Arquitectura
Código Técnico de la Edificación: Conoce su última actualización
En el nuevo CTE, lo relativo a la mejora de la eficiencia energética de las casas supone los cambios más significativos.
En nuestro país, y según varios estudios, los edificios son los causantes de más del 30 % de las emisiones de CO2. Con el objetivo de la descarbonización de los edificios en el año 2050 y la reducción de las emisiones en al menos un 40 % en 2030 respecto a los niveles de 1990, en septiembre de 2020 entraba en vigor la actualización del nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE), que busca mejorar la eficiencia energética del parque residencial español. Asimismo, también pretende ofrecer mayores garantías de salud, confort y seguridad. Hablamos con tres expertos sobre los principales cambios que introduce.
Expertos consultados:
Stefano Carlo Ascione, especialista en construcción pasiva de Arquima
Manuel Ruiz, responsable del dpto. técnico y de formación de Bosch Termotecnia
Mercedes Sánchez, responsable del área técnica de Rockwool Peninsular
Expertos consultados:
Stefano Carlo Ascione, especialista en construcción pasiva de Arquima
Manuel Ruiz, responsable del dpto. técnico y de formación de Bosch Termotecnia
Mercedes Sánchez, responsable del área técnica de Rockwool Peninsular
¿Qué cambios introduce la actualización del CTE?
Una de las novedades del CTE es la limitación del consumo total de energía de los edificios. “En el documento básico de ‘Ahorro de Energía’, que es el que ha sufrido más cambios, aparece como novedad la exigencia de ‘Consumo de Energía Primaria total Límite’, como complementaria a la exigencia principal ya existente de ‘Consumo de Energía no Renovable’. Esta nueva exigencia incluye la producción de energía mediante fuentes renovables in situ”, explica Mercedes Sánchez, responsable del área técnica de la firma de aislamientos Rockwool Peninsular. Sánchez especifica que “desaparece la demanda energética de calefacción y de refrigeración como exigencia básica y se establecen tres nuevas que velan por la calidad de la envolvente: el coeficiente global de transmisión de calor a través de la envolvente (Klim); el límite en el control solar de la envolvente; y la permeabilidad al aire”.
Una de las novedades del CTE es la limitación del consumo total de energía de los edificios. “En el documento básico de ‘Ahorro de Energía’, que es el que ha sufrido más cambios, aparece como novedad la exigencia de ‘Consumo de Energía Primaria total Límite’, como complementaria a la exigencia principal ya existente de ‘Consumo de Energía no Renovable’. Esta nueva exigencia incluye la producción de energía mediante fuentes renovables in situ”, explica Mercedes Sánchez, responsable del área técnica de la firma de aislamientos Rockwool Peninsular. Sánchez especifica que “desaparece la demanda energética de calefacción y de refrigeración como exigencia básica y se establecen tres nuevas que velan por la calidad de la envolvente: el coeficiente global de transmisión de calor a través de la envolvente (Klim); el límite en el control solar de la envolvente; y la permeabilidad al aire”.
“Con el nuevo Código Técnico se elevan las exigencias mínimas en el caso de la transmitancia térmica de la envolvente y se introduce el concepto de transmitancia térmica global según la compacidad del edificio. También aumenta la exigencia sobre el control solar, la permeabilidad del aire de los huecos, y se impone una limitación sobre las condensaciones en la envolvente”, afirma Stefano Carlo Ascione, arquitecto especialista en construcción pasiva de Arquima. “Estos cambios implican que los consumos totales de energía primaria total y de energía no renovable máximos admitidos se reducen aproximadamente un 40 %”.
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¿Cómo se calcula el límite de consumo de energía de un edificio?
“El límite de consumo de energía primaria total en los edificios residenciales va de 40 a 86 kW·h/m2 año, dependiendo de la zona climática. En el caso de rehabilitaciones, el límite de consumo de energía primaria total va de 55 a 115 kW·h/m2 año, dependiendo también de la zona climática”, apunta Sánchez, que opina que “es necesario poner el foco en el potencial de la rehabilitación si queremos alcanzar la descarbonización en 2050”.
