Fotografía
Fotografía de arquitectura: Cómo aprovechar la profundidad y los planos
Identificar los puntos fuertes de un proyecto pasa por estudiar bien qué perspectivas reflejan mejor las múltiples capas de un espacio.
Existen trucos para conseguir que una imagen no resulte plana y que así transmita mejor el proyecto que se fotografía. Pero antes de recurrir a ellos, lo suyo es tratar de reflejar las características propias del espacio mediante un estudio exhaustivo de todas sus vistas y rincones que nos permitan mostrar su riqueza de posibilidades y las diferentes capas del proyecto.
La manera más fácil y directa de conseguir profundidad en una imagen es apoyarnos en las propias características de la perspectiva y sus líneas de fuga; esto es, en una perspectiva cónica la línea hacia la que convergen todas las rectas de un plano inclinado. En particular, hay que tener esto más presente en aquellos casos en que optemos por una perspectiva central con un solo punto de fuga al que converjan todas estas líneas.
Contraponer diferentes planos, es una opción recurrente, como en esta fotografía del Hotel Portugal en Lisboa, obra del arquitecto Marcelo Azevedo. En este caso ese recurso se apoya en los diferentes materiales. El revestimiento cerámico azul del primer término contrasta con el resto de tonos y materiales.
El recurrir a una perspectiva con dos puntos de fuga también ayuda a obtener un resultado más dinámico.
También podríamos explicar la foto como un primer plano que sirve de marco y contrapunto a un segundo plano, en el que se desarrolla la zona del mostrador, más un plano de fondo, con el arco y la butaca, que cierran la fuga.
El recurrir a una perspectiva con dos puntos de fuga también ayuda a obtener un resultado más dinámico.
También podríamos explicar la foto como un primer plano que sirve de marco y contrapunto a un segundo plano, en el que se desarrolla la zona del mostrador, más un plano de fondo, con el arco y la butaca, que cierran la fuga.
En algunas fotos, como en esta, se pueden apreciar dos zonas en lo que a profundidad se refiere. Un primer plano que se basa en las líneas de fuga del suelo y la fachada acristalada. Después, llegamos a la fachada de madera y surge la comparación de tamaños entre la puerta de acceso y la del último plano, que destaca sobre todo gracias al color verde que vemos a través de ella.
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En esta escena urbana del fotógrafo Lluís Casals podemos ver varios de los recursos que ya hemos mencionado en este y otros artículos. Tenemos una sucesión de planos fotográficos que se diferencian por sus diferentes iluminaciones. Desde el primer plano en sombra que sirve como marco para el resto de la escena hasta el plano final fuertemente iluminado. La inclusión de la persona que entra por la izquierda no sólo da dinamismo a la composición sino que también permite establecer comparaciones de escala con respecto al resto de personas.
A veces la propia obra nos presenta una sucesión de elementos que en sí mismos ya evidencian la profundidad y la concatenación de los distintos espacios. Prácticamente no tenemos más que elegir la altura y cercanía adecuadas para, como en este caso, poder ver la ventana del segundo plano entera a través de la del primer plano. Y como guinda, dejar un poco de suelo para que ayude a comprender mejor lo que estamos viendo.
Las vistas en diagonal pueden resultar muy efectivas y dinámicas. Por ejemplo, esta foto del Centro Social Oleiros –proyecto de Carlos Seoane Arquitectos– nos permite contar cómo son las puertas, el techo interior y hasta ver una de las sillas que el arquitecto diseñó.
La profundidad de la foto se sustenta en las líneas de la perspectiva, la sucesión de planos y en que el último plano es el más iluminado. Para que sea un poco más atractiva visualmente, se han dispuesto una silla y una mesa al fondo, dejando que la primera se vea completamente.
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La profundidad de la foto se sustenta en las líneas de la perspectiva, la sucesión de planos y en que el último plano es el más iluminado. Para que sea un poco más atractiva visualmente, se han dispuesto una silla y una mesa al fondo, dejando que la primera se vea completamente.
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Esta foto de Adriá Goula presenta una situación bastante habitual a la que debemos estar atentos pues siempre da muy buen resultado. Un primer plano en sombra o más oscuro y un segundo plano iluminado. El contraste es lo que genera la sensación de profundidad. Al revés, es decir el primer plano iluminado y el fondo en sombra, no produce el mismo efecto.
Por supuesto, lo suyo es también recurrir a algo tan puramente fotográfico como es el manejo de la profundidad de campo. Este recurso se centra en general en potenciar un elemento del primer plano contra un fondo más desenfocado, pero en vistas generales será prácticamente imposible. A mayor apertura de diafragma, menor profundidad de campo. Incluso a diafragmas muy abiertos, al tratarse de fotos sacadas en su mayoría con objetivos angulares y puntos de enfoque muy próximos al infinito, la sensación será de estar todo a foco, salvo si realizamos grandes ampliaciones.
Por último, una sugerencia con respecto a juegos que se pueden hacer con la perspectiva: echa un vistazo a las fotos de Elena Almagro sobre el Espacio Coworking Hub Madrid, un proyecto del estudio Churtichaga+Quadra Salcedo, inspirado en la obra del artista Gordon Matta-Clark.
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