Cómo eligen los profesionales el mejor color para un proyecto
Tres arquitectos cuentan cómo deciden cuál es la mejor pintura para un proyecto a través de algunos de sus proyectos.
La pintura no es un elemento aislado que se elige una vez que finaliza la obra, sino una herramienta de diseño que, en combinación con otros materiales, ayuda a dar forma a la decoración de una casa. Cada vez más arquitectos e interioristas usan la pintura como un recurso económicamente asumible a la hora de lograr una atmósfera impactante. En este artículo hemos preguntado a tres profesionales: el arquitecto Gonzalo Pardo; la arquitecta Sarah Salas, de Egue&Seta; y el arquitecto Carlos Bonet, de Onside Arquitectura, sobre cómo eligen los colores en sus proyectos.
“La clave no está tanto en el color en sí, sino en lo que se quiere comunicar con el uso de un color en la superficie sobre la que se aplica”, continúa Pardo.
En el caso del proyecto BYG house (en la foto superior), el arquitecto explica que “se ha pintado toda la cocina de color amarillo por dos razones: primero porque la estancia es larga, estrecha y está orientada al norte, por lo que necesitábamos que fuera muy luminosa; y segundo porque el cliente quería que la casa fuera visualmente muy atractiva”.
En el caso del proyecto BYG house (en la foto superior), el arquitecto explica que “se ha pintado toda la cocina de color amarillo por dos razones: primero porque la estancia es larga, estrecha y está orientada al norte, por lo que necesitábamos que fuera muy luminosa; y segundo porque el cliente quería que la casa fuera visualmente muy atractiva”.
En el proyecto de su propia vivienda, la G House, Pardo decidió pintar la entrada de azul “para generar un espacio lo más parecido a una cueva. Originalmente, el espacio era muy alto y decidí pintarlo de un azul oscuro para que pareciera más bajo sin que, en realidad, perdiera altura”.
Otro de los factores a la hora de decidir qué pintura y color usar es la incidencia que la luz natural tiene en los espacios.
La arquitecta Sarah Salas considera que hay que tener en cuenta tanto la luz natural como la artificial, pero también el resto de acabados y revestimientos de la vivienda y las necesidades de mantenimiento que puedan requerir las superficies.
La arquitecta Sarah Salas considera que hay que tener en cuenta tanto la luz natural como la artificial, pero también el resto de acabados y revestimientos de la vivienda y las necesidades de mantenimiento que puedan requerir las superficies.
Salas pone dos ejemplos: “si tenemos un cliente al que le gustan los espacios con carácter y escenográficos, que no tiene pavor a los tonos oscuros, cuya vivienda sea medianamente amplia y bien iluminada, y esté comprometido con el mantenimiento del hogar, podemos proponerle una continuidad entre paredes opuestas y techos en un gris mate cálido y profundo”, dice.
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Sin embargo, si al cliente le gusta la “pulcritud del blanco, su espacio es pequeño y no cuenta con buena luz y, además, no quiere complicarse con el mantenimiento, le propondremos tonos claros, más bien satinados, con un punto de saturación cálida, que no absorban la luz sino que la reflejen”, continúa Salas.
Para el arquitecto Carlos Bonet, “conseguir una atmósfera concreta y especial en cada caso requiere que la armonía entre los materiales y la luz sea completa. Por eso, siempre buscamos tonos luminosos y cálidos para los acabados”.
¿Cómo eligen los arquitectos e interioristas el color en sus proyectos?
Bonet afirma que en ambientes en donde la madera es el material principal “buscamos tonos blancos más acordes con la misma”. Sin embargo, en proyectos donde el color blanco es el protagonista, “los blancos deben ser de la misma tonalidad que las maderas lacadas para conseguir espacios continuos y coherentes”.
En general, durante las obras los profesionales reducen al mínimo las decisiones para evitar encarecer el presupuesto. “En obra se comprueba que los tonos elegidos funcionen bien con los pavimentos ya instalados y con el esquema lumínico y la luz natural, que es tan difícil de reproducir con exactitud en los modelos 3D –dice Salas. Las pruebas de color de pintura en obra son un paso que no debe omitirse y, a ser posible, debe hacerse en cada habitación o al menos en aquellas en donde las condiciones lumínicas sean muy distintas”, continúa la arquitecta.
Bonet afirma que en ambientes en donde la madera es el material principal “buscamos tonos blancos más acordes con la misma”. Sin embargo, en proyectos donde el color blanco es el protagonista, “los blancos deben ser de la misma tonalidad que las maderas lacadas para conseguir espacios continuos y coherentes”.
En general, durante las obras los profesionales reducen al mínimo las decisiones para evitar encarecer el presupuesto. “En obra se comprueba que los tonos elegidos funcionen bien con los pavimentos ya instalados y con el esquema lumínico y la luz natural, que es tan difícil de reproducir con exactitud en los modelos 3D –dice Salas. Las pruebas de color de pintura en obra son un paso que no debe omitirse y, a ser posible, debe hacerse en cada habitación o al menos en aquellas en donde las condiciones lumínicas sean muy distintas”, continúa la arquitecta.
Bonet también es partidario de realizar pruebas en obra. “La entrada de luz natural va a depender en cada proyecto de muchos factores, como los ventanales, la exposición solar del edificio, la disposición de la tabiquería, etc. No se deben tratar espacios diferentes con las mismas soluciones. Los pequeños matices son capaces de mejorar un proyecto”.
“Sobre unos tonos iniciales preparamos una serie de muestras. En una pared aplicamos un tono superior y otro inferior en cuanto a carga de color; mientras otra pared lo hacemos con otro tono completamente diferente que, en ocasiones, nos hace cambiar la selección inicial y volver a empezar”, explica Bonet. Además, Bonet añade que los colores deben estar siempre referenciados para poder reproducirlos en un futuro.
Bonet explica que “en el caso de rehabilitaciones integrales, normalmente es el propio espacio el que nos invita a proponer tonos claros que permitan aumentar la sensación de luminosidad y amplitud espacial”. En el caso de la vivienda Alameda, por ejemplo, “se trata de una rehabilitación integral en la que se eligió mármol travertino con acabado apomazado, madera de roble tintada, tonos grises plata de microcemento y detalles en negro mate. Para la elección de la pintura nos alejamos del blanco puro, escogiendo un tono más cálido y natural, como es el RAL9001”, explica el arquitecto.
SI ERES PROFESIONAL DEL SECTOR…
¿Cómo eliges el color y el tipo de pintura en tus proyectos? Esperamos tus comentarios
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El presupuesto es uno de los factores decisivos para muchos clientes a la hora de decidirse por usar pintura en sus proyectos. “A falta de presupuesto para colocar un material determinado, la pintura es un recurso espacial razonablemente económico que, si sabes utilizarla, aporta unos resultados muy buenos”, dice el arquitecto Gonzalo Pardo.
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