Casas Houzz: Rústica, chic y con una historia apasionante
De lugar de reposo a alojamiento para refugiados o pensión..., esta reforma ha transformado el espacio en un coqueto paraíso rural.
Si te gustan los parajes bucólicos y los bosques frondosos tu lugar es la cordillera del Taunus, en Alemania. No te defraudará. Arboledas salvajes, aguas medicinales y aire puro. Para completar el cuadro, encontrarás también tesoros como esta casa rural: un remanso de paz con una historia de lo más interesante. Las dos jóvenes interioristas berlinesas que forman Antonius Schimmelbusch han tenido la oportunidad de darle una nueva vida. La vivienda fue construida en 1895 y su primer propietario, Theodore Freifrau von Knoop, la cedió para que funcionara como casa de reposo para costureras. Tras la guerra, las familias de refugiados encontraron aquí hospedaje y, cuando el abuelo de la propietaria actual la adquirió, funcionaba como pensión. Ahora, la tercera generación ha decidido reformar el espacioso edificio y convertirlo en un oasis familiar en el campo. Gracias al buen hacer de las dos diseñadoras, este proyecto es un ejemplo de cómo un edificio antiguo bien conservado puede adaptarse a la modernidad.
De un vistazo
Quién vive aquí: un matrimonio joven con su hija.
Situación: una casa rural en el Taunus, cerca de Königstein, Alemania.
Superficie: 350 metros cuadrados.
Presupuesto: 150.000 €.
Profesionales: Lena Schimmelbusch y Melissa Antonius, de Antonius Schimmelbusch, Berlín.
Fotos: Jens Bösenberg
De un vistazo
Quién vive aquí: un matrimonio joven con su hija.
Situación: una casa rural en el Taunus, cerca de Königstein, Alemania.
Superficie: 350 metros cuadrados.
Presupuesto: 150.000 €.
Profesionales: Lena Schimmelbusch y Melissa Antonius, de Antonius Schimmelbusch, Berlín.
Fotos: Jens Bösenberg
Allí donde hoy se encuentra una amplia cocina había anteriormente dos habitaciones infantiles pequeñas.
Pensado para ser el centro de la convivencia familiar, este luminoso espacio dispone ahora también de una zona para comer. El damero de baldosas negras y blancas aporta al conjunto el aire tradicional de una cocina rústica. A la hora de amueblarla se ha optado por una sencillez aparente, que mezcla elementos de Ikea con muebles de roble heredados, como la mesa, las sillas y el reloj de pie. Estos últimos se encargan de devolver la casa a sus raíces, en su justa medida.
Entre antigüedad y antigüedad se encuentran también algunas creaciones propias de las diseñadoras berlinesas. Entre el repertorio de antiguos vendedores de material de construcción encontraron una verdadera mina de ideas. Así, por ejemplo, le compraron una ventana antigua a un comerciante de Friburgo y la convirtieron, con la ayuda de un carpintero, en una fantástica estantería que ahora sirve para guardar las especias.
Pensado para ser el centro de la convivencia familiar, este luminoso espacio dispone ahora también de una zona para comer. El damero de baldosas negras y blancas aporta al conjunto el aire tradicional de una cocina rústica. A la hora de amueblarla se ha optado por una sencillez aparente, que mezcla elementos de Ikea con muebles de roble heredados, como la mesa, las sillas y el reloj de pie. Estos últimos se encargan de devolver la casa a sus raíces, en su justa medida.
Entre antigüedad y antigüedad se encuentran también algunas creaciones propias de las diseñadoras berlinesas. Entre el repertorio de antiguos vendedores de material de construcción encontraron una verdadera mina de ideas. Así, por ejemplo, le compraron una ventana antigua a un comerciante de Friburgo y la convirtieron, con la ayuda de un carpintero, en una fantástica estantería que ahora sirve para guardar las especias.
Para optimizar el uso del espacio plantearon a sus propietarios diferentes cuestiones. Tras sus encuentros y entrevistas, salieron a la luz las pequeñas rutinas y costumbres diarias que suelen tener lugar en familia, pero también por separado. “Siempre intentamos partir de lo que nos cuentan las personas que van a vivir en la casa, de sus preferencias y sus hábitos”, explica Lena Schimmelbusch.
Un buen ejemplo de ello es la terraza interior, orientada hacia poniente, dedicada a tomar una copa al final del día. Ya sea entre animadas conversaciones, poemas o incluso discursos filosóficos, no hay mejor lugar para terminar una ajetreada jornada.
En esta habitación no hay nada más importante que las vistas. Con el fin de darles el protagonismo adecuado se elevó el suelo, usando para ello antiquísimos tablones de madera que aportan al espacio una gran calidez.
Un buen ejemplo de ello es la terraza interior, orientada hacia poniente, dedicada a tomar una copa al final del día. Ya sea entre animadas conversaciones, poemas o incluso discursos filosóficos, no hay mejor lugar para terminar una ajetreada jornada.
