Ahorro energético en casa: Logra un buen aislamiento térmico
Tres expertos explican las claves de un buen aislamiento térmico para ahorrar en las facturas de casa este invierno.
Disfrutar de una agradable temperatura estable, sin pérdidas de calor por los cerramientos, es posible con un correcto aislamiento de la vivienda: un aspecto en el que no siempre se pone la atención necesaria. La creciente concienciación medioambiental y los precios disparados de la energía supone que la eficiencia y el ahorro energético nos preocupen cada vez más. Hablamos con tres expertos y analizamos los factores más relevantes que hay que tener en cuenta y soluciones con corcho natural o lana de roca, entre otras.
Expertos consultados:
Pablo Monzó, ingeniero de edificación y socio cofundador de Okambuva.coop
Jordi Moreno, arquitecto técnico de Ecospai
Marta Torres, gerente de MDF Construcción
Expertos consultados:
Pablo Monzó, ingeniero de edificación y socio cofundador de Okambuva.coop
Jordi Moreno, arquitecto técnico de Ecospai
Marta Torres, gerente de MDF Construcción
¿En qué consiste exactamente una casa bien aislada?
“Desde estructuras sin aislar, pasando por toda la envolvente térmica del edificio: fachada, carpinterías, cubierta, soleras en plantas bajas en contacto con el terreno, instalaciones y las posibles medianeras con otros edificios colindantes. Las viviendas están llenas de puntos críticos en los que se acumulan las pérdidas térmicas que acaban traduciéndose en mayores consumos energéticos”, asegura Monzó.
“Aislar las fachadas y medianeras, sobre todo teniendo en cuenta la situación y orientación de la vivienda, e instalar una buena carpintería exterior con rotura de puente térmico y un vidrio adecuado en función de la situación y orientación de la misma” son las principales medidas que propone Marta Torres, gerente de MDF Construcción, para mejorar las prestaciones térmicas de las casas.
Cambia las ventanas: Ganarás en confort y ahorrarás energía
“Desde estructuras sin aislar, pasando por toda la envolvente térmica del edificio: fachada, carpinterías, cubierta, soleras en plantas bajas en contacto con el terreno, instalaciones y las posibles medianeras con otros edificios colindantes. Las viviendas están llenas de puntos críticos en los que se acumulan las pérdidas térmicas que acaban traduciéndose en mayores consumos energéticos”, asegura Monzó.
“Aislar las fachadas y medianeras, sobre todo teniendo en cuenta la situación y orientación de la vivienda, e instalar una buena carpintería exterior con rotura de puente térmico y un vidrio adecuado en función de la situación y orientación de la misma” son las principales medidas que propone Marta Torres, gerente de MDF Construcción, para mejorar las prestaciones térmicas de las casas.
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Aislamiento térmico para la fachada de la casa
Uno de los métodos más habituales en el aislamiento térmico exterior para fachadas es el denominado SATE (por sus siglas en inglés), que consiste en la integración de una serie de capas de distintos materiales.
Moreno asegura que es un sistema eficiente porque “permite aislar desde el exterior del cerramiento, mejorando al máximo su comportamiento térmico al eliminar todos los puentes térmicos como pilares, forjados, zonas macizadas, etc”. Coincide con él Torres, que recomienda este aislante térmico aunque reconoce que no siempre es posible aplicarlo porque “modifica la configuración de la fachada”.
En este sentido, Monzó apunta una posible alternativa: “Se están empezando a proyectar morteros térmicos de cal aérea directamente sobre las fachadas, con distintos acabados tanto pictóricos como de rugosidad/finura. Esto ha conseguido simplificar la secuencia de trabajos con respecto al sistema SATE, obteniendo los mismos resultados e incluso mejores porque así es más sencillo evitar los puentes térmicos: un mortero en 6 cm lo cubre todo y, técnicamente, la ejecución es menos secuencial y, por tanto, más económica y eficiente”.
Uno de los métodos más habituales en el aislamiento térmico exterior para fachadas es el denominado SATE (por sus siglas en inglés), que consiste en la integración de una serie de capas de distintos materiales.
