Decoración
Artesanía y decoración: El tradicional kilim actualiza su gráfica
Coloristas, ligeros y versátiles, los kilims colonizan la casa contemporánea. Conoce cómo están renovando su dibujo.
Con unos orígenes que nos transportan directamente a Asia, cuando las tribus nómadas de países como Irán, Afganistán o Turquía los empleaban para revestir los suelos y las paredes de sus viviendas, para proteger a los animales o incluso a modo de maletas para envolver sus pertenencias durante los traslados, los kilims han traspasado fronteras geográficas y temporales viviendo una continuada vigencia en nuestros hogares que además ahora experimenta una renovación gráfica impulsada desde Europa.
¿Qué es un kilim? A diferencia de las alfombras cuya superficie muestra un pelo más o menos largo y anudado, los kilim presentan una superficie plana fruto de su tejido mediante la técnica propia de los tapices, que da lugar a una especie de tela gruesa. Realizados con lana, algodón o incluso pelo de cabra, de esta manera los kilims no solo resultaban más ligeros a la hora de desplazarse con ellos de un lugar a otro sino que además permitían darle diversos usos, como divisiones de viviendas, mantas…. Su forma de tejido evitaba que la arena se incrustara en su estructura.
Versatilidad decorativa de los kilim. Caracterizados por su colorido, así como por sus motivos geométricos, los kilim se tejían en origen sin un patrón previo, lo que daba lugar a piezas siempre originales y singulares.
En la actualidad, si bien los simbolismos históricos han cedido paso a otro tipo de gráfica, su elaboración artesanal es la misma y da lugar a piezas de gran belleza y de los más diversos estilos, lo que permite integrarlas en todo tipo de decoraciones, desde las más clásicas a las más eclécticas, pasando por ambientes depurados o de sabor bohemio.
Los tintes vegetales usados en sus orígenes permitían una gran variedad de tonalidades, especialmente azules, granates, amarillos y naranjas. El único color que no suele encontrarse en los kílims es el verde, ya que se consideraba el color del profeta.
Alfombras para el comedor: Las claves para dar con el modelo perfecto
En la actualidad, si bien los simbolismos históricos han cedido paso a otro tipo de gráfica, su elaboración artesanal es la misma y da lugar a piezas de gran belleza y de los más diversos estilos, lo que permite integrarlas en todo tipo de decoraciones, desde las más clásicas a las más eclécticas, pasando por ambientes depurados o de sabor bohemio.
Los tintes vegetales usados en sus orígenes permitían una gran variedad de tonalidades, especialmente azules, granates, amarillos y naranjas. El único color que no suele encontrarse en los kílims es el verde, ya que se consideraba el color del profeta.
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Ventajas de decorar con un kilim. La flexibilidad de su tejido plano confiere una gran versatilidad a los kilim que, en homenaje a su pasado nómada –cuando además de alfombras conformaban alforjas o mantas– dan lugar también hoy a vistosos cojines, pufs e incluso tapicerías, perfectos tanto para su uso en interiores como en espacios al aire libre. La combinación de distintos motivos y coloridos crea ambientaciones muy ricas, como la recreada en esta imagen.
Inconvenientes. Kilim significa ‘que no mezcla colores’, en referencia a la técnica de tejido que obliga a rematarlo antes de cada cambio de color, lo que da lugar a incontables agujeritos allí donde esto sucede. Estos son, junto con su menor grosor, lo que hace que se arruguen y deslicen, uno de los puntos débiles de este tipo de alfombras frente a las convencionales anudadas, ya que su resistencia al desgaste y a las roturas es menor.
La colocación de materiales antideslizantes bajo los kilims no solo evita que se muevan y se formen arrugas que puedan acabar en tropiezos, sino que también ayudan a prolongar su vida útil al amortiguar el efecto de las pisadas y los posibles enganchones causados por los tacones.
La colocación de materiales antideslizantes bajo los kilims no solo evita que se muevan y se formen arrugas que puedan acabar en tropiezos, sino que también ayudan a prolongar su vida útil al amortiguar el efecto de las pisadas y los posibles enganchones causados por los tacones.
Estilo bohemio. La profusión de color y la variedad de los motivos del tejido dan a muchos kilims un carácter exuberante, que los hace perfectos para aportar calidez a cualquier ambiente y, muy especialmente, a los de estilo ecléctico y bohemio.
¿Soñador, desenfadado y viajero? No lo dudes, tu estilo es Boho
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A modo de tapiz. Tejidos de una manera muy tensa para que la urdimbre quede escondida y no se aprecie, los kilims son perfectos para ornamentar suelos y paredes, aportando un extra de aislamiento gracias a su composición natural. Sus grandes dimensiones, que en origen servían para cubrir grandes extensiones de suelo o incluso para realizar divisiones en los interiores de las viviendas, están más indicadas para estancias de gran tamaño, a las que aportan una sensación de estar más completas. También sirven para poner un acento de color en cualquier ambiente, en este caso a modo de cabecero.
Revisión actual. Los kilim están viviendo una renovación gráfica en los últimos años de la mano de los más importantes diseñadores y firmas de textiles del sector. Este modelo, por ejemplo, es un diseño de los hermanos Bouroullec para nanimarquina. Utilizando las técnicas tradicionales de tejido de los kilim, se han empezado a crear nuevos modelos con paletas y signos gráficos más actuales, convirtiéndose en piezas que mezclan de manera equilibrada tradición artesana y modernidad.
En ambientes industriales. No obstante, eso no quiere decir que no funcionen igualmente bien en ambientes depurados, con mobiliario de líneas rectas y una paleta cromática neutra, a los que puede aportar un contrapunto de color. El contraste resulta especialmente marcado con suelos de aire industrial, como los de cemento pulido, a los que confiere un mayor confort, como vemos en este modelo de la firma española Gan.
Más imágenes de ambientes industriales aquí
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Patchwork. Los kilim antiguos resultan especialmente valiosos aunque, debido a su menor grosor y a la ausencia de nudos, es habitual que presenten desperfectos de difícil arreglo, dada su técnica de tejido. Es por ello que, al abrigo de las últimas tendencias, proliferan piezas tipo patchwork, realizadas con fragmentos de distintas alfombras antiguas que, de este modo, reciben una segunda vida.
Limpieza y mantenimiento de un kilim. Como con el resto de limpieza de alfombras, para la limpieza de los kilim se recomienda aspirar con frecuencia, así como ir cambiando su posición para evitar mayor desgaste de un lado que de otro. Asimismo, conviene protegerlos de la acción directa del sol.
En cuanto a la limpieza en profundidad, los expertos aconsejan realizarla con agua y jabón neutro en una zona plana y al aire libre y con cepillos suaves para eliminar la suciedad y retirar el exceso de agua. El secado debe realizarse igualmente en el exterior, a la sombra. No obstante, siempre conviene informarse antes con un profesional, ya que algunos kilim hechos con tintes naturales pueden desteñir y mezclar los colores.
¿Y TÚ?
¿Sabías qué es un kilim? ¿Tienes uno en casa? Esperamos tus comentarios
En cuanto a la limpieza en profundidad, los expertos aconsejan realizarla con agua y jabón neutro en una zona plana y al aire libre y con cepillos suaves para eliminar la suciedad y retirar el exceso de agua. El secado debe realizarse igualmente en el exterior, a la sombra. No obstante, siempre conviene informarse antes con un profesional, ya que algunos kilim hechos con tintes naturales pueden desteñir y mezclar los colores.
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