Adelfa: La elección perfecta para un jardín colorido
La adelfa y el sol forman la pareja perfecta. Se trata, además, de una planta muy versátil y resistente. Descubre aquí cómo debes cuidarla.
Qué bien sienta contar con especies autóctonas en el jardín. Facilitan el trabajo y como paisajista se tiene la impresión de tener la naturaleza de tu parte. En este sentido, la adelfa resulta perfecta. Sus colores resultan radiantes, sus hojas son regias, y su aroma, embriagador.
Los libros de botánica explican de manera repetitiva que la adelfa (Nerium oleander) no debe cultivarse por encima de los 600 metros sobre el nivel del mar porque puede helarse. ¿Por qué resisten las adelfas de Madrid, que está a 650,7 metros sobre el nivel del mar? Porque Madrid con sus edificios, vehículos y gentes es una isla climática: siempre 5 grados por encima del entorno. En todo caso, si plantas adelfas en todo el centro peninsular saldrán de cada invierno con las hojas quemadas y los terminales de las ramas secos. La solución es un terciado o corte del tercio superior a principios de primavera. En todo el litoral, sin embargo, este arbusto es el rey. Nadie como él tan resistente y pegado al paisaje. Plantado en macizos, formando setos, componiendo macetones o como parte de una rocalla costera, siempre te dará el ciento por uno.
Los libros de botánica explican de manera repetitiva que la adelfa (Nerium oleander) no debe cultivarse por encima de los 600 metros sobre el nivel del mar porque puede helarse. ¿Por qué resisten las adelfas de Madrid, que está a 650,7 metros sobre el nivel del mar? Porque Madrid con sus edificios, vehículos y gentes es una isla climática: siempre 5 grados por encima del entorno. En todo caso, si plantas adelfas en todo el centro peninsular saldrán de cada invierno con las hojas quemadas y los terminales de las ramas secos. La solución es un terciado o corte del tercio superior a principios de primavera. En todo el litoral, sin embargo, este arbusto es el rey. Nadie como él tan resistente y pegado al paisaje. Plantado en macizos, formando setos, componiendo macetones o como parte de una rocalla costera, siempre te dará el ciento por uno.
La adelfa se amolda a todos los terrenos con la excepción de los muy ácidos. En los arcillosos va mejor que en los arenosos. En los alcalinos, mejor que en los ácidos. En los moderadamente pobres, mejor que en los ricos y húmedos.
El riego es más importante de lo que parece. No caigas en el error de considerar a la adelfa una especie que soporta la sed, prácticamente una xerófila, porque vegeta en la naturaleza, donde nadie la riega. Sus hábitats son frescos, con humedad cerca de superficie. En tu jardín, instala riego por goteo al pie de cada una de tus adelfas y vigila que no les falte la humedad.
El riego es más importante de lo que parece. No caigas en el error de considerar a la adelfa una especie que soporta la sed, prácticamente una xerófila, porque vegeta en la naturaleza, donde nadie la riega. Sus hábitats son frescos, con humedad cerca de superficie. En tu jardín, instala riego por goteo al pie de cada una de tus adelfas y vigila que no les falte la humedad.
Pocas especies son tan adecuadas para decorar macetones a pleno sol. En terrazas, porches o en medio del jardín soporta muy bien los rigores climáticos.
La única condición, teniendo en cuenta su fortísimo sistema radicualar, es situarla sobre pavimento, nunca sobre la tierra, para que no “franquee” (saque raíces pivotantes por el agujero de drenaje). En ese caso, obturaría la salida del agua sobrante, acarreando el encharcamiento y muerte de los ejemplares. En esta bella imagen, la adelfa acompaña a una dipladenia en flor (Mandevilla sanderi),
Jardines de Madrid: el oasis mediterráneo del Museo Sorolla
La única condición, teniendo en cuenta su fortísimo sistema radicualar, es situarla sobre pavimento, nunca sobre la tierra, para que no “franquee” (saque raíces pivotantes por el agujero de drenaje). En ese caso, obturaría la salida del agua sobrante, acarreando el encharcamiento y muerte de los ejemplares. En esta bella imagen, la adelfa acompaña a una dipladenia en flor (Mandevilla sanderi),
Jardines de Madrid: el oasis mediterráneo del Museo Sorolla
Las flores dobles de las adelfas, como estas “Roseum Flore Pleno”, son como pequeñas rosas en enormes y vistosos ramilletes que se ven desde lejos. Desde luego, la inmensa mayoría de adelfas en la naturaleza cuenta con flores simples, de 5 pétalos, pero los obtentores y viveristas ponen a tu disposición variedades increíbles con las que realizar verdaderas maravillas en tu jardín.
Las adelfas son tóxicas en todas sus partes, pero no se tiene noticias de accidentes al respecto. Sus flores cuentan con un aroma muy embriagador que llega a marear de forma sutil.
La proximidad a un macizo grande de adelfas en flor no es aconsejable para los niños; ten eso en cuenta a la hora de diseñar el área de juegos infantiles. Elimina los ovarios fecundados (en silicuas), llenos de polvo irritante, tras la floración. No permitas que tus ejemplares pasen el otoño en este estado.
La proximidad a un macizo grande de adelfas en flor no es aconsejable para los niños; ten eso en cuenta a la hora de diseñar el área de juegos infantiles. Elimina los ovarios fecundados (en silicuas), llenos de polvo irritante, tras la floración. No permitas que tus ejemplares pasen el otoño en este estado.
Si tu zona es de inviernos fríos planta las adelfas en primavera. En cambio, si quieres ponerlas en sus zonas naturales (veranos calurosos e inviernos templados), puedes hacerlo en cualquier momento. Para su emplazamiento, nada como el pleno sol, aunque al sol-sombra también funciona bien. Bajo los rayos directos, la distancia entre hojas se acorta y las ramas presentan aspectos densos y sanos. En sombra, incluso en sombra tenue, tiende a ahilarse bastante (ramas larguiruchas y débiles), y la floración es mucho más pobre.
Para la multiplicación, vienen bien las hormonas para esqueje duro –como curiosidad, la Adelfa Variegata es la más delicada de todas–. Antes de que salieran al mercado, hace 40 años, las hormonas de enraizamiento, la viabilidad de esquejes en la adelfa era del 50%; hoy es del 75%. Corta un terminal de tu adelfa que no haya florecido y úntalo con polvos. También puedes multiplicar tus adelfas mediante acodo de sus flexibles ramas inferiores.
Buganvilla: Una trepadora que adora el mar
Para la multiplicación, vienen bien las hormonas para esqueje duro –como curiosidad, la Adelfa Variegata es la más delicada de todas–. Antes de que salieran al mercado, hace 40 años, las hormonas de enraizamiento, la viabilidad de esquejes en la adelfa era del 50%; hoy es del 75%. Corta un terminal de tu adelfa que no haya florecido y úntalo con polvos. También puedes multiplicar tus adelfas mediante acodo de sus flexibles ramas inferiores.
Buganvilla: Una trepadora que adora el mar
Con un poco de paciencia y tiempo, algunas de tus adelfas pueden convertirse en maravillosos ejemplares arbóreos. Incluso es una especie apta como bonsái. Sólo debes ir eliminando las ramas y brotes de la zona inferior de la planta para conseguir un tronco desnudo y lo más leñoso posible. El resultado puedes verlo en la fotografía: deliciosos parasoles que se inclinan bajo el peso de la abundante floración superior. Todo un espectáculo.
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Los viveristas y paisajistas han ido llenando las mesetas de nuestro país de adelfas hasta hoy, que es casi autóctona también del centro peninsular. En todo caso, conviene recalcar que por encima de los 600 metros de altitud sobre el nivel del mar lo pasa mal en invierno.