En esta habitación no hay nada más importante que las vistas. Con el fin de darles el protagonismo adecuado se elevó el suelo, usando para ello antiquísimos tablones de madera que aportan al espacio una gran calidez.
Desde cada una de las ventanas de esta gran casa descubrimos nuevos paisajes: aquí un bosque, allí un trocito de valle, desde aquella otra el jardín. Para hacerle justicia a esta magnífica peculiaridad de la vivienda, se restauraron las antiguas ventanas, teniendo en cuenta fotografías históricas, dotándolas esta vez de doble acristalamiento y un sistema de alarma moderno. A esta tarea se dedicó la mayor parte del presupuesto.
La puerta de dos hojas de la planta baja también tuvo que pasar por una minuciosa restauración. Estaba acristalada con el típico vidrio acanalado y les costó mucho pensar en cómo mejorarla. Al final encontraron un modelo a seguir en la puerta principal, que era original del año de construcción y tenía unos elementos en vidrio de varios colores en forma de estrella.
“En este proyecto hemos hecho hincapié en redescubrir algunas piezas antiguas”, afirma Schimmelbusch. “Por eso, en vez de gastar el presupuesto en mobiliario caro, le hemos dado prioridad a las superficies. Hemos trabajado con elementos de los que ya disponía la casa y hemos completado el conjunto con piezas decorativas sencillas.”
La puerta de dos hojas de la planta baja también tuvo que pasar por una minuciosa restauración. Estaba acristalada con el típico vidrio acanalado y les costó mucho pensar en cómo mejorarla. Al final encontraron un modelo a seguir en la puerta principal, que era original del año de construcción y tenía unos elementos en vidrio de varios colores en forma de estrella.
“En este proyecto hemos hecho hincapié en redescubrir algunas piezas antiguas”, afirma Schimmelbusch. “Por eso, en vez de gastar el presupuesto en mobiliario caro, le hemos dado prioridad a las superficies. Hemos trabajado con elementos de los que ya disponía la casa y hemos completado el conjunto con piezas decorativas sencillas.”
Desde su construcción, la casa siempre se ha utilizado para alojar a gente; eso le daba un carácter especial que se deseaba mantener. Las antiguas habitaciones de pensión, que contaban con una pila individual, se han transformado en habitaciones de invitados dignas de un hotel. De hecho, las puertas de algunos dormitorios se han adornado con los números de habitación y las borlas con el texto “Privacy“ originales del Gramercy Park Hotel.
Como se ha apuntado, el tema de las vistas es omnipresente en la casa y tiene cabida incluso aquí, en el piso inferior. Apoyado en la pared encontramos el marco de una ventana, a modo de decorativa metáfora, y un híbrido de cómoda y ventana ofrece espacio de almacenamiento. La habitación parece incluso más luminosa, gracias a los tablones de madera pintados de blanco que la pavimentan.
Como se ha apuntado, el tema de las vistas es omnipresente en la casa y tiene cabida incluso aquí, en el piso inferior. Apoyado en la pared encontramos el marco de una ventana, a modo de decorativa metáfora, y un híbrido de cómoda y ventana ofrece espacio de almacenamiento. La habitación parece incluso más luminosa, gracias a los tablones de madera pintados de blanco que la pavimentan.
Esta habitación se encuentra en el sótano de la casa y tiene acceso directo a la terraza que da al valle. La delicada estructura de la cama de hierro Florence, de Iron Bed, se adapta muy bien a la mezcla de negro y blanco que reina en el cuarto. La lámpara de la mesita de noche que hay junto a ella es el modelo Fulda, de la colección Ebolicht de Bolichwerke.
En rincones como este puede verse perfectamente la fusión entre pasado y presente. Piezas de mobiliario antiguo conviven en armonía con otras clásicas del diseño contemporáneo, como la silla Plastic negra, de los Eames para Vitra.
Así pues, de lo que se trataba era de trabajar con la arquitectura de la casa, acentuando determinados detalles. La escalera es uno de los rincones en los que esta estrategia ha dado unos resultados más sorprendentes. Para darle un lavado de cara, se deshicieron de la antigua alfombra y la pintaron en dos colores contrastados que prolongan en cierto modo el patrón blanco-negro de las baldosas contiguas. Los contrapeldaños en blanco y los peldaños de un color oscuro componen una bella sinfonía en esta parte central del domicilio. A este infalible binomio se suma la mezcla de formas, actuando como un elemento de tensión adicional. “Los patrones geométricos funcionan muy bien porque consiguen atrapar a la vista y realzar rincones, además de ser atemporales. No queríamos usar elementos que pudieran cansar en diez años”, afirma Lena Schimmelbusch.
10 ideas originales para personalizar la escalera de tu casa
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Al echar un vistazo a lo que ahora es el salón comedor queda claro que todo el diseño está basado en un refinado patrón de colores.
