Cómo renovar las puertas de casa sin tener que cambiarlas
Dos expertas explican qué hacer para darles un aire nuevo e integrarlas en la decoración con una inversión mínima.
Pese a que no se les suele dar la misma importancia que a las paredes o los suelos, lo cierto es que las puertas tienen un importante impacto visual en el conjunto de una estancia, sobre todo si ésta no es muy grande o se accede desde ella a diferentes zonas de la casa. Si a esto le añadimos el hecho de que cambiar las de toda la casa supone una inversión considerable, la búsqueda de altenativas para actualizarlas se hace indispensable. Dos expertas nos cuentan algunos trucos.
Expertas consultadas:
Pili Molina, diseñadora en Masfotogenica Interiorismo
Rosa Bramona, diseñadora de interiores
Expertas consultadas:
Pili Molina, diseñadora en Masfotogenica Interiorismo
Rosa Bramona, diseñadora de interiores
Personaliza las puertas de casa. Para Pili Molina, de Masfotogenica Interiorismo, “hay que dejar de ver las puertas como un elemento estandarizado y pensar que se les puede dar prácticamente el mismo acabado que a las paredes o a los muebles: no son más que un trozo de madera que podemos personalizar a nuestro gusto”.
Integra las puertas de casa en la decoración. La pintura es la gran aliada a la hora de transformar las puertas de paso con una inversión mínima, aunque antes de lanzarse conviene reflexionar sobre el efecto que buscamos y no es mala idea consultar a un decorador o un interiorista. “Debemos tener claro qué queremos conseguir: si mantener el mismo estilo decorativo que tenían, aunque remozado, o darles un aire totalmente nuevo”, advierte la diseñadora de interiores Rosa Bramona.
“También es importante preguntarse si queremos que las puertas formen parte del ambiente de forma disimulada o si las vamos a destacar a modo de acentos en el mismo. En caso de que queramos que pasen desapercibidas, las integraremos en el entorno aplicándoles el mismo acabado de la pared donde se encuentren”, aconseja Rosa.
“También es importante preguntarse si queremos que las puertas formen parte del ambiente de forma disimulada o si las vamos a destacar a modo de acentos en el mismo. En caso de que queramos que pasen desapercibidas, las integraremos en el entorno aplicándoles el mismo acabado de la pared donde se encuentren”, aconseja Rosa.
Aunque pueda parecer la opción más neutra a simple vista, lo cierto es que las posibilidades que ofrece integrar una puerta en el marco de la pared son amplísimas y no solo afectan al aspecto estético de la estancia.
“Ya sea con pintura, papel pintado o, incluso, al modo de las clásicas boiseries, disimular una puerta con este tipo de acabados amplía visualmente el espacio, como en los antiguos trampantojos”, reflexiona Pili Molina.
Estas soluciones son especialmente útiles en habitaciones pequeñas con varios accesos o en zonas de paso, como distribuidores, “sobre todo cuando se quiere hacer un uso adicional de ese espacio, por ejemplo como rincón de lectura o despacho”, añade Pili.
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“Ya sea con pintura, papel pintado o, incluso, al modo de las clásicas boiseries, disimular una puerta con este tipo de acabados amplía visualmente el espacio, como en los antiguos trampantojos”, reflexiona Pili Molina.
Estas soluciones son especialmente útiles en habitaciones pequeñas con varios accesos o en zonas de paso, como distribuidores, “sobre todo cuando se quiere hacer un uso adicional de ese espacio, por ejemplo como rincón de lectura o despacho”, añade Pili.
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Protagonistas. Si optamos por destacar las puertas con respecto al conjunto, hay que analizar qué efecto queremos conseguir. Estas son algunas de las opciones más interesantes, según Rosa Bramona:
- Negro: pintar las puertas de este tono les dará un aire muy elegante, perfecto tanto para ambientes clásicos como para nórdicos, sobre todo si se combinan con paredes blancas y suelos de madera.
- Gris: toda la gama de grises combina muy bien con casi cualquier tipo de ambiente, hasta el punto de que se les considera el nuevo blanco.
- A todo color: para ambientes más atrevidos o cuando busquemos revitalizar un espacio, se puede usar colores vibrantes como los rojos, amarillos, naranjas…
- Tonos pastel: ideales para reforzar una ambientación vintage, sobre todo si se aplican en puertas con molduras o macizas.
Personalizadas. Una puerta blanca es “fácil de integrar y aporta luminosidad al ambiente”, opina Pili Molina, que anima a experimentar con nuevos acabados “siempre que potencien el conjunto de la decoración”. A modo de ejemplo, propone:
- Actualizar una puerta clásica aplicándole papel pintado o, incluso, retales de papeles decorativos en sus cuarterones.
