Casas Houzz
Casas Houzz: 48 metros de vivienda y despacho para dos personas
Las propietarias de este piso han conseguido sacar todo el partido a su reducido espacio, incluyendo hasta un estudio desde el que trabajan.
El punto de partida era un pequeño piso de 48 metros cuadrados, muy compartimentado y con un solo balcón al exterior con posibilidades de poder iluminar todas las zonas comunes. El reto al que se enfrentó la arquitecta Carolina Martínez de TheHallStudio no era precisamente sencillo. Sin embargo, su intervención ha generado una vivienda luminosa y de aspecto amplio que, gracias a una ingeniosa distribución, ha pasado a convertirse en hogar y estudio para dos personas. Este pequeño apartamento se encuentra en el barrio de Poblenou, una antigua zona industrial de Barcelona que en los últimos años ha experimentado una importante renovación debido a su proximidad al centro. Su ambiente de pequeña ciudad y buenas conexiones con la playa hacen que tenga un gran atractivo para vivir.
ormitorio, 1 baño, comedor-cocina y estudio
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De este modo, se ideó un gran espacio para las zonas de día, conectando el salón-comedor con la cocina. Se eliminaron los espacios intermedios que había en la distribución de partida, como el recibidor y el pasillo, para generar una estancia más amplia. Además se aprovechó toda la altura de los techos, lo cual reforzó la sensación de amplitud a pesar de las limitaciones en cuanto a metros cuadrados.
Pincha aquí para ver más imágenes de salones de todos los estilos
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Otra de las cuestiones clave fue la recuperación de los elementos originales. Debido a la antigüedad del edificio, “se podía intuir que tendría paredes de ladrillo y vigas de madera maciza”, explica Carolina. Y así fue.
Materiales en bruto: Cómo aplicarlos para aportar calidez a un interior
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En cuanto al estilo decorativo, las propietarias se decantaron por un interiorismo entre nórdico y tradicional, pero con toques industriales. “Ellas tenían una idea muy clara sobre el mobiliario que querían y, además, se ocuparon en su mayoría de seleccionarlo. Esto fue muy bueno pues pudimos tenerlo en cuenta a la hora de proyectar el espacio”, cuenta Carolina. Las piezas de mobiliario elegidas son sencillas y ligeras, con colores claros y fibras naturales.
Conseguir una buena iluminación era uno de los puntos más importantes para Carolina. Un gran ventanal, techos altos, pintura blanca y un pavimento en tonos claros fueron los elementos principales de los que se sirvió para incrementar la luminosidad. Para el suelo, se optó por un laminado con acabado imitación pino con matices blancos.
La ingeniosa renovación de un ático pequeño y degradado
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La cocina se dispuso en la entrada de la vivienda; es lo primero que se ve al entrar. El objetivo, desde el punto de vista del interiorismo, era dotar a la casa de una estética acogedora con toques industriales. El frontal de la cocina es un elemento esencial con el que se ha conseguido este objetivo. Como la pared original de ladrillo en este punto estaba muy deteriorada, se colocó un cristal templado sobre ella para mejorar las condiciones higiénicas, de modo que además funcionara como salpicadero. Una decisión que da un toque único a la cocina. La camarera, aparte de como barra improvisada, sirve de separador con respecto a la entrada y al salón-comedor.
En esta foto, tomada antes de amueblar la casa, se puede apreciar cómo la pared de la izquierda se mete ligeramente hacia dentro al otro lado de la alacena. “Este cambio de ángulo sirve para crear un punto de fuga y proyectar de manera más eficiente la luz en el estudio, que se encuentra tras la cristalera de cuarterones”, explica Carolina. Este espacio de trabajo no tiene salida al exterior, pero recibe luz natural durante el día, proveniente del balcón, gracias a esta ventana interior.
Las alacenas eran muy habituales en las casas de esta época, aunque la que ahora mira al salón inicialmente se encontraba en la zona donde se ubica el estudio. Las propietarias restauraron su madera y le dieron una mano de pintura. Utilizan este mueble como zona de almacenaje en el salón-comedor, lo que aporta un guiño tradicional a la vivienda.
Una reforma low-cost que resucita la tradición castiza
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En apenas seis metros cuadrados había que crear un estudio cómodo con capacidad para dos puestos de trabajo. Para equiparlo se optó por un tablero blanco apoyado sobre dos caballetes; una estructura ligera con poco peso visual. La luminaria de esta estancia fue uno de los objetos que las propietarias reciclaron del piso al comprarlo. Se trata de una lámpara metálica de cierto aire industrial, que fue pintada en un atractivo color menta por fuera y blanco por dentro.
Oficina para dos: Cómo optimizar espacios de trabajo compartidos
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Al fondo del todo se encuentra el cuarto de baño, para el que se aprovechó una parte de la antigua galería y también del baño original, que estaba situado en exterior, como era habitual en las fechas de construcción del edificio. Se usaron baldosas de pequeño formato y en color blanco para aumentar la sensación de amplitud y la luminosidad. En la zona de ducha y en el pavimento se emplearon otras piezas que simulan el aspecto de las baldosas hidráulicas, pero con una gráfica actualizada.
Virguerías geométricas impulsan la renovación del suelo hidráulico
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En la imagen superior podemos ver el estado antes de la reforma de la zona que hoy es el salón-comedor.
En foto de la izquierda vemos la cocina original, que contaba con apenas 5 metros cuadrados y a la que se accedía a través de una salita.
En foto de la izquierda vemos la cocina original, que contaba con apenas 5 metros cuadrados y a la que se accedía a través de una salita.
En este plano, la nueva distribución evidencia el mejor aprovechamiento de la luz natural y el espacio gracias a la eliminación de una parte importante de los muros originales.
En el plano inferior se puede apreciar la antigua distribución de la vivienda, muy compartimentada y con el baño ubicado en el exterior.
En el plano inferior se puede apreciar la antigua distribución de la vivienda, muy compartimentada y con el baño ubicado en el exterior.
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¿Qué es lo que más te ha gustado de este proyecto? Comparte tu opinión con nosotros en la sección de comentarios.
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Quién vive aquí: Alexandra y Raquel, una pareja de diseñadoras gráficas y fundadoras del estudio La Tecla
Arquitectura: Carolina Martínez, TheHallStudio
Situación: Poble Nou, Barcelona
Superficie: 48 metros cuadrados; 1 d
El piso original era una vivienda en muy mal estado, en un edificio del año 1936 que todavía conserva muchos elementos originales. Como la mayoría de apartamentos de esa década, se encontraba muy compartimentado, así que “el objetivo principal fue convertirlo en un espacio lo más diáfano posible para poder aprovechar mejor la luz natural”, cuenta Carolina. Eliminando tabiques se consiguió que la luz proveniente del balcón situado en el comedor pudiera penetrar hacia el fondo de la vivienda.