Moreno asegura que es un sistema eficiente porque “permite aislar desde el exterior del cerramiento, mejorando al máximo su comportamiento térmico al eliminar todos los puentes térmicos como pilares, forjados, zonas macizadas, etc”. Coincide con él Torres, que recomienda este aislante térmico aunque reconoce que no siempre es posible aplicarlo porque “modifica la configuración de la fachada”.
En este sentido, Monzó apunta una posible alternativa: “Se están empezando a proyectar morteros térmicos de cal aérea directamente sobre las fachadas, con distintos acabados tanto pictóricos como de rugosidad/finura. Esto ha conseguido simplificar la secuencia de trabajos con respecto al sistema SATE, obteniendo los mismos resultados e incluso mejores porque así es más sencillo evitar los puentes térmicos: un mortero en 6 cm lo cubre todo y, técnicamente, la ejecución es menos secuencial y, por tanto, más económica y eficiente”.
Ahorro energético con cámaras en el interior de la casa y con corcho natural
Tanto si se trata de resolver un problema determinado, como de mejorar las prestaciones térmicas de un edificio, una solución simple y eficaz es la creación de cámaras en el interior de la vivienda que reduzcan su demanda energética. “Esta intervención es más sencilla y económica que el aislamiento por el exterior –aunque siempre es más recomendable este último– y mejora el aislamiento térmico”, explica Torres. “Tiene la ventaja adicional de poder ser ejecutada en una sola vivienda, sin necesidad de tener que poner de acuerdo a toda una comunidad de vecinos”.
Coincide con ella Moreno: “Siempre es bueno tener una cámara de aire ventilada para poder evitar y evacuar posibles condensaciones en el interior de un paramento. Además, no es una solución cara, evitará futuros problemas de humedades y mejorará las condiciones de salubridad”.
“Es cada vez más común en la bioconstrucción el uso del corcho natural granulado. Con un coste aproximado de 150 € por metro cúbico de material y unos 300-400 € de mano de obra por cada 100 metros cuadrados a intervenir. Es una solución que realmente está consiguiendo solucionar el problema del aislamiento térmico sin hacer obras y a precio asequible”, explica Monzó.
Prepara tu casa para el frío: En qué fijarse al elegir un cerramiento
Tanto si se trata de resolver un problema determinado, como de mejorar las prestaciones térmicas de un edificio, una solución simple y eficaz es la creación de cámaras en el interior de la vivienda que reduzcan su demanda energética. “Esta intervención es más sencilla y económica que el aislamiento por el exterior –aunque siempre es más recomendable este último– y mejora el aislamiento térmico”, explica Torres. “Tiene la ventaja adicional de poder ser ejecutada en una sola vivienda, sin necesidad de tener que poner de acuerdo a toda una comunidad de vecinos”.
Coincide con ella Moreno: “Siempre es bueno tener una cámara de aire ventilada para poder evitar y evacuar posibles condensaciones en el interior de un paramento. Además, no es una solución cara, evitará futuros problemas de humedades y mejorará las condiciones de salubridad”.
“Es cada vez más común en la bioconstrucción el uso del corcho natural granulado. Con un coste aproximado de 150 € por metro cúbico de material y unos 300-400 € de mano de obra por cada 100 metros cuadrados a intervenir. Es una solución que realmente está consiguiendo solucionar el problema del aislamiento térmico sin hacer obras y a precio asequible”, explica Monzó.
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Cómo aislar el tejado y cubiertas más allá de la uralita: celulosa, lana de roca, poliestireno
Los tejados, sobre todo cuando dan a cámaras de cubierta o directamente al exterior, son la mayor fuente de pérdida energética, tanto en lo que se refiere a las terrazas de los edificios como a las cubiertas de las viviendas independientes. De ahí la conveniencia de contar con un buen aislamiento en ellos. “Lo más común es aislar las cámaras en el falso techo con celulosa insuflada, ya que otros materiales, como el corcho granulado, por ejemplo, tienen mayor peso y son más inestables. La celulosa, por su composición y la densidad con la que se proyecta (30-35 kg por metro cúbico), se queda apelmazada y estable” explica Monzó.