“El límite de consumo de energía primaria total en los edificios residenciales va de 40 a 86 kW·h/m2 año, dependiendo de la zona climática. En el caso de rehabilitaciones, el límite de consumo de energía primaria total va de 55 a 115 kW·h/m2 año, dependiendo también de la zona climática”, apunta Sánchez, que opina que “es necesario poner el foco en el potencial de la rehabilitación si queremos alcanzar la descarbonización en 2050”.
“Ahora se diferencia entre consumo de energía primaria de fuentes renovables o no renovables y se hace mediante unas tablas que marcan al proyectista los límites de consumos de energía primaria que no deben sobrepasar y justificar esos consumos teniendo en cuenta la eficiencia estacional de los equipos de calefacción, agua caliente sanitaria, refrigeración, ventilación y control de humedad, que deben emplear al menos un 50 % de la energía que necesitan de fuentes renovables”, puntualiza Ruiz.
¿Cuáles son las principales medidas para alcanzar esos límites de consumo en los edificios?
“Para minimizar el consumo energético y, en especial, el consumo en la climatización de la vivienda, se trabaja en una buena orientación y control solar y se aplican los principios básicos de la construcción pasiva, como un buen nivel de aislamiento térmico, una envolvente libre de puentes térmicos, una buena hermeticidad para no tener pérdidas por infiltraciones y un sistema de ventilación mecánica controlada de doble flujo con recuperador de calor que permita ventilar la casa sin tener pérdidas energéticas, además de garantizar una excelente calidad del aire y un control de la humedad”, apunta Ascione.
“Para minimizar el consumo energético y, en especial, el consumo en la climatización de la vivienda, se trabaja en una buena orientación y control solar y se aplican los principios básicos de la construcción pasiva, como un buen nivel de aislamiento térmico, una envolvente libre de puentes térmicos, una buena hermeticidad para no tener pérdidas por infiltraciones y un sistema de ventilación mecánica controlada de doble flujo con recuperador de calor que permita ventilar la casa sin tener pérdidas energéticas, además de garantizar una excelente calidad del aire y un control de la humedad”, apunta Ascione.
“El propio ‘Documento básico de Ahorro de Energía’ (DB-HE) del CTE facilita pistas sobre la actuación en edificios para el aumento de su eficiencia –dice Ruiz, como, por ejemplo, tener en cuenta los valores de ganancia de calor por incidencia de los rayos del sol buscando orientaciones más favorables para reducir la demanda de refrigeración en la vivienda en verano”.
¿En qué afectan las nuevas medidas del CTE al equipamiento relativo a la climatización?
La calefacción y la refrigeración de la vivienda juegan un papel crucial en este escenario. Ruiz recomienda apostar “por generadores de calor de altos rendimientos y basados en energía renovable, como las bombas de calor en zonas de mayor demanda de refrigeración y relativamente reducida radiación solar con variaciones de temperaturas suaves”. Para climas más rigurosos, el experto recomienda optar por “sistemas híbridos tomando como base la caldera de gas y combinándola con sistemas de captación solar térmica cuando exista suficiente radiación solar como para cubrir una parte importante de producción de agua caliente sanitaria del edificio”.
La calefacción y la refrigeración de la vivienda juegan un papel crucial en este escenario. Ruiz recomienda apostar “por generadores de calor de altos rendimientos y basados en energía renovable, como las bombas de calor en zonas de mayor demanda de refrigeración y relativamente reducida radiación solar con variaciones de temperaturas suaves”. Para climas más rigurosos, el experto recomienda optar por “sistemas híbridos tomando como base la caldera de gas y combinándola con sistemas de captación solar térmica cuando exista suficiente radiación solar como para cubrir una parte importante de producción de agua caliente sanitaria del edificio”.
¿Y al del agua caliente sanitaria?
La contribución mínima de energía renovable debe cubrir al menos al 70 % de la demanda energética anual de agua caliente y/o climatización de la piscina. En caso de demandas inferiores a 5.000 l/día, la contribución mínima de energía renovable será como mínimo del 60 %. Para Ruiz, considerando las demandas energéticas de los distintos servicios en la vivienda –calefacción, refrigeración y ACS–, en general merece la pena evitar sistemas de apoyo auxiliar que acumulen agua (energía) y que sean compatibles con la producción de energía renovable (solar térmica o aerotermia).
