Antes y después: De establo a refugio contra el estrés
El estudio Ábaton ha renovado esta ruina en Extremadura transformándola en un interior limpio y abierto al paisaje.
¿Cómo convertimos esta ruina en una casa de vacaciones cómoda y que se integre en el entorno? Esta fue la pregunta que se hicieron los arquitectos del estudio madrileño Ábaton cuando el propietario de este antiguo establo, ubicado en la cara extremeña de la sierra de Gredos, les propuso convertirlo en una casa donde pasar el fin de semana con su familia lejos de estrés de la ciudad. Mantener la estructura y las fachadas originales y abrir enormes ventanales para disfrutar del paisaje fueron las soluciones de la autora del proyecto, Camino Alonso, que obtuvo por el proyecto el Premio Architizer A+ al Proyecto Sostenible.
Una imagen del establo previa a la rehabilitación.
Vista aérea de la casa después de la intervención de Ábaton.
La estrucura original del establo se conservó, ya que su orientación Norte-Sur resultaba inmejorable tanto para el verano como para el invierno. Así, se reforzaron los muros y se abrieron grandes ventanales para que el paisaje se colara entre sus paredes. La idea era que la casa pareciera más pequeña y austera desde la lejanía.
Para lograr esa integración con la arquitectura local, Ábaton decidió conservar los muros de piedra originales en toda la fachada exterior y en alguno de los muros interiores.
Para lograr esa integración con la arquitectura local, Ábaton decidió conservar los muros de piedra originales en toda la fachada exterior y en alguno de los muros interiores.
Para solucionar los problemas derivados de la falta de suministro de electricidad y agua corriente de la casa, el estudio aplicó criterios de sostenibilidad: diseñó un sistema de paneles solares con acumuladores que suministra energía en verano. También se instalaron turbinas que aprovechan el cauce de dos arroyos que pasan por la finca y que nutren de corriente eléctrica a los acumuladores en invierno.
En el interior se buscaron espacios diáfanos y limpios que, pese a lo que pueda parecer, no son fríos en invierno. La casa cuenta con calefacción por suelo radiante y dos grandes chimeneas que suponen un refuerzo importante en los meses fríos.
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En algunas zonas del interior los arquitectos utilizaron un material que visualmente puede asimilarse al cemento o el hormigón, sin embargo, no lo es. Se trata de un material aglomerado de virutas de madera, cemento y resinas. “Nos parece muy interesante la combinación de elementos antiguos con mucha textura con otros muy modernos y extremadamente limpios”, explica Camino Alonso, autora del proyecto. ¿Cómo se integra en el ambiente rústico de la casa?: “Gracias a un uso moderado del mismo, colocando piezas muy definidas y acotadas”.
La decoración destila un estilo actual que combina piezas de mobiliario contemporáneo con otras clásicas y antigüedades. Todos ellos son elementos resistentes y de fácil mantenimiento a petición del cliente, que quería una casa para poder disfrutarla.
La casa incorpora un patio interior muy importante para la ventilación cruzada entre las fachadas Norte y Sur. Una fuente preside el espacio. El agua mana de una roca. Ábaton aprovechó que cerca del lugar discurren dos arroyos para canalízala hasta la roca ya existente de manera que transcurriese por la fuente antes de acabar en la piscina.
La piscina simula una alberca y está construida aprovechando una terraza de cultivo. Una piscina natural por la que corre el agua de manera constante y que sirve de riego para los pastos.
Autor: Abatón
Interiorismo: Batavia
Presupuesto:
Autor: Abatón
Interiorismo: Batavia
Presupuesto:
- 16.800 euros (mobiliario).
- 900/1.100 euros por metro cuadrado (obra). Este dato no tiene en cuenta los componentes e instalaciones de autosuficiencia energética del proyecto.
Quién vive aquí: Una familia con dos hijos
Situación: Comarca de La Vera, Extremadura
Superficie: 322 metros cuadrados (interior). 5,5 Ha (parcela)
La casa se sitúa en un lugar espectacular de difícil acceso. Aislada de cualquier población cercana, se trata de una finca que antiguamente pertenecía a una familia de pastores y a la que aún van a pastar las vacas de un pastor de la zona.
El propietario buscaba respetar la armonía del entorno y la esencia de la arquitectura local, pero generando espacios nuevos en el interior que respondieran a sus necesidades y le permitieran, a él y a su familia, disfrutar al máximo del paisaje.