Ambas diseñadoras trabajan principalmente con dos colores de base y utilizan distintos tonos de ambos en las habitaciones. En este caso, la paleta se inspira en los distintos cristales de colores de la puerta principal.
Para rendir homenaje al entorno natural se ha usado el verde en las paredes. Eso sí, en un tono pastel para que quede discreto. Algunos detalles en rojo y amarillo garantizan el contraste.
Ambas diseñadoras trabajan principalmente con dos colores de base y utilizan distintos tonos de ambos en las habitaciones. En este caso, la paleta se inspira en los distintos cristales de colores de la puerta principal.
Para rendir homenaje al entorno natural se ha usado el verde en las paredes. Eso sí, en un tono pastel para que quede discreto. Algunos detalles en rojo y amarillo garantizan el contraste.
A diferencia de los tablones del suelo de la terraza interior, los de roble del salón son nuevos. Gracias a un barniz oleoso especial, sin embargo, las expertas han conseguido imitar el color de los tablones antiguos. Las sillas tienen líneas puras, limpias y claras. La mayoría pertenecían a la familia y las otras tienen una historia curiosa detrás: al cerrar un restaurante, se pusieron a la venta los muebles y las diseñadoras las adquirieron y pintaron de blanco para esta casa.
En las fotos anteriores a la reforma se pueden detectar algunos de los muebles que se han reutilizado.
En la planta superior, el equipo de Antonius Schimmelbusch ha demostrado todo su saber hacer y ha conseguido modernizar este baño de los años setenta con muy pocos medios.
El gris claro aporta un toque actual a las baldosas tipo metro que visten el suelo, cambiando el aire de los nostálgicos patrones imperantes.
La pared de la izquierda estaba completamente ocupada por estanterías y armarios, que se han eliminado para dar al espacio un ambiente menos recargado. En su lugar, ahora brilla un robusto armario ideal para el almacenaje de esta zona. Ante la duda de que se haya perdido espacio de almacenamiento, Lena Schimmelbusch bromea diciendo que “el armario es tan grande que se podría vivir dentro sin problemas”. Una antigua mesita de noche y una de las sillas recibieron una mano de pintura para cobrar de nuevo vida, con mucho estilo.
El gris claro aporta un toque actual a las baldosas tipo metro que visten el suelo, cambiando el aire de los nostálgicos patrones imperantes.
La pared de la izquierda estaba completamente ocupada por estanterías y armarios, que se han eliminado para dar al espacio un ambiente menos recargado. En su lugar, ahora brilla un robusto armario ideal para el almacenaje de esta zona. Ante la duda de que se haya perdido espacio de almacenamiento, Lena Schimmelbusch bromea diciendo que “el armario es tan grande que se podría vivir dentro sin problemas”. Una antigua mesita de noche y una de las sillas recibieron una mano de pintura para cobrar de nuevo vida, con mucho estilo.
Los lavabos para los invitados no se quedaron atrás y también se beneficiaron de la reforma. Una mariposa de color turquesa fue la chispa que inspiró el intenso color de estas paredes. Sobre este vibrante tono se añadió también una capa protectora adicional: un procedimiento habitual en los baños, para preservar a las paredes de la humedad.
La princesa de la casa cuenta con su propio reino en el piso superior. Como una de sus primas viene a verla muy a menudo, las diseñadoras no se lo pensaron dos veces a la hora de colocar dos camas en la habitación. Los colores de base en este caso han sido el rojo y el azul, encontrando detalles en estos colores por toda la estancia. Para amueblarla también se utilizaron piezas originales de la casa, como el pequeño armario y la silla, que han quedado como nuevos después de una capa de pintura azul.
El cuadro de tela de la pared es obra de la artista berlinesa Diane Lavoie y lleva por título Radiant Rowboat.
4 ideas muy sencillas para redecorar las paredes del dormitorio
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En este otro dormitorio también han encontrado su sitio algunos de los muebles heredados, como por ejemplo el baúl. Eso sí, los enseres de roble se han tenido que distribuir con cuidado por toda la casa para evitar una sobrecarga de tonos madera.
Los colores de esta habitación se han escogido basándose en el forro con motivos orientales de la cama. La presencia de un antiguo farol refina el ambiente rural. ¿Lo mejor? Que todavía funciona como el primer día.
Los colores de esta habitación se han escogido basándose en el forro con motivos orientales de la cama. La presencia de un antiguo farol refina el ambiente rural. ¿Lo mejor? Que todavía funciona como el primer día.
Las diseñadoras se pusieron como objetivo aunar la mezcla de estilos y darle al conjunto una dirección clara. Para ello, decidieron buscar los elementos de cada época y devolverlos a su estado original. Una serie de fotografías antiguas les ayudaron a desentrañar el adn de la casa. Lena y Melissa precisaron de todo su conocimiento para otorgar a las múltiples habitaciones las funciones habituales de una vivienda actual.