La contribución mínima de energía renovable debe cubrir al menos al 70 % de la demanda energética anual de agua caliente y/o climatización de la piscina. En caso de demandas inferiores a 5.000 l/día, la contribución mínima de energía renovable será como mínimo del 60 %. Para Ruiz, considerando las demandas energéticas de los distintos servicios en la vivienda –calefacción, refrigeración y ACS–, en general merece la pena evitar sistemas de apoyo auxiliar que acumulen agua (energía) y que sean compatibles con la producción de energía renovable (solar térmica o aerotermia).
¿Cambian las medidas de protección frente a incendios?
La actualización del CTE incorpora nuevas medidas de seguridad en caso de incendio.
“Los cambios consisten en mejorar ligeramente la clasificación de reacción al fuego de los sistemas constructivos de fachada y de los materiales aislantes situados en las cámaras ventiladas en función de la altura de los edificios”, explica Sánchez.
En todo caso, en opinión de esta experta, el CTE “solo tiene en cuenta la altura de los edificios para determinar si deben ofrecer mayor seguridad ante este tipo de siniestros. Por contra, otros factores como el uso del inmueble no son determinantes. De esta manera, se sigue sin tener en cuenta si se trata de edificaciones de difícil evacuación o alta evacuación, como podría ser una escuela o un hospital”.
La actualización del CTE incorpora nuevas medidas de seguridad en caso de incendio.
“Los cambios consisten en mejorar ligeramente la clasificación de reacción al fuego de los sistemas constructivos de fachada y de los materiales aislantes situados en las cámaras ventiladas en función de la altura de los edificios”, explica Sánchez.
En todo caso, en opinión de esta experta, el CTE “solo tiene en cuenta la altura de los edificios para determinar si deben ofrecer mayor seguridad ante este tipo de siniestros. Por contra, otros factores como el uso del inmueble no son determinantes. De esta manera, se sigue sin tener en cuenta si se trata de edificaciones de difícil evacuación o alta evacuación, como podría ser una escuela o un hospital”.
¿Qué es la protección ante el gas radón?
El bienestar de los usuarios es el factor que hay tras la inclusión del documento ‘DB-HS 6’ de protección frente al gas radón. La exposición prolongada a este gas inodoro e insípido presente de forma natural en la corteza terrestre está considerado como un factor en el desarrollo de cáncer de pulmón en las personas. “De acuerdo a la nueva exigencia básica de salubridad HS 6, los edificios deberán disponer de medios adecuados para limitar el riesgo previsible de exposición al radón, en recintos cerrados, procedente del terreno en el que se encuentran”, explica Sánchez.
El bienestar de los usuarios es el factor que hay tras la inclusión del documento ‘DB-HS 6’ de protección frente al gas radón. La exposición prolongada a este gas inodoro e insípido presente de forma natural en la corteza terrestre está considerado como un factor en el desarrollo de cáncer de pulmón en las personas. “De acuerdo a la nueva exigencia básica de salubridad HS 6, los edificios deberán disponer de medios adecuados para limitar el riesgo previsible de exposición al radón, en recintos cerrados, procedente del terreno en el que se encuentran”, explica Sánchez.
Como recoge el documento con los conceptos básicos sobre la modificación del CTE del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el ‘DB-HS 6’ se aplica a todos los edificios de nueva planta –fundamentalmente municipios en en el oeste y noroeste de la península– y a los edificios existentes en los que se acometan reformas que afecten a algún elemento constructivo que influya en la concentración de radón.
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El CTE es el marco normativo que establece las exigencias que debe cumplir cualquier edificio en cuanto a los requisitos de seguridad y habitabilidad.
Respecto a los cambios introducidos recientemente, Manuel Ruiz, responsable del departamento técnico y de formación de Bosch Termotecnia, apunta que “la mayoría de las modificaciones tienen que ver con la mejora de la eficiencia energética en los edificios”.