Instalaciones vistas: Guía para convertirlas en un recurso decorativo
Las instalaciones de una vivienda pueden dejarse al descubierto con fines decorativos. Conoce las principales claves de esta táctica.
Hace solo unos años era impensable que las instalaciones de una vivienda quedaran a la vista. Esto se asociaba a un cierto descuido y se buscaban todo tipo de artimañas y trucos para ocultarlas o, al menos, disimularlas. Hoy en día, con la aparición de estilos como el industrial o el shabby chic no se nos hace tan extraño. Dejar las instalaciones al descubierto no es solo una opción interesante que considerar a la hora de realizar una reforma por las ventajas que conlleva, sino que se ha convertido en un recurso decorativo de enorme fuerza. Ahora bien, como táctica es un arma de doble filo, ya que por un lado puede ser una gran ayuda para conseguir la atmósfera deseada o puede, mal utilizada, arruinar completamente un ambiente.
Para utilizar correctamente este recurso, debido al fuerte impacto visual que produce es importante considerar una serie de precauciones iniciales. Utilizar esta alternativa como parte de una idea global de reforma o decoración es la principal. Es conveniente, desde el inicio, visualizar una imagen final que incluya estas instalaciones vistas y tener pensados el resto de los elementos que vamos a incluir, como el mobiliario, las lámparas o los radiadores, de forma que exista una armonía entre todos los elementos.
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Planificar desde el inicio los recorridos de las instalaciones que van a quedar a la vista es otra consideración importante. Debemos pensar que las instalaciones vistas son largas líneas rectas que van a tener mucha presencia en el ambiente. Cualquier desorden o improvisación que surja durante la obra se va notar mucho, desvirtuando, y muy posiblemente arruinando, el resultado final.
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Se debe cuidar en especial la elección de los materiales y los acabados de dichas instalaciones, además del cumplimiento de las normativas exigibles a los materiales para cada instalación. Debemos elegir aquellos que mejor respondan al resultado que busquemos. Acero y metales son los que, por ejemplo, más se utilizan para realizar los tubos por los que discurren las líneas eléctricas. Son tubos que se fijan a la pared con abrazaderas y llegan hasta los interruptores, bases de enchufes y puntos de luz.
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En cuanto a los acabados, en el mercado existe una gran variedad, pudiendo elegirse entre acero envejecido para ambientes más rústicos o metal niquelado para escenas más industriales y modernas. Otra opción es pintarlos posteriormente del mismo color que las paredes sobre las que se instalan, consiguiendo de este modo un efecto menos notorio.
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También se puede encontrar una gran variedad de materiales y acabados para las bases de enchufes, mecanismos e interruptores, diseñados para su instalación en superficie. Materiales como el metal, la cerámica, el vidrio, plásticos de calidad, combinados con madera, etc. Conviene huir de los materiales y acabados baratos, enfocados a ambientes puramente industriales y de trabajo.
Dejar a la vista la instalación de climatización mediante conductos es una buena alternativa para evitar falsos techos, ganar amplitud y sensación de espacio. Para ello, debemos utilizar conductos especialmente indicados para su instalación vista, que suelen incorporar un tejido interior para conseguir una adecuada atenuación acústica. Se comercializan en distintos colores y acabados metálicos, como el galvanizado o el niquelado.
Para la instalación de calefacción a la vista se utiliza casi exclusivamente un material: el cobre, que puede pintarse si se desea disimularlo. Al dejar esta instalación vista conseguimos dos ventajas: primero, detectar fugas de forma instantánea y, segundo, mejorar la eficiencia energética, ya que los tubos por los que circula el agua caliente hasta los radiadores también emiten directamente calor al ambiente. Asimismo, es muy importante la elección de los radiadores, ya que son elementos que también van a destacar en la decoración.
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El cobre es también un material utilizado en las instalaciones de fontanería a la vista. Las uniones de los tubos de cobre se realizan mediante soldadura de estaño, color que destaca sobre el rojizo del cobre. Por ello es conveniente que la instalación sea realizada por personal cualificado y con experiencia contrastada, ya que las uniones mal resueltas, las líneas rectas que se quedan torcidas o los ángulos desajustados estropean el resultado final.
Y por último, cabe señalar que esta alternativa puede llegar a convertirse en el punto más fuerte e importante de toda la decoración, haciendo que las instalaciones destaquen y provocando un alto contraste con las paredes y techos por los que discurren. Para ello, se ha de utilizar colores muy llamativos para las instalaciones sobre fondos neutros o claros en paredes y techos.
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¿Qué te parece esta solución práctica y decorativa? ¿La utilizarías, sí o no? Comparte tu opinión con nosotros en la sección de comentarios.
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