Moreno apunta también otras posibilidades de materiales como “el insuflado en cámara de aire o aplicación en manta sobre superficies horizontales de grafitado de poliestireno expandido o lana de roca”.
Los tejados, sobre todo cuando dan a cámaras de cubierta o directamente al exterior, son la mayor fuente de pérdida energética, tanto en lo que se refiere a las terrazas de los edificios como a las cubiertas de las viviendas independientes. De ahí la conveniencia de contar con un buen aislamiento en ellos. “Lo más común es aislar las cámaras en el falso techo con celulosa insuflada, ya que otros materiales, como el corcho granulado, por ejemplo, tienen mayor peso y son más inestables. La celulosa, por su composición y la densidad con la que se proyecta (30-35 kg por metro cúbico), se queda apelmazada y estable” explica Monzó.
Moreno apunta también otras posibilidades de materiales como “el insuflado en cámara de aire o aplicación en manta sobre superficies horizontales de grafitado de poliestireno expandido o lana de roca”.
Evita problemas por humedad con la barrera de vapor
Los problemas por humedad y condensación de agua por la diferencia de temperatura en los cerramientos son muy habituales en viviendas con un mal aislamiento técnico. Para prevenirlos existe lo que se conoce como barrera de vapor, láminas de polietileno. “Es una lámina que, colocada correctamente, permite conseguir un ambiente interior del hábitat sin exceso de humedad, además de una envolvente térmica más estable al vapor de agua que circula constantemente en las viviendas. No hay que olvidar que el flujo del vapor de agua siempre ocurre del cuerpo caliente al frío: en verano de fuera hacia dentro y, en invierno, de dentro hacia fuera de la vivienda”, explica Monzó.
“En el caso de España, como en la mayor parte del hemisferio norte, se colocan en la cara caliente del cerramiento para evitar futuros problemas de humedades y condensación de agua por diferencia de temperatura en los cerramientos”, añade Moreno, con quien coincide Torres, que puntualiza que “deben instalarse inmediatamente debajo del aislante térmico”.
Los problemas por humedad y condensación de agua por la diferencia de temperatura en los cerramientos son muy habituales en viviendas con un mal aislamiento técnico. Para prevenirlos existe lo que se conoce como barrera de vapor, láminas de polietileno. “Es una lámina que, colocada correctamente, permite conseguir un ambiente interior del hábitat sin exceso de humedad, además de una envolvente térmica más estable al vapor de agua que circula constantemente en las viviendas. No hay que olvidar que el flujo del vapor de agua siempre ocurre del cuerpo caliente al frío: en verano de fuera hacia dentro y, en invierno, de dentro hacia fuera de la vivienda”, explica Monzó.
“En el caso de España, como en la mayor parte del hemisferio norte, se colocan en la cara caliente del cerramiento para evitar futuros problemas de humedades y condensación de agua por diferencia de temperatura en los cerramientos”, añade Moreno, con quien coincide Torres, que puntualiza que “deben instalarse inmediatamente debajo del aislante térmico”.
Aislante con materiales sostenibles: corcho, celulosa, fibra de madera, cáñamo, lana de roca
“Los materiales sostenibles son una alternativa real en términos de aislamiento térmico y cada vez más asequibles”. Esa es la respuesta de Torres sobre la viabilidad de soluciones que sean más respetuosas con el medioambiente que las convencionales.
Monzó se muestra entusiasta al respecto: “Por supuesto que son una alternativa real. Ya lo son en Europa y, en España, van entrando a pesar de la crisis que ha sufrido el sector. Se nota una evolución de los usuarios hacia una inversión más directa que tenga repercusión a corto o largo plazo y siempre con tendencia a que los materiales sean más sanos y sostenibles. Existen ya desde hace tiempo en el mercado aislamientos naturales como el corcho, la celulosa, la fibra de madera y el cáñamo. Este último también se comercializa incluso en bloques estructurales que sirven para muros de carga que, una vez revestidos, conforman fachadas con una eficiencia y sencillez muy avanzada, propia del siglo XXI”.
