapajuntas para rematar y mejorar la unión del perfil con la fachada exterior y pared interior.
Existe para información del consumidor una etiqueta energética, que establece un rango similar al de los electrodomésticos, que también puede ser exigida.
En todo caso, de nada sirve elegir los mejores materiales si la instalación se hace de cualquier modo. Es imprescindible que cumpla unos requisitos y se realice con productos orientados a maximizar la eficiencia energética. Si no se efectúa con instaladores homologados por el fabricante, existe un riesgo elevado de que se produzcan entradas térmicas y acústicas en la unión de ventana y obra, así como desajustes en el cierre. También será preciso utilizar espumas térmicas o cintas expansivas de unión y es recomendable la colocación de bandas o tapajuntas para rematar y mejorar la unión del perfil con la fachada exterior y pared interior.
Otro aspecto a tener en cuenta son los llamados puntos de fuga, por los que se cuela el viento, el frío, la lluvia o el ruido. El cajón de la persiana es uno de los grandes olvidados. De hecho, a través de él se producen más del 30% de las perdidas energéticas del hueco, tanto térmicas como acústicas. Debe cuidarse al máximo su correcta instalación y su calidad. De lo contrario, el cerramiento se resentirá y perderá gran parte de su eficacia.
Todas las características que hacen aceptable un buen aislamiento térmico son también válidas para el acústico, aunque para evitar en la medida de lo posible este problema el espesor de los vidrios tiene aquí un peso fundamental. En los dobles acristalamientos, uno de los vidrios (el exterior) debería tener al menos 6 mm de grosor. Cuando se vive en una zona muy ruidosa, se puede recurrir a los vidrios laminados que reducen en un gran porcentaje los decibelios. Otra buena solución es rellenar con gas la cámara intermedia.
El Plan Renove es un programa de ayudas económicas que ofrecen algunas comunidades autónomas y que busca fomentar el cambio de las viejas ventanas por modelos nuevos que cumplan una serie de requisitos desde el punto de vista de calidad y de eficiencia energética.
Se trata de cerramientos de alta gama y la inversión económica es importante, aunque están subvencionados en parte por las distintas administraciones. En el caso de la Comunidad de Madrid, la ayuda es de 110 € por metro cuadrado.
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Se trata de cerramientos de alta gama y la inversión económica es importante, aunque están subvencionados en parte por las distintas administraciones. En el caso de la Comunidad de Madrid, la ayuda es de 110 € por metro cuadrado.
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