- Justo lo opuesto: revalorizar una puerta lisa y barata pegándole unas molduras, que pueden pintarse en un color distinto para realzarlas aún más (en blanco y negro, al más puro estilo Chanel, por ejemplo).
- Entelar la puerta con un tejido acolchado y rematarla con tachuelas para conseguir no solo una ambientación retro sino, incluso, mejorar la acústica y el aislamiento térmico de la habitación.
- Decorarla con washi tape. Esta cinta adhesiva de papel decorado es fácil de aplicar, económica y ofrece infinitas posibilidades decorativas, ya sea creando formas geométricas, patrones de dibujo, letras… o bien usándola para colgar fotos, ilustraciones y notas.
Con mensaje. Mención aparte merece el acabado con pintura de pizarra, puesto que “hoy en día este tipo de pintura se puede encontrar en una gama de colores cada vez más amplia, aportando una estética muy actual”, apunta Pili Molina.
Se muestra de acuerdo en cuanto a sus posibilidades Rosa Bramona, aconsejándola sobre todo “para puertas de habitaciones infantiles –que pueden convertirse también en una superficie para dibujar sin ocupar sitio– y para cocinas –en las que apuntar la lista de la compra, dejar notas a otros habitantes de la casa, etc.–”.
Se muestra de acuerdo en cuanto a sus posibilidades Rosa Bramona, aconsejándola sobre todo “para puertas de habitaciones infantiles –que pueden convertirse también en una superficie para dibujar sin ocupar sitio– y para cocinas –en las que apuntar la lista de la compra, dejar notas a otros habitantes de la casa, etc.–”.
Vinilos. Si no queremos liarnos con brochas y pinceles, siempre nos queda la opción de colocar un pizarra adhesiva aprovechando, por ejemplo, el paño central de una puerta con marco. Una opción que abre otro mundo de posibilidades muy interesante: el de los vinilos. “Hay muchos modelos de vinilos. Los que ocupan toda la puerta, los aconsejaría para piezas lisas que se quieran destacar y ambientes en los que se busque un aire más actual, aunque no para las puertas de toda la casa. Habitaciones infantiles y juveniles, cuartos de juegos, offices o lavaderos pueden ser buenos emplazamientos”, apunta Rosa Bramona.
Utilidades añadidas. La superficie de pizarra aporta una nueva funcionalidad a la puerta, más allá del acabado estético, pero no es la única que se le puede dar.
“Forrar las puertas de espejo, ya sea por completo encargando un panel a medida, o tan solo una parte con un espejo que encaje en el centro o, incluso, mediante pequeñas piezas formando un mosaico, puede resultar muy útil en un dormitorio o un vestidor, además de cumplir con la función de ampliar la sensación de espacio de la habitación”, apunta Pili Molina.
Otras opciones, según la interiorista, son ponerle colgadores, estantes o bolsas de tela sobre su superficie para que adquiera una nueva utilidad, más allá de como elemento de paso.
Algo similar propone Rosa Bramona: “Una puerta anodina puede pintarse en el color que mejor combine con el ambiente y después colgarle algún tipo de accesorio, como marcos de fotos o carteles”. También, como se ha hecho en este ambiente, se puede incrementar la anchura de los marcos para que adquieran una gran presencia y aprovecharlos para simular continuidad con respecto a unos estantes.
¿Qué puedo hacer con las puertas de mi casa por menos de 1.000 €?
“Forrar las puertas de espejo, ya sea por completo encargando un panel a medida, o tan solo una parte con un espejo que encaje en el centro o, incluso, mediante pequeñas piezas formando un mosaico, puede resultar muy útil en un dormitorio o un vestidor, además de cumplir con la función de ampliar la sensación de espacio de la habitación”, apunta Pili Molina.
Otras opciones, según la interiorista, son ponerle colgadores, estantes o bolsas de tela sobre su superficie para que adquiera una nueva utilidad, más allá de como elemento de paso.
Algo similar propone Rosa Bramona: “Una puerta anodina puede pintarse en el color que mejor combine con el ambiente y después colgarle algún tipo de accesorio, como marcos de fotos o carteles”. También, como se ha hecho en este ambiente, se puede incrementar la anchura de los marcos para que adquieran una gran presencia y aprovecharlos para simular continuidad con respecto a unos estantes.
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Atención al detalle. Las dos expertas coinciden en cómo algo tan simple como renovar los pomos o las manijas puede darles una dimensión totalmente nueva. “Un pomo llamativo puede vestir mucho una puerta sencilla y, por el contrario, uno depurado puede actualizar un modelo clásico”, dice Pili Molina, quien anima incluso a “personalizarlas con algún elemento sorprendente como una rama de madera, un trozo de cuerda o de piel”.
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¿Y TÚ?
¿Con cuál de estas propuestas te quedas para actualizar las puertas de tu casa? Cuéntanoslo en los comentarios
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