“La sociedad y la legislación están cada vez más involucradas en temas de reciclaje y sostenibilidad, aunque todavía nos queda un largo camino por hacer”, opina Moreno, que lista entre los materiales más eficientes “la lana de roca, la fibra de madera o la celulosa, todos ellos con bajos coeficientes de conductividad térmica y densidades óptimas”.
Arquitectura: 6 fachadas y 6 materiales que te sorprenderán
“Los materiales sostenibles son una alternativa real en términos de aislamiento térmico y cada vez más asequibles”. Esa es la respuesta de Torres sobre la viabilidad de soluciones que sean más respetuosas con el medioambiente que las convencionales.
Monzó se muestra entusiasta al respecto: “Por supuesto que son una alternativa real. Ya lo son en Europa y, en España, van entrando a pesar de la crisis que ha sufrido el sector. Se nota una evolución de los usuarios hacia una inversión más directa que tenga repercusión a corto o largo plazo y siempre con tendencia a que los materiales sean más sanos y sostenibles. Existen ya desde hace tiempo en el mercado aislamientos naturales como el corcho, la celulosa, la fibra de madera y el cáñamo. Este último también se comercializa incluso en bloques estructurales que sirven para muros de carga que, una vez revestidos, conforman fachadas con una eficiencia y sencillez muy avanzada, propia del siglo XXI”.
“La sociedad y la legislación están cada vez más involucradas en temas de reciclaje y sostenibilidad, aunque todavía nos queda un largo camino por hacer”, opina Moreno, que lista entre los materiales más eficientes “la lana de roca, la fibra de madera o la celulosa, todos ellos con bajos coeficientes de conductividad térmica y densidades óptimas”.
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Etiquetas eficiencia energética para tu casa, si mejoras el aislamiento térmico ¡y si cambias la caldera!
La recientemente incorporada etiqueta energética para las viviendas hace pensar que la mejora del aislamiento térmico de un edificio repercutirá de forma directa en su clasificación. No obstante, los expertos manifiestan opiniones encontradas al respecto.
“Una actuación de este tipo podría dar una mejora de una o dos letras en la etiqueta de eficiencia energética, dependiendo del proyecto”, dice Moreno.
En esta misma línea se posiciona Monzó, para quien “la realidad es que los programas de calificación para calcular la etiqueta energética están enfocados más bien a valorar la mejora energética de las instalaciones de las viviendas y no las envolventes térmicas de las mismas. Da mucha mayor puntuación una sustitución de caldera por una más eficiente o la introducción de energías renovables que cualquier mejora en carpinterías, cerramientos y cubiertas que pudiéramos hacer”.
CUÉNTANOS…
¿Has llevado a cabo un aislamiento térmico en casa? Comparte tu experiencia en la sección de comentarios
La recientemente incorporada etiqueta energética para las viviendas hace pensar que la mejora del aislamiento térmico de un edificio repercutirá de forma directa en su clasificación. No obstante, los expertos manifiestan opiniones encontradas al respecto.
“Una actuación de este tipo podría dar una mejora de una o dos letras en la etiqueta de eficiencia energética, dependiendo del proyecto”, dice Moreno.
En esta misma línea se posiciona Monzó, para quien “la realidad es que los programas de calificación para calcular la etiqueta energética están enfocados más bien a valorar la mejora energética de las instalaciones de las viviendas y no las envolventes térmicas de las mismas. Da mucha mayor puntuación una sustitución de caldera por una más eficiente o la introducción de energías renovables que cualquier mejora en carpinterías, cerramientos y cubiertas que pudiéramos hacer”.
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“En España solemos suplir esa falta de confort con calderas, radiadores y aire acondicionado, pero es algo vital, que debería ser estudiado desde el proyecto de reforma para poder asegurar una mejora perceptible por el usuario más allá de su bolsillo”, afirma Pablo Monzó, ingeniero de edificación y cofundador de Okambuva. “Son cuestiones que además van ligadas a la salud en el hábitat: una casa bien aislada y con soluciones constructivas transpirables evita la aparición de mohos y alérgenos que causan alergias y enfermedades respiratorias”, añade.
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