Decoración: Redescubre el potencial de la tela de arpillera
Ideas decorativas que revalorizan la tela de saco para otorgarle un lugar destacado en proyectos de interiorismo actuales.
Realizada generalmente con fibras de cáñamo o yute, la arpillera o tela de saco, como se la conoce comúnmente, vive un notable auge en decoración de la mano de las tendencias que apuestan por lo natural y ecológico, lo hecho a mano o los materiales recuperados. Si a ello le añadimos que es un tejido resistente y económico, ya tenemos todas las claves que explican la revalorización de esta tela, antiguamente relegada a usos industriales.
Buenas prestaciones. De trama marcada y muy resistente, la arpillera es un tejido fabricado a partir de cáñamo o yute y tradicionalmente empleado en la confección de sacos. Más allá de su estética rústica y características naturales, que permite su empleo en proyectos decorativos de todo tipo, funciona muy bien como aislante térmico y tiene un excelente comportamiento frente a la humedad –que retiene en su interior–, razón por la que se emplea cada vez más en exteriores tanto para cojines y colchonetas como para estores que filtren la luz sin entorpecer la ventilación.
Numerosas aplicaciones. Si bien originalmente los tejidos de arpillera eran gruesos y bastos, apropiados para un uso industrial como embalajes de productos muy diversos, hoy día pueden encontrarse versiones con una trama sensiblemente más suelta, así como con composiciones mezcladas con otros tejidos como el lino, lo que confiere mayor suavidad y transparencia a la tela. Estas nuevas versiones permiten usarla en todo tipo de aplicaciones, incluso a modo de finos visillos que crean atractivos juegos de luces y sombras.
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Más variedad cromática. Aunque el tono característico de la arpillera es el tostado natural, la paleta cromática en la que se puede encontrar en la actualidad se ha ampliado para adaptarla a todo tipo de ambientes. Desde acabados blanqueados, ideales para complementos de estilo provenzal, a colores más intensos como el gris, el rojo, el verde o incluso el azul.
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Estética y confort. Las versiones más rígidas de la arpillera son una excelente opción para entelar paredes, sobre todo en estancias húmedas o donde se quiera arropar el ambiente. En la cocina de la imagen, la tela ofrece el marco ideal para realzar el banco de trabajo antiguo reconvertido en encimera y módulo de almacenaje.
Tapicerías con encanto. Otro uso cada vez más popular de la arpillera es como tela para tapicería, aunque en este caso hay que elegir una de hilos apretados, con un buen equilibrio entre urdimbre y trama, para que sea resistente al desgaste.
Sofás, banquetas, pufs, sillas, taburetes e incluso elementos como pantallas de lámparas o galerías son piezas que permiten aportar una nota rústica a cualquier ambiente, simplemente con un tapizado a base de tela de saco, tanto lisa como con cualquier tipo de estampado.
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Rústico chic. La recuperación de sacos antiguos para tapizar alguna pieza de mobiliario singular es una tendencia respaldada tanto por una creciente concienciación hacia el uso de materiales más sostenibles y reciclados como por el auge de corrientes decorativas eclécticas y de aire vintage. El contraste representa aquí un papel vital: combinar una pieza de mobiliario antiguo con un humilde saco aporta una nota inesperada a cualquier ambiente.
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Materiales recuperados. Una forma sencilla de introducir un detalle rústico en cualquier ambiente es mediante el uso de unos simples cojines con tela de saco. Si se trata de piezas antiguas originales, el resultado será mucho más auténtico y personal, aunque también hay telas nuevas que imitan ese efecto.
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Fácil de personalizar. La tela de saco es el material por excelencia para las manualidades. Permite realizar todo tipo de proyectos con una mínima inversión y resultados sorprendentes.
Prueba a personalizar este sencillo tejido con una letra o un mensaje mediante la técnica del estarcido. Unas plantillas troqueladas, pintura para tela y un pincel de punta plana es cuanto necesitas para confeccionarte una pieza única.
Puedes hacer cojines con mensajes, símbolos o iniciales, pósters para enmarcar, manteles individuales o caminos de mesa, tablones de anuncios, bolsas… Son muchos los proyectos que pueden solucionarse con este tejido de marcada personalidad y que no requiere de habilidades especiales para su manipulación.
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Puedes hacer cojines con mensajes, símbolos o iniciales, pósters para enmarcar, manteles individuales o caminos de mesa, tablones de anuncios, bolsas… Son muchos los proyectos que pueden solucionarse con este tejido de marcada personalidad y que no requiere de habilidades especiales para su manipulación.
Su carácter rústico y basto se aviene a la perfección con bordes deshilachados y sin coser o con fijaciones mediante cuerdas, rafia, cintas… El límite de cómo introducirlo en la decoración doméstica lo pones tú y el estilo personal de tu hogar.
¿Y TÚ?
¿Has usado recientemente la arpillera en la decoración de tu casa? Cuéntanos cómo en la sección de comentarios y sube una foto para que nos sirva como